Extremadura
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Una asamblea especial, en tiempos de prudencia y resistencia

No descubrimos nada nuevo cuando nos referimos a lo que nos ha cambiado la vida desde marzo de 2020, a raíz de la pandemia de covid-19. También para la familia de Amnistía Internacional Extremadura (AIEX), por ejemplo, en sus formas de ejercer un activismo en pro de los derechos humanos. Como muchas otras personas, nos […]

No descubrimos nada nuevo cuando nos referimos a lo que nos ha cambiado la vida desde marzo de 2020, a raíz de la pandemia de covid-19. También para la familia de Amnistía Internacional Extremadura (AIEX), por ejemplo, en sus formas de ejercer un activismo en pro de los derechos humanos. Como muchas otras personas, nos hemos ya habituado a reunirnos por internet, con una pantalla de por medio. Estamos de acuerdo en que no hay nada como lo presencial y vivencial, como las conversaciones y comentarios que fluyen de manera casi espontánea al calor de esos encuentros, aparte del discurrir más oficial de la propia asamblea u otras convocatorias. Es lo que nos toca. Estamos seguros y seguras de que más pronto que tarde regresaremos a las tan deseadas reuniones en vivo y a compartir espacios más informales: cafés, piscolabis… en nuestras sedes en Cáceres y Badajoz o en establecimientos cercanos. Ahora seguimos conectadas vía Zoom, Jitsi… y siempre nos saca alguna sonrisa los ya habituales pitidos y sonidos que se acoplan al comienzo hasta que se produce el cierre de micrófonos. Gajes del oficio en época de videoconferencias.

No obstante, afortunadamente, hay aspectos que no se modifican, como “la buena relación y fluidez” entre sus activistas, en palabras de Remedios Tierno, coordinadora de AIEX, para la que también es fundamental –más en estos momentos– poner en conexión a personas comprometidas, máxime en un territorio como Extremadura, con una gran dispersión poblacional y largas distancias.

Isabel García, vocal en el Comité Ejecutivo Federal de Amnistía Internacional España, nos acompañó y fue consciente de ello; como colofón final de la asamblea, felicitó a “este grupo tan heterogéneo” en Extremadura por su gran labor. La treintena de personas que nos dimos cita la mañana del domingo 7 de febrero de 2021 es una muestra de esas ganas, buen entendimiento, de las buenas relaciones y la actitud positiva y proactiva existentes.

El año pasado fue difícil para todas y todos. Y el compañero Juan Carlos Martín nos emocionó con sus palabras de agradecimiento ya que fue para él complicado a veces desconectar de su día a día laboral, como médico de atención primaria en meses de duro combate contra la pandemia, y desarrollar su tarea de coordinador del equipo de comunicación, en cuya misión le ayudó bastante Carmen Macías, como vicecoordinadora.

Nadie podía aventurar que el 2020 –que comenzaba en enero con nuestra participación en el Foro de Entidades Autonómicas; una entrevista en Mérida entre Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España, y Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, y la gira por la región del defensor de derechos humanos colombiano Gustavo Pérez– tomase un cariz tan negativo a partir de marzo. En febrero tuvo lugar nuestra asamblea en Cáceres –tal vez la última reunión presencial de activistas– y desde entonces no nos quedó más remedio que efectuar reuniones y actos públicos online. Es el caso del que se viene realizando desde hace varios años junto con AECOS (Asociación Extremeña de Comunicación Social) con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, a principios de mayo, o el también tradicional acto con motivo del Día de los Derechos Humanos (10 de diciembre), en el que se falla el concurso de microrrelatos, que se convocó en primavera. En dicho certamen pudimos apreciar su consolidación en su cuarta edición, con un notable incremento de la recepción de obras, muchas de ellas procedentes de otras comunidades autonómicas y de países de América Latina.

‘Ciudades por la vida’ sí que pudo ser algo “presencial”, en las ciudades que se sumaron esta vez (Cáceres, Mérida, Don Benito y Villafranca de los Barros), y tuvo cierto impacto mediático. Además del seguimiento directo a cómo estaba afectando la covid-19 al acceso a la sanidad universal, la protección de los sanitarios o la gestión de la crisis en las residencias de mayores (informe ‘Abandonadas a su suerte’, publicado en diciembre de 2020), pusimos mucho esfuerzo en denunciar una lacra social silenciada, a raíz de la publicación del informe ‘Cadenas invisibles’: la trata de mujeres con fines de explotación sexual.

La comunicación –una herramienta que consideramos esencial para hacer frente a tantos bulos, polarización extrema y mensajes de odio– sigue siendo un pilar importante para AIEX, como lo demuestra el tráfico generado por diferentes plataformas: nuestro blog y nuestros perfiles en redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram, y de cuyas actualizaciones y publicaciones está siempre pendiente el compañero Ángel Vázquez. Y no podemos olvidarnos de nuestro boletín digital, enviado a personas socias de la región, y del cual se han editado tres números. Gracias, Arturo Portillo, socio de Amnistía y director de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Mérida, por tu disposición para hacer realidad esta publicación.

Un equipo que comenzó a rodar en 2020 fue el de Gestión del activismo y en el que, según nos contó su coordinador, David Sevilla, se están dando pasos para que vea la luz en los próximos meses el cuarto equipo de AIEX: Trabajo con la sociedad civil. Para nutrirlo de gente, se hizo un llamamiento entre personas socias para que puedan dar el salto y hacerse activistas. A su vez, el vicecoordinador David anunció su intención de promover la creación de un grupo universitario, dado que tanto él como Antonio Gordillo son profesores de la Universidad de Extremadura.

Frenético fue el trabajo desarrollado por el equipo de Relaciones institucionales, encabezado por Inma González y Nuria Dillán, puesto que fueron muchos los frentes abiertos, sobre todo a raíz del impacto de la pandemia. Así, se solicitó tanto información como entrevistas a la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales para analizar lo acontecido en residencias de mayores de la región (y reuniones con Fiscalía sobre este asunto). Además, entre otras cuestiones más, se intermedió con la Consejería de Educación y Empleo y varios ayuntamientos para que el reparto de comida a estudiantes usuarios de comedores escolares durante el confinamiento domiciliario fuese efectivo.

Gabino Sánchez rindió cuentas acerca de la ejecución del presupuesto en un año peculiar como 2020, con mínima actividad presencial en centros educativos, en la calle… Tras seis años como tesorero, Gabino pasa el testigo a una nueva incorporación: Fermín Rey, profesor jubilado.

En cuanto a la organización interna de la entidad autonómica se aprobaron, entre otras cuestiones de interés, las modificaciones en el Reglamento de AI Extremadura, así como la nueva denominación y estructura del Comité Coordinador, que pasa a llamarse Comité Ejecutivo Autonómico y que queda configurado así:


– Presidenta: Remedios Tierno

– Vicepresidenta: Inmaculada González

– Secretario: Antonio Gordillo

– Tesorero: Fermín Rey

– Vocalías: Nuria Dillán, Juan Carlos Martín, Carmen Macías y David Sevilla

En AIEX se aboga por un sistema de renovación de liderazgos, de tal suerte que en la medida de lo posible puedan existir dos personas al frente de unidades, como es el caso de los equipos de trabajo: Relaciones institucionales, Comunicación y Gestión del activismo.

Otra decisión importante adoptada fue la creación del Área de Género, que estará dirigida por Ana Belén Díaz y María Dolores Salguero. Entre sus misiones estará la introducción siempre, en todas las actuaciones y medidas, de la perspectiva de género y feminista. Un ejemplo recurrente: el uso de un lenguaje inclusivo e integrador.

Remedios Tierno esbozó algunas de las líneas principales del plan de trabajo para 2021, que contempla una mayor actividad de movilización en su conjunto, a pesar de las incertidumbres actuales, y un crecimiento de estructuras y de personas socias; además de un seguimiento del trabajo de la entidad que incluya al menos dos reuniones anuales de todos sus integrantes: la asamblea de febrero y otra en torno a junio o julio. La formación de los y las activistas sigue siendo vital, y se recordaron los talleres que se están realizando desde el Secretariado Estatal sobre el informe de bebés robados en España y la vacunación contra el coronavirus. De hecho, entre las aportaciones en el seno de la asamblea, surgió la idea de promover tertulias y debates abiertos a la ciudadanía sobre los informes que se vayan presentando desde Amnistía Internacional.

En lo referente a tesorería y presupuestos se realizará una coordinación fluida entre la entidad autonómica y los dos grupos locales existentes: Cáceres y Badajoz.

En vista del desarrollo de los acontecimientos derivados de la covid-19, seguirán teniendo peso especial contenidos como el acceso a la sanidad universal, la gestión de las residencias de mayores…, pero sin olvidar temas como el tráfico de armas, los bebés robados en España (en marzo se lanzará un informe al respecto), la violencia sexual y la trata, etc.

Un activista con gran experiencia en la organización, Alejandro Corchado, recordó que en 2021 se cumplen 60 años de Amnistía Internacional como movimiento global, un hecho que puede servir para relanzar la trayectoria histórica de AIEX y rememorar los orígenes de los grupos locales y la entidad autonómica.

Otra histórica activista, Ángela Rivera, una de las creadoras del grupo local de Amnistía en Badajoz, insistió durante su intervención en mejorar la captación de socios y socias, sobre todo entre la gente más joven, para lo cual –expuso– se van a potenciar los mensajes en las redes sociales del grupo, tarea en la que ya está inmersa una nueva compañera: Sara.

Durante el cierre de la asamblea, Isabel García recordó algo acerca de lo cual, afirmó, no podemos olvidarnos pese a que la covid lo invada todo. Se trata de la vocación de Amnistía como organización internacional y las muchas luchas que aún quedan pendientes y sobre las que hay que seguir en la brecha en cuanto a derechos civiles y políticos: la abolición de la pena de muerte, las ejecuciones extrajudiciales, la libertad de expresión y asociación, los derechos sexuales y reproductivos, etcétera.

En suma, nos encontramos ante una asamblea atípica, en tanto en cuanto fue la primera de un año concreto que se celebró virtualmente, aunque esperemos que la de 2022 sea presencial y en ella podamos compartir, como hemos venido haciendo, momentos únicos. Mientras tanto, la actual ha sido también especial por celebrarse, en palabras de la activista del grupo local de Cáceres María José Benegas, “en tiempos de prudencia y resistencia”. ¡Ánimo y mucha fuerza y unión, compañeras y compañeros! ¡La lucha por el cumplimiento de los derechos humanos persiste!