Andalucía
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Artículo de María Jesús Monedero en la edición de 11 de noviembre de 2020 de Diario Córdoba

Las personas aficionadas al género policíaco sabemos que el primer lugar para buscar al criminal es el entorno más cercano. Esto, que aparece en cualquier serie de televisión, no se interioriza. Tememos lo que viene de fuera aunque el ‘enemigo’ esté dentro.

Con «nuestro virus» (perdón por esta familiaridad que pretende aliviar el dramatismo) pasa lo mismo ¿Cuántas veces hemos escuchado «vamos a estar gente conocida, de confianza» como excusa para justificar una reunión, una celebración? Aunque abunden las advertencias sobre los contagios entre familia y amigos.

El miedo al otro, al forastero, es algo incrustado. Ese forastero puede ser el de otra piel, el de otro continente, el de otra autonomía, el de otro país. Y, si seguimos descendiendo, el del pueblo de al lado, el del barrio contiguo, nuestro vecino. Tener un otro/otra al que culpar nos tranquiliza.

Dice Javier Segura (cuartopoder.es/ideas/2020/10/24): «El marco mental de nuestra educación se construyó asociando «extraño» a «peligro», con la mascarilla se ha producido el mismo sesgo que se da en el abuso infantil: se busca el peligro de contagio en el desconocido que observas en la calle (‘hombre del caramelo’), en vez de en la persona de confianza»… «y no (se) considera suficientemente ni la desigualdad social como un importante vector de la transmisión, ni la vulnerabilidad y los derechos de los grupos sociales que están pagando los costes, tanto de la enfermedad como de las medidas adoptadas (y no adoptadas)».

Violeta Serrano, en Poder migrante, publicado el 29 de octubre, se pregunta qué es lo que genera al miedo al otro, dónde se establece el límite de esa extrañeza, cómo esa reacción irracional moldea nuestras sociedades y quién se beneficia políticamente de él y cómo ha influido el covid-19 en la percepción de ese tema.

Ya sabemos lo que supone el entorno supuestamente «seguro, familiar», para las mujeres maltratadas y asesinadas. Muchos artículos nos lo recordarán el 25 de noviembre. Hoy quiero poner el acento sobre los menores.

Una encuesta de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género determina que el 24,7% de los menores preguntados ha tenido conocimiento de algún tipo de violencia contra su madre. Uno de cada cuatro menores vive en un clima de violencia machista contra sus madres. Aunque haber convivido con situaciones de violencia incrementa el riesgo de sufrirla o ejercerla, las expertas recalcan que la mayoría de los adolescentes construye relaciones sanas.

Mantengamos la esperanza.

En la imagen: Candela Estrella, 5, wearing protective gloves, gets her mother’s help buttoning her jacket after restrictions were partially lifted for children for the first time in six weeks, during the coronavirus disease (COVID-19) outbreak in Madrid, Spain, April 26, 2020. © REUTERS/Susana Vera