Extremadura
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Artículo 30: Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración. Buenos días. Hoy, en representación de Amnistía […]

Artículo 30:

Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.

Buenos días. Hoy, en representación de Amnistía Internacional, quería comentar la última canción de esta serie, que se refiere al artículo número 30 de la Declaración de Derechos Humanos.

Este artículo lo que dice es que no se puede usar la Declaración para incumplir ninguno de los propios derechos que esta incluye. Y esto se lo dice al Estado, a grupos de personas o incluso a personas individuales, pero nadie pude usar esta Declaración para atacar los propios derechos que incluye, aunque suene ilógico, pero el problema de este artículo es que sí se incumple en muchos casos y creemos que una canción muy buena para reflejar lo que siente la gente al ver este suceso es “Golpe maestro”, de Vetusta Morla.

Esta canción muestra mucho pesimismo, muestra un presente en el que parece que ya hemos perdido la lucha por un mundo mejor. Empieza la canción diciendo que nos han robado varias cosas y, al final, una frase dice “nos han robado las ganas de luchar”. Eso es lo que nos han robado, pero ¿quiénes? Porque a lo largo de la canción usa el impersonal, no dice: “Nos lo ha robado este, nos lo ha robado otro…” Nos lo han robado las personas que tienen el poder. Y son tantas personas que, por eso, sale el impersonal. No hay nadie concreto, son muchas personas que, al final, se están aprovechando de nosotros. ¿Cómo? Mediante la mentira. Mediante la mentira, en España podemos verlo muy fácilmente: ha habido muchos cambios de gobierno, históricamente, pero en la actualidad también y hemos estado siendo engañados una y otra vez con promesas sobre un estado del bienestar, un futuro mejor… Pero al final todo se ha derrumbado, todo era una falsedad, sobre todo eran ilusiones. Y en el resto del mundo también. Todo empieza con tipos de gobierno distintos, otras formas políticas, pero al final siempre es por eso, por el engaño. Nos están engañando las personas que se supone que tienen que protegernos y por eso muestra tanta pena la canción: hemos perdido. Si las personas en las que hemos confiado nos han fallado, ya, ¿para qué luchar? Es una decepción tras otra. Pero, sin embargo, la canción nos sorprende al final porque hay un rayo de esperanza en medio de tanta oscuridad. Son los testigos que menciona, los testigos son el germen de la nueva lucha, la gente que todavía no se ha rendido, gente que, en vez de autoengañarse y decir “ya no puedo vivir mejor o no hay nada que hacer”, se decide a luchar, sabe que el mundo no está bien y que puede ser un lugar mucho mejor, mucho más justo. Y con todas esas ganas de luchar y esa gente que todavía no se rinde es como vamos a conseguir que este mundo sea un lugar lleno de paz y de justicia.