Andalucía
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No te engañes ser activista supone riesgos, acusaciones, prejuicios y estigmas. De hecho hay activistas encarcelados, perseguidos, asesinados…Pero eso no nos detiene.

Hace ya muchos años que soy activista de Amnistía Internacional. Y ello porque no me da la injusticia y dedica parte de su tiempo y energía a defender a personas a las que se les ha negado la justicia o la libertad. Los activistas de AI nos unimos en grupos con los que trasladamos a la gente cómo pueden defender a personas que sufren violaciones de derechos humanos, recogemos firmas y presionamos a los gobiernos para llevar ante la justicia a quienes cometen esos crímenes. Para ello empleamos mil formulas y mil mecanismos.
Investigamos violaciones de derechos humanos en todo el mundo, de manera independiente e imparcial, tanto situaciones generalizadas como casos concretos. Hacemos públicos los resultados de nuestras investigaciones y dirigimos recomendaciones a quienes pueden poner fin a los abusos y reparar a las víctimas. Nos dirigimos a los Gobiernos, a las organizaciones intergubernamentales, a losgrupos armados y a las empresas, entre otros, y les pedimos que rindan cuentas. Movilizamos a la opinión pública para presionar a los Gobiernos y a otros responsables para prevenir o detener violaciones de los derechos humanos. Protegemos directamente a defensores y defensoras de derechos humanos, ayudando a quienes están en peligro inminente y les resulta imposible continuar trabajando en su país.
Puedes unirte a un grupo local o, si eres joven, universitario. También puedes unirte en un equipo autonómico. Los activistas autonómicos trabajan desde su casa. No necesitamos tener cerca un grupo local, no necesitamos prácticamente nada para luchar por los derechos humanos, sólo un ordenador, una conexión a internet y dedicar parte de nuestro tiempo y de nuestra capacidad a esa misión.
Da igual la edad, el lugar donde vivas o tus conocimientos o formación. Tampoco el tiempo que puedas dedicar. Solo basta desear trabajar por los derechos humanos. Nosotros te formamos y te encomendamos el trabajo según tus capacidades e intereses y el tiempo que puedes dedicar. Si no puedes unirte a un grupo o equipo puedes unirte a la Red de acciones urgentes o firmar nuestras acciones.
Pero no te engañes ser activista supone riesgos, acusaciones, prejuicios y estigmas. De hecho hay activistas encarcelados, perseguidos, asesinados…Pero eso no nos detiene. Aspiramos a vivir en sociedades en que Derechos y Libertades se vean garantizados a todos y todas por igual. Un activista cree en la defensa de los derechos humanos como fermento de sociedades más libres e iguales. Ser activista en AI es llevar adelante el poder de la gente corriente, porque aunque seamos pequeños y hagamos cosas pequeñas podemos cambiar el mundo.
Seas lo que seas, hagas lo que hagas, vivas donde vivas, puedes ser útil a la causa de los derechos humanos.
Tras treinta años de pertenencia a Amnistía he visto muchos cambios en el mundo. He sentido muchos logros en los que he participado junto con muchas personas anónimas de todo el mundo. He salvado vidas, liberado personas injustamente encarceladas, defendido a comunidades. Y pienso seguir haciéndolo. Porque creo en el hombre, creo en la justicia, creo en la solidaridad.
Hoy quiero dirigirme a ti que has ido leyendo estos artículos sobre derechos humanos que llevamos haciendo varios años. Te necesitamos. Necesitamos personas como tú dispuestas a defender la justicia y la libertad. Personas como tú que piensen que los derechos humanos están por encima de todo y que quieran construir un mundo diferente. Únete a nosotros. El mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo. Necesita que, juntos, le demos un empujón. ¿Te animas?

Cristóbal Fábrega. Coordinador de AI Jaén.

Publicado en Diario Jaén el 1 de octubre de 2018