Andalucía
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En 1948 se creó el Estado de Israel que constituyó un refugio para muchos de los judíos supervivientes de los campos de concentración. Pero esta creación supuso también el inicio del drama del pueblo palestino que habitaba de forma inmemorial los territorios sobre los que se constituyo dicho Estado.

El pasado 27 de enero se celebró el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto instituida por las Naciones Unidas. Por Holocausto entendemos el genocidio étnico, político y religioso que tuvo lugar en Europa durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Si bien afectó fundamentalmente al pueblo judío no fue solo a este. También a millones de polacos, comunistas y otros sectores de izquierda, homosexuales, gitanos, discapacitados y prisioneros de guerra. Un desconocimiento de la dignidad humana basado en el odio racial y político.
En 1948 se creó el Estado de Israel que constituyó un refugio para muchos de los judíos supervivientes de los campos de concentración. Pero esta creación supuso también el inicio del drama del pueblo palestino que habitaba de forma inmemorial los territorios sobre los que se constituyo dicho Estado. La formación de Israel ha sido una sucesión de agresiones de los derechos legítimos del pueblo palestino por aquellos que se consideran herederos de las víctimas del holocausto.
Poco a poco, las autoridades israelíes han permitido la expansión de los asentamientos judíos a costa de los palestinos y han restringido severamente la libertad de circulación de estos. Las fuerzas israelíes han cometido homicidios ilegítimos de personas civiles palestinas, entre ellas niños y niñas, y mantienen recluidos ilegalmente en Israel a miles de palestinos y palestinas de los Territorios Palestinos Ocupados, sometiendo a centenares a detención administrativa sin cargos ni juicio. Israel continúa demoliendo viviendas palestinas y sometiendo a sus ocupantes a desalojo forzoso.
En marzo de este año, la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia Occidental publicó, y luego retiró, un informe en el que se declaraba a Israel culpable del crimen de apartheid contra la población palestina. La Franja de Gaza lleva once años bloqueada con persistentes restricciones a la entrada y salida de personas y bienes de la zona, lo que representa un castigo colectivo a toda su población. Este bloqueo, combinado con el cierre casi total del paso fronterizo de Rafá y las medidas punitivas de las autoridades de Cisjordania, ha desencadenado una crisis humanitaria de gran importancia. Muchas personas con enfermedades potencialmente mortales no pudieron acceder a tratamiento fuera de Gaza debido a las restricciones israelíes y a los retrasos de las autoridades de Cisjordania en tramitar los traslados.
Soldados, policías y guardias de seguridad israelíes mataron en 2017 al menos a 75 palestinos y a 5 palestinos que tenían la ciudadanía israelí. A muchas, entre ellas menores de edad, les dispararon sin que representaran una amenaza inminente para la vida de otras personas, por lo que los homicidios fueron ilegítimos.
Los herederos de las víctimas, los que fueron oprimidos, de repente desconocen los derechos de los demás, y se transforman en opresores y victimarios. Pero eso no debe hacernos olvidar las víctimas inocentes de una de las mayores catástrofes de la humanidad. Tras la segunda guerra mundial y, precisamente, para evitar que estos hechos se repitan, Naciones Unidas promulgó la Declaración de los Derechos Humanos, pieza base en el cuerpo ideológico de Amnistía Internacional. El que no aprobemos la política en derechos humanos del Estado de Israel no nos hace olvidar lo esencial: que los socios y activistas de Amnistía Internacional siempre estarán del lado de las víctimas inocentes. Por mucho que eso provoque criticas y que eso nos transforme en una organización incomoda para algunos.

Cristóbal Fábrega Ruiz, coordinador del grupo local de Jaén de Amnistía Internacional.

Publicado en Diario Jaén el 10 de febrero de 2019