Andalucía
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GRUPO DE MÁLAGA

Amnistía Internacional sale a la calle recordando el acoso a las mujeres y niñas afganas y la valentía de quienes siguen reivindicando sus derechos

Con el lema #EllasSonLaRevolución, Amnistía Internacional ha participado en muchas de las manifestaciones andaluzas a favor de los derechos de la mujer.

Somos poderosas, las mujeres tenemos el poder. Prométanme no olvidarnos. Los próximos seis meses o el próximo año averigüen qué está pasando en el país. Mirennos y piensen en nosotras. Juntas podemos lograrlo». Estas fueron las palabras que una activista afgana dirigía a la comunidad internacional después de que los talibanes tomaran el control de Afganistán en agosto de 2021.

GRUPOS DE ALMERIA, CAMPO DE GIBRALTAR Y CÓRDOBA

Para que no nos olvidemos de las mujeres y niñas en Afganistán, Amnistía Internacional ha participado en las manifestaciones del 8 de Marzo con el lema #EllasSonLaRevolución, recordando cómo en en este país se siguen recortando drásticamente sus derechos. Porque, aunque ya no estén en los focos, su situación no solo no ha mejorado, sino que cada día empeora con nuevas restricciones y medidas discriminatorias que imponen los talibanes.

Desde 2021, Amnistía Internacional ha denunciado que los talibanes violan los derechos de las mujeres y las niñas a la educación, al trabajo y a la libre circulación; diezman el sistema de protección y apoyo para quienes huyen de la violencia de género en el ámbito familiar; detienen a mujeres y niñas por infracciones menores de normas discriminatorias; y contribuyen al aumento del número de matrimonios precoces y forzados en Afganistán. Además la represión contra aquellas que siguen teniendo la valentía de protestar pacíficamente contra estas normas opresivas sigue siendo muy fuerte. Son amenazadas, detenidas, recluidas, torturadas y sometidas a desaparición forzada.

“En estos casi dos años, los talibanes han puesto en marcha una serie de medidas contra mujeres y niñas destinadas a sacarlas del ámbito público y meterlas en sus casas. No pueden viajar sin ir acompañadas de un pariente cercano varón, deben ir cubiertas fuera de casa, no pueden entrar en los jardines y en los parques de Kabul, o tienen prohibido practicar deporte”.

“Entre las medidas que se están tomando contra ellas, se incluyen también la prohibición de desarrollar numerosos empleos públicos, o trabajar en ONG locales e internacionales, consideradas vitales por la crisis humanitaria que atraviesa el país, en la que está aumentando el nivel de inseguridad alimentaria y de salud. Sin embargo, la comunidad internacional sigue mirando hacia otro lado, sin proponer medidas que acaben con las violaciones de los derechos de las mujeres y niñas afganas”.

Derechos de las mujeres en riesgo

Pero además de Afganistán, queremos recordar otros lugares en los que los derechos de las mujeres están en riesgo o se están limitando. En Irán, la “policía de la moral” sigue vigilando que la legislación discriminatoria que, entre otras cosas, obliga al uso del velo, se siga cumpliendo. El 13 de septiembre de 2022, la joven Mahsa Amini, de 22 años, fue detenida en Teherán por no llevar bien puesto el velo. La golpearon violentamente para meterla en el furgón policial. Pocas horas después, fue llevada a un hospital en coma y tres días después murió. A raíz de estos sucesos, mujeres y hombres de diversos sectores de la sociedad, se han manifestado contra el régimen que ha respondido con una fuerte represión: disparos con munición real, juicios ilegales, extorsiones a familiares de las personas detenidas y los fallecidas, condenas de muerte y ejecuciones. Se estima que más de 300 personas han muerto por manifestarse, incluidos al menos 41 niños y niñas.

Las mujeres que protestan se enfrentan a violencia policial también en otros países como Colombia. Amnistía Internacional documentó hasta 28 casos de violencia sexual y otro tipo de violencia de género por parte de las fuerzas de seguridad en el transcurso de las manifestaciones celebradas durante el Paro Nacional de 2021.

En Yemen, país que lleva muchos años de conflictos continuados, la tutela masculina sigue siendo un instrumento de control social sobre la vida y las libertades de las mujeres, que lleva a situaciones tan límite como que se mantenga encarceladas a mujeres que han cumplido su condena si ningún tutor masculino se responsabiliza de ellas o si sus familiares se niegan a recibirlas.

Mientras en Estados Unidos, se ha dado un grave paso hacia atrás en cuanto al disfrute de los derechos de las mujeres, al poner fin a la protección del derecho al aborto que regía en todo el país y abrir la puerta a la prohibición de dicho derecho, dejando la decisión de si se sigue o no adelante con un embarazo en manos de los estados, y no de la mujer o la persona embarazada.

“Son muchas las luces rojas que se encienden en diferentes países para alertarnos que no podemos dejar de seguir luchando para proteger los derechos de las mujeres”.

Fotos de Málaga de Jesús Mérida