Comunidad Valenciana
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NOS VA LA VIDA EN ELLO ¿Por qué hay gente a la que le cuesta seguir unas normas dispuestas in extremis para evitar que la mortandad atacara más de lo que se preveía que iba a hacer? Aunque seguro que nadie, ni siquiera la Organización Mundial de la Salud previno tal hecatombe. Parece que hay […]

NOS VA LA VIDA EN ELLO

¿Por qué hay gente a la que le cuesta seguir unas normas dispuestas in extremis para evitar que la mortandad atacara más de lo que se preveía que iba a hacer? Aunque seguro que nadie, ni siquiera la Organización Mundial de la Salud previno tal hecatombe.

Parece que hay gente a la que el drama no le afecta, que no le incumbe y que es más importante hacer lo que le viene en gana. De hecho, en los primeros 66 días del estado de alarma, las fuerzas policiales han propuesto una media diaria de 15.200 sanciones por infringirlo lo que significa más de un millón de multas por burlar el confinamiento[1]. Es cierto que puede haber habido arbitrariedad policial en el tiempo de alarma y que la Ley Mordaza puede haber afectado[2]. Esa es otra cuestión candente.

Pero durante los meses que hemos pasado confinados en nuestras casas ¡cuántas veces hemos escuchado a amigos y conocidos quejarse de lo pesado que se les hacía! Y lo curioso es que la protesta no solía provenir de personas que se estaban quedando sin recursos para salir adelante. Como si esas personas estuvieran más concienciadas de que se habían tomado esas medidas porque era indispensable hacer el sacrificio por la salud de toda la ciudadanía. La exasperación ha sido grande, tal vez por ello el consumo de alcohol se disparó, sobre todo durante las primeras semanas, como medio para soportar el confinamiento.

Cuando se dispusieron las primeras normas para poder salir algunas horas pudimos ver imágenes del hacinamiento que se producía en determinadas zonas de las grandes ciudades, sobre todo, y muchas personas salían descontroladas a “hacer deporte”.

Cabría preguntarse si esas personas se dan cuenta del privilegio que supone poder elegir zonas donde pasear sin aglomeraciones el tiempo que las autoridades sanitarias han estipulado. Porque sí, tenemos ese privilegio. También cabría preguntarse si la “desesperación” que produce el tiempo de confinamiento para muchas personas está justificada. Hace unas semanas reflexionamos sobre el supuesto estrés psicosocial que un buen número de psicólogos atribuían a los niños durante la pandemia[3]. Ahora volvemos a reflexionar sobre la reacción de los adultos durante el confinamiento y durante el alivio del mismo y en la fase 1. Reflexionamos no solamente sobre el incivismo de echar por cualquier parte los guantes y las mascarillas sino del peligro sanitario que significa esa acción. Reflexionamos sobre los corros de gente en la calle sin respetar en lo más mínimo la distancia de seguridad establecida. Sobre los paseos en grupos. Sobre los botellones que se han ido organizando.

Tenemos la suerte de vivir en un país en el que – a pesar todos los fallos organizativos que se han producido – contamos con un personal sanitario que se ha desvivido por atender a los enfermos. Y sabemos – por muy inconsciente que se sea – que la contención de la pandemia depende absolutamente de nuestro comportamiento, ya que no disponemos todavía de medicación eficaz para atajarla ni de vacuna para evitarla. Y sabemos que las personas más vulnerables son las que menos infringen las normas indispensables para sobrevivir a este mal que nos ha tocado pasar.

Por esas personas más vulnerables, por las que tienen otras enfermedades que complicarían una recuperación del contagio, por las de edad avanzada y por los sectores de población con pocos recursos que están en situación precaria y que ya no aguantarían de ninguna manera una recaída de la pandemia, por todo ello no se puede ser inconsciente.

Si la pandemia se expande, por ejemplo, en campos de refugiados las personas están totalmente perdidas, pero nosotros tenemos la fortuna de poder distanciarnos, de poder contener la epidemia con nuestro comportamiento. Entonces, ¿por qué se actúa de manera irresponsable?

Nos va la vida en ello.

EQUIPO COMUNICACIÓN COMUNIDAD VALENCIANA

Emma Sopeña Balordi


[1] https://elpais.com/espana/2020-05-19/mas-de-un-millon-de-multas-por-burlar-el-confinamiento.html?ssm=TW_CC

[2] https://twitter.com/amnistiaespana/status/1263834502712954880?s=20

[3] https://blogs.es.amnesty.org/comunidad-valenciana/2020/04/30/ninos-vamos-a-la-calle/