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EFECTO ESPECTADOR (DEL MAL AJENO) Telediario del jueves 26 de septiembre de 2019: son detenidas dos chicas de 14 años que el lunes 23 habían agredido a otra de la misma edad en un instituto; se identifica a otra menor acusada de difundir el video de la agresión, aunque fueron varios/as quienes grabaron la escena […]

EFECTO ESPECTADOR (DEL MAL AJENO)

Telediario del jueves 26 de septiembre de 2019: son detenidas dos chicas de 14 años que el lunes 23 habían agredido a otra de la misma edad en un instituto; se identifica a otra menor acusada de difundir el video de la agresión, aunque fueron varios/as quienes grabaron la escena y difundieron las imágenes por mensajes y redes[1]. La inspección escolar investigará quiénes presenciaron la paliza y la Agencia de Protección de Datos tomará medidas por la difusión de las imágenes.

Parece que la pasividad ante una desgracia ajena (peleas, robos, violaciones …) solo se activa con la tecla de la cámara del móvil.

¿Por qué ocurre? Tal vez se pueda pensar que el miedo a sufrir un daño personal impide lo que debería ser la natural tendencia a ayudar a un semejante. Entonces ¿por qué grabar en vez de telefonear inmediatamente a emergencias?

Si nos creemos la explicación psicológica de que el cerebro se bloquea ante una situación que causa miedo – el pánico inmovilizador – no se entiende que no lo esté para reaccionar grabando dicha situación.

Otras explicaciones aluden a la difusión de la responsabilidad cuando en la escena hay más personas – ¡otra persona ayudará! -. Y si otra(s) persona(s) se involucra(n) parece que ya surge la responsabilidad hacia el prójimo. Mientras tanto, la responsabilidad se diluye entre los demás, la culpa es compartida y es menos culpa, no es pecado mortal, en todo caso venial, leve, negligente.

Lo cierto es que “vivimos en una realidad en la que si algo no está registrado / compartido en las redes sociales no existe. Tenemos la imperiosa necesidad de divulgar todo lo que nos pasa o todo lo que pasa en nuestra presencia, por simple que sea”[2]. Ese complejo de reportero puede más que la solidaridad.

Algunos psiquiatras explican esta reacción como si la gente estuviera viendo una película. Hemos pasado cientos de horas en nuestra vida viendo en la pantalla atracos, asesinatos, agresiones de todo tipo – auténticos o de ficción – y grabarlo es como dar sentido a lo ocurrido[3]. Demasiada exposición a la violencia sin saber gestionar ese tipo de imágenes; los comportamientos de los actores de la violencia se normalizan.

También se cita la teoría del homo economicus, la evaluación del coste-beneficio ante un hecho, es decir que antes de actuar se piensa que el beneficio (ayudar) será mayor que el costo (consecuencias)[4]; y en este caso, el beneficio se considera que es dejar constancia para la posteridad del hecho acontecido. “Un alejamiento emocional para ir asimilando”[5]. Y se llega a creer que grabar y compartir en redes sociales es una forma de actuar y mitiga la responsabilidad de no ayudar, pasamos a ser espectadores activos. Y si somos capaces de compartir hasta la espumita del cappuccino que nos estamos tomando … ¿cómo no vamos a compartir la agresión a alguien delante de nosotros?

Sin embargo, la inacción está tipificada en el Código Penal como omisión del deber de socorro que quiere garantizar la solidaridad de socorrer a alguien que lo necesita. No ayudar a una persona que lo necesita puede considerarse delito, pudiendo ser condenado a multa o prisión[6].

Y para ayudar no hace falta ni siquiera involucrarse, basta con llamar a emergencias.

Cada vez que no ayudamos a una/s persona/s en peligro somos parte del efecto espectador. No somos empáticos y mucho menos humanitarios.

El efecto espectador no es nuevo, en absoluto, ha existido siempre, la única novedad es que ahora se comparte en internet y el espectador se convierte en reportero por un día.

Si uno de los derechos humanos es que nadie puede ser sometido a torturas ni a penas crueles, inhumanas o degradantes[7], deberíamos, como seres humanos, ser todos garantes de dicho derecho.

“Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada”[8].

EQUIPO AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA

Emma Sopeña Balordi

Imagen de Nino Carè en Pixabay

Enlaces consultados 27/9/19

[1] https://www.madridiario.es/detenidas-dos-chicas-de-14-anos-por-agreder-a-otra-a-la-salida-del-ies-francisco-de-quevedo

[2] https://blogs.20minutos.es/comunicacion-no-verbal-lo-que-no-nos-cuentan/2017/09/01/como-se-explica-la-conducta-de-grabar-en-lugar-de-ayudar-en-el-atentado-de-barcelona/

[3] https://actualidad.rt.com/sociedad/193630-gente-emergencia-ayuda-telefonos-moviles

[4] https://peru21.pe/ciencia/efecto-espectador-nadie-ven-emergencia-439158-noticia/

[5] https://www.lavanguardia.com/vida/20170824/43766421845/atentado-barcelona-reacciones-heridos.html

[6] 1.- El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de 3 a 12 meses.

2.- El que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio ajeno será castigado con la pena de multa de 3 a 12 meses.

https://www.policiah50.com/grabar-con-el-movil-en-lugar-de-ayudar/

[7] Artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

https://dudh.es/5/

[8] Edmund Burke (1729-1797), Citado en Marina, José Antonio. La pasión del poder. Anagrama, 2010.

https://es.wikiquote.org/wiki/Edmund_Burke