Andalucía
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Amnistía Internacional está verificando la información que ha recibido sobre violaciones de derechos humanos. En el marco de las protestas sociales, particularmente en zonas populares, y ante las masivas manifestaciones convocadas por la oposición, se han recibido múltiples denuncias de estas violaciones.

 

Amnistía es una organización apolítica e imparcial. No nos posicionamos sobre quien gobierna Venezuela. Lo que nos importa es como afectan a los derechos humanos los conflictos políticos que tienen lugar en los diferentes países. Trabajamos en la documentación de violaciones a los derechos humanos, y en la exigibilidad de verdad, justicia y reparación demandando de los Estados el cumplimiento de sus obligaciones al respecto.
Venezuela posee un patrimonio natural extraordinario. La joya de su corona es el petróleo con el 24 % de las reservas. Hoy, EEUU busca esta materia desesperadamente.
Maduro no descarta que los acontecimientos puedan ser sangrientos. Trump insiste que el uso de la fuerza militar continua siendo una opción. Algo complicado y desastroso que no vaticina nada bueno para los derechos humanos. Pero tampoco el régimen bolivariano está exento de ataques a estos derechos.
Desde la elección de Hugo Chávez, EEUU ha luchado para restablecer el control sobre Venezuela. Los programas de Chávez pueden haber redistribuido la riqueza del país y ayudado a sacar a millones de personas de la pobreza, pero también lo hicieron peligroso para la política de muchos países. El principal argumento de los que cuestionan la legitimidad de Nicolás Maduro denuncian las irregularidades de las elecciones en las que resultó vencedor en mayo del año pasado. Nos gustaría más que lo que cuestionaran fueran ese déficit en el cumplimiento de los derechos fundamentales de todos que se evidencian en la pérdida de calidad de vida, la falta de acceso a los derechos a la alimentación adecuada y a la salud, en la inseguridad jurídica y personal, así como en la violencia institucional y la represión a la protesta.
Independientemente de la disputa política, todas las autoridades tienen la obligación de respetar y proteger los derechos humanos lo que incluye el derecho a votar en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de su voluntad y el derecho de todas las personas a manifestarse pacíficamente para exigir a sus líderes rendición de cuentas, así como a manifestarse y expresarse a favor o en contra del gobierno.
Amnistía Internacional está verificando la información que ha recibido sobre violaciones de derechos humanos. En el marco de las protestas sociales, particularmente en zonas populares, y ante las masivas manifestaciones convocadas por la oposición, se han recibido múltiples denuncias de estas violaciones.
Nuestra organización ha expresado su profunda preocupación por la crítica situación de la vulneración de los derechos a la alimentación y la salud en el país, que las autoridades venezolanas no han abordado adecuadamente. La negativa de las autoridades venezolanas a reconocer la grave crisis de escasez de alimentos y medicamentos cuestiona la disposición del Estado venezolano a cumplir con su responsabilidad de garantizar condiciones mínimas de acceso a estos derechos para todas las personas. Los Estados Unidos deben tener en cuenta que las sanciones siempre deben tener plenamente en cuenta el impacto que tendrán en el disfrute de los derechos humanos.
Consideramos que el sufrimiento generalizado de las personas en Venezuela no puede ser usado como una herramienta para la negociación política. No creemos que la asistencia internacional deba utilizarse como una herramienta de negociación para ejercer presión política. Como activistas de derechos humanos, solo podemos desear que el alma llanera de los venezolanos no se transforme en un llanto llanero. En esa lucha estamos.

Cristóbal Fábrega Ruiz, coordinador del grupo local de Jaén.

Publicado en Diario Jaén el 24 de febrero de 2019