¿POR QUÉ LA PENA DE MUERTE NUNCA ES UNA BUENA IDEA?
La pena de muerte es un síntoma de una cultura de violencia, no su solución.
Hoy, 2 de noviembre de 2022, el grupo local de Amnistía Internacional en Málaga ha estado en el Fnac de Málaga con el documental «La pena» (The penalty, Will Francome y Mark Pizzey, 2018)
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Un viaje emocional contado desde 3 puntos de vista: el de los familiares de una víctima, el de un inocente en el corredor de la muerte y el de un abogado que defiende a personas condenadas a muerte.
Amnistía Internacional sostiene que la pena de muerte constituye una violación de derechos humanos y, en particular, del derecho a la vida y del derecho a no sufrir tortura ni tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes. Estos dos derechos están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada en 1948 por las Naciones Unidas.
Además, a lo largo del tiempo, la comunidad internacional ha ido adoptando diversos instrumentos que prohíben el empleo de la pena de muerte, entre ellos los siguientes:
- Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte.
- Protocolo número 6 al Convenio Europeo de Derechos Humanos, sobre la abolición de la pena de muerte, y el protocolo número 13 al mismo convenio, sobre la abolición de la pena de muerte en todas las circunstancias.
- Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la Abolición de la Pena de Muerte.
Aunque el derecho internacional dispone que se debe restringir el uso la pena de muerte para los “más graves delitos”, es decir, el homicidio intencional, Amnistía Internacional considera que la pena de muerte nunca es la solución.
Ejecuciones y condena a muerte a escala global
La mayoría de las ejecuciones de las que se tuvo noticia se produjeron en China, Irán, Egipto, Arabia Saudí y Siria, por ese orden.
China siguió siendo el mayor ejecutor mundial, aunque se desconoce la verdadera magnitud del empleo de la pena de muerte en ese país, al estar clasificados los datos relacionados con ella como secreto de Estado; la cifra oficial de al menos 579 ejecuciones no incluye las miles de ejecuciones que se cree que tuvieron lugar en China.
Excluyendo a China, el 80% de todas las ejecuciones que se dieron a conocer tuvieron lugar en tan sólo tres países: Irán, Egipto y Arabia Saudí.