Día de la Mujer 2019
Ya es hora de que me creas. Un sistema que cuestiona y desprotege a las víctimas
23-11-2018
La violencia sexual en sus múltiples manifestaciones constituye una forma de violencia por razón de género, una forma de discriminación y una vulneración de derechos humanos, cuyas secuelas físicas y psicológicas, en algunos casos, pueden persistir de por vida. Las violencias sexuales, incluida la violación, afectan de manera desproporcionada a las mujeres, representando formas de agresión y dominación por razón de género que se producen de manera sistémica en todos los contextos políticos, culturales y sociales, ejerciéndose tanto en la vida privada como en la vida pública, siendo también perpetrada por el Estado o sus agentes.
8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Mujeres de Siria, Irán, Irlanda o Chile demuestran que el movimiento por la igualdad es masivo en un mundo en el que todavía 104 países impiden por ley la paridad laboral. Amnistía Internacional se suma a las movilizaciones del 8M en más de 30 ciudades españolas. La […]
8 de marzo, Día Internacional de la Mujer
Mujeres de Siria, Irán, Irlanda o Chile demuestran que el movimiento por la igualdad es masivo en un mundo en el que todavía 104 países impiden por ley la paridad laboral.
Amnistía Internacional se suma a las movilizaciones del 8M en más de 30 ciudades españolas. La organización reclama políticas públicas eficaces contra la violencia sexual que afecta a casi el 14% de las mujeres en nuestro país.
«Amnistía Internacional ha acompañado a miles de mujeres durante el último año en su lucha por la igualdad en todo el mundo y comprobado que este movimiento ya es imparable», manifestó Maribel Tellado, Amnistía Internacional España. «Incluso en lugares en que su activismo es de alto riesgo, las mujeres han decidido avanzar y se han enfrentado a leyes discriminatorias, como las que les impedían conducir vehículos en Arabia Saudí, han denunciado en Estados Unidos y Europa lo generalizado de los abusos sexuales, y han intentado acabar con leyes restrictivas de aborto que ponían en riesgo sus vidas en países como Argentina o Polonia.
La desigualdad económica ha estado también en el centro de estas denuncias. A nivel global, la brecha salarial entre hombres y mujeres por un mismo trabajo es del 23%. El propio Foro Económico Mundial en 2017 señalaba que se necesitarían 217 años para cerrar dicha brecha. El Banco Mundial explica que en 104 países por ley las mujeres no pueden realizar los mismos trabajos que los hombres, lo que discrimina a 2.700 millones de mujeres.
«Activistas de Amnistía Internacional se suman un año más a las movilizaciones del 8 de marzo en todo el mundo para apoyar las reivindicaciones de las mujeres, exigir a los Gobiernos que se impulsen políticas basadas en la igualdad y que acaben con la violencia que afecta a las mujeres por el hecho de ser mujeres. La lucha por los derechos de las mujeres continúa, y estamos comprobando que ésta es fundamental para que se sigan dando pasos a favor de la igualdad”, señaló Maribel Tellado.
Algunos logros y asignaturas pendientes
En el último año, Amnistía Internacional trabajó para conseguir que países como Chile o Irlanda acabaran con leyes restrictivas sobre el aborto que ponían en riesgo la vida de las mujeres; para que mujeres como Teodora del Carmen o Imelda Cortez, fueran liberadas tras haber estado encarceladas bajo las crueles y restrictivas leyes de aborto en El Salvador. O para que países como Islandia y Suecia aprobaran leyes que reconocen que el sexo sin consentimiento es
violación.
Pero sigue quedando mucho trabajo por hacer. Amnistía Internacional ha identificado como en las situaciones más difíciles las mujeres se convierten en motor del cambio. En Siria, tras 8 años de conflicto en los que el número de hombres se ha reducido enormemente, las mujeres han asumido un papel clave y relevante para la marcha del país: arriesgaron sus vidas al distribuir comida y medicamentos en las zonas sitiadas; son la principal fuerza laboral: ocupan el 90% del sector agrícola, llenan las fábricas de Damasco, cubren el 35% de los puestos en prensa escrita y el 54% de los de radio, y el 1,2% de los escaños del Parlamento es para mujeres, el porcentaje más alto desde 1990. Sin embargo, apenas están representadas en las mesas oficiales de las negociaciones de paz. Amnistía Internacional está trabajando para que las mujeres sirias tengan un papel oficial y activo en unas conversaciones que decidirán su futuro y el de su país.
En Irán, durante 2018, mujeres de todo el país se unieron en un movimiento sin precedentes contra las abusivas y discriminatorias leyes sobre el uso obligatorio del hiyab. Las mujeres se echaron a la calle y se subieron a estructuras elevadas en lugares públicos, agitando silenciosamente sus pañuelos. Una protesta pacífica a la que el Estado respondió con violentas agresiones, detenciones, tortura y otros malos tratos, y largas condenas de cárcel en juicios injustos. Amnistía Internacional está presionando para poner fin a la generalizada discriminación que sufren las mujeres, y especialmente las activistas.
Países como Dinamarca, pese a contar con una gran reputación en materia de igualdad de género, esconde uno de los índices más altos de violación de toda Europa. Al igual que en otros muchos países, se denuncian muchas menos violaciones de las que realmente se cometen, y cuando se llega a acudir a la policía para denunciar, la probabilidad de procesamiento y condena de los responsables es muy pequeña. Las estimaciones del número de violaciones y otro tipo de agresiones sexuales cometidas en 2017 oscilan entre las 5.100 y las 24.000, solo se denunciaron 890, de éstas solo 535 llegaron a tribunales, y solo 94 se resolvieron con sentencias condenatorias.
Dinamarca es uno de los países europeos cuya legislación no reconoce el sexo sin consentimiento como violación. Solo siete países lo hacen, en un entorno en el que aproximadamente nueve millones de mujeres de la Unión Europea de más de 15 años han sido violadas. Amnistía Internacional le ha pedido al gobierno danés medidas eficaces para abordar la impunidad de la violación, empezando por el cambio de esta ley.
Motivos para salir a la calle en España
En 2018 se denunciaron 13.811 agresiones sexuales, 1.702 fueron violaciones, 5 violaciones al día. La falta de confianza en las autoridades, el miedo a no ser creídas y la estigmatización que supone denunciar una agresión sexual, mantiene a España muy lejos de la media europea en cuanto al número de denuncias, ocupando el puesto 25 de un total de 32 países. Las cifras siguen siendo muy bajas, si tenemos en cuenta los datos de la Macroencuesta sobre Violencia contra las Mujeres de 2015, que establece que el 13,7% de las mujeres de más de 16 años (más de 3 millones) habría sufrido algún tipo de agresión sexual a lo largo de su vida.
El pasado mes de noviembre, Amnistía Internacional denunciaba que la violencia sexual está invisibilizada, que no existen políticas públicas para abordarla, que las mujeres en España se enfrentan a falta de información y atención desigual según la comunidad autónoma en la que se haya producido la agresión, y que tienen que soportar estereotipos y prejuicios generalizados que menoscaban sus derechos desde que son atendidas en comisaría hasta que llegan a juicio.
“Amnistía Internacional ha pedido un compromiso firme y sólido por parte de todos los partidos políticos para seguir avanzando en la protección de las víctimas de violencia de género, también de la violencia sexual. Las mujeres no pueden estar pendientes de la coyuntura política del país, y por supuesto no van a permitir que se dé ni un paso atrás en igualdad. Desde el 1 de enero de 2003, 984 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas, y las medidas para combatir esta lacra se están poniendo en marcha muy lentamente”, señaló Maribel Tellado.
La desigualdad económica sigue haciendo mella en los derechos de las mujeres. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre 2009 y 2018, el paro se ha reducido un 23% en España. La desigualdad de género se refleja en estas cifras, en el caso de los hombres ha disminuido un 31% y en el de las mujeres solo un 14%. El sueldo medio anual de las mujeres en 2016 (último dato existente) es de 6.000 euros menos que el de los hombres, 20.131 frente a 25.924. Igualmente, las mujeres son las más expuestas a situaciones de pobreza. El 45% de las personas trabajadoras del país gana menos de dos veces el Salario Mínimo Interprofesional, el 55,4% son mujeres. En 2018, el riesgo de pobreza se situaba en un 21,6%, sin embargo, ese porcentaje se dispara al 40,6% en los hogares compuestos por un adulto e hijos dependientes, y éstos están encabezados en un 83% por mujeres.
Porlasmujeres.org
En este 8 de marzo, Amnistía Internacional a través de su web porlasmujeres.org sigue pidiendo la puesta en libertad de Amal Fathy, encarcelada por haber escrito en redes que “Egipto tiene el dudoso honor de ser el subcampeón del mundo en acoso sexual. Las autoridades no nos protegen”; o que se investigue quién asesinó a Marielle Franco, concejala brasileña que defendía los derechos de las personas en la favelas de Río, los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI; o que se libere a Samar Badawi, Loujain al Hathloul, Iman al Nafjan y Aziza al Yousef, detenidas e incomunicadas y podrían ser condenadas a cumplir hasta 20 años de prisión por defender que las mujeres puedan conducir en Arabia Saudí, un derecho que sí han conseguido.
Iluminamos la marcha del 8 de Marzo
Amnistía Internacional participó en las manifestaciones de más de 30 ciudades. En Madrid, como parte de la campaña porlasmujeres.org una furgoneta recorrió las calles de la ciudad con mensajes que reclaman igualdad de derechos para las mujeres. Mensajes que en el transcurso de la manifestación se proyectaron en la fachada del edificio del Ministerio de Sanidad.