Extremadura
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Artículo 23: Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que […]

Artículo 23:

  1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
  2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
  3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
  4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Hoy vamos a hablar del artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que trata sobre el derecho al trabajo, el derecho a tener una remuneración justa para poder vivir y para poder contribuir también con los impuestos o con la cotización a la Seguridad Social para que tengamos los servicios públicos que favorecen el bienestar social general.

El artículo 23 es muy extenso y contiene muchos puntos, así que intentaré resumirlos lo máximo posible.

El primero dice: Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

La satisfacción de este punto corresponde íntegramente al gobierno de una nación. Es al gobierno a quien debemos exigir una situación de pleno empleo, en la medida de lo posible y también, que establezca un sistema de prestaciones para aliviar la situación de aquellos trabajadores que se queden temporalmente sin empleo; también es el gobierno quien debe establecer un salario mínimo que permita a los trabajadores vivir dignamente y no en el estado de extrema pobreza que hay en muchos países o de precariedad, que incluso se está dando en el nuestro. Y en cuanto a la libre elección del empleo, yo lo relaciono con el derecho a poder elegir el trabajo que te motiva, para lo que uno tiene vocación. En este caso, el gobierno debe establecer un sistema de becas que permita cubrir los gastos de los jóvenes estudiantes de familias más desfavorecidas.

Otro punto es: Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

El tipo de discriminación más comentado en los medios es el de discriminación por género: una mujer y un hombre realizan el mismo trabajo y, sin embargo, ella recibe mucho menos salario que su compañero. Esta función corresponde íntegramente a la empresa. Muchas veces la empresa justifica esta discriminación porque “ellos tienen puestos de más responsabilidad”. Pues habrá que ver si las mujeres no pueden asumir esos puestos de responsabilidad porque se dedican al cuidado de su familia, y aquí hablaríamos de la conciliación familiar, o porque existe una mentalidad de que son los hombres los que deben asumir esos puestos de responsabilidad. Eso habría que analizarlo.

Por otra parte, toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

En los países no democráticos los sindicatos están prohibidos. Sin embargo, los sindicatos son un agente social importante para la defensa de los derechos de los trabajadores. No solo negocian los convenios colectivos, sino que también sirven de mediadores en los conflictos laborales que surjan entre trabajadores y empresa, ya sea con carácter colectivo o individual. Un trabajador que está sindicado, que está afiliado a un sindicato, tendrá más garantías de protección que uno que no lo está.

La canción que he escogido para representar el derecho al trabajo es de los años 80, de Donna Summer, “She works hard for the Money” (Ella trabaja duro por su dinero). Es una canción tipo discoteca, que refleja muy bien el ritmo continuo de trabajo. Habla de la historia de una mujer que lleva 28 años trabajando y que, sin embargo, sigue cobrando una miseria. En la canción dice, literalmente, “una propina”. Aquí estamos hablando del derecho a tener un salario digno, estamos hablando de la precariedad laboral. Ella se siente contenta (fijaos en el sentido que tenemos las mujeres de cuidadores y de protectores). Se siente contenta porque atiende a sus clientes que van con sus problemas y le van a llorar. Ella no tiene dinero, pero se siente satisfecha. Sin embargo, sus clientes abusan de ella, porque le ofrecen dinero para prostituirse. No lo dice directamente, pero dice “ella nunca se venderá por dinero, así que trátala bien”. Bueno, pues, efectivamente, la precariedad laboral lleva a muchas mujeres a prostituirse por un poco de dinero. El acoso en el trabajo es otro de los aspectos que se ve; continuamente en el estribillo se dice: “Ella trabaja duro por dinero, así que es mejor que la trates bien”. Ese es otro aspecto de los que tendríamos que hablar y, como es tan extenso, pues aquí lo vamos a dejar.

Espero que disfrutéis mucho con la canción.

Disculpad por la extensión del discurso y, como siempre, muchas gracias por escuchar.