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Manifestación en Marruecos con una pancarta que reza "Exigimos diignidad"

Marruecos y Sáhara Occidental: ¡Silencio, se vigila!

Activistas pacíficos, artistas y periodistas se enfrentan a largas penas de prisión por ejercer su derecho a disentir. Escribir un tuit, una canción o un vídeo en Youtube pueden ser causa de represión en el país árabe

Autora: Ana Sánchez. Equipo MENA (Middle East and North Africa) de AIM

Represión, hostigamiento, incluso el uso de programas espía de vigilancia digital. Todo para silenciar las voces críticas de periodistas, blogueros, raperos y defensores de los Derechos Humanos.

A este patrón se acaba de unir la Ley de Emergencia Sanitaria, aprobada por el Parlamento marroquí a raíz de la pandemia de COVID-19, que prevé penas de hasta tres meses de cárcel y multas de 1.300 dirham (alrededor de 130€) a quienes incumplan las “órdenes y decisiones tomadas por las autoridades públicas” y a quienes las “obstruyan” mediante “escritos, publicaciones y fotografías”. En la práctica, vía libre para reprimir la Libertad de expresión y por la que ya han sido detenidos varios activistas y periodistas ciudadanos por publicaciones en internet y redes sociales donde se criticaba la gestión de la ayuda humanitaria por parte de las autoridades en el contexto de la COVID-19.

Al mismo tiempo se ha intensificado la represión con una nueva oleada de detenciones arbitrarias en muchos casos solo por criticar al Rey. “Ofender” o “insultar” al Rey o la Monarquía es una línea roja que no se puede cruzar en Marruecos.

  • Mohamed Sekkai, bloguero. 4 años de prisión y multa por publicar en YouTube un video donde se criticada al Rey por imponer un nuevo impuesto a los usuarios de este sitio web.
  • Hazma Sabaar, rapero de El Aaiún. 3 años de prisión y multa por una canción criticando el deterioro socioeconómico del país.
  • Omar Radi, periodista. 4 meses de prisión en suspenso y multa por un tuit criticando el sistema judicial por ratificar las duras penas de prisión a los activistas del Movimiento por la Justicia social HIRAK del Rif.

Según una nueva investigación de Amnistía Internacional, Radi, al igual que varios activistas pro-Derechos Humanos, ha sido objeto de una tecnología de vigilancia desarrollada por la empresa israelí NSO Group, mediante mensajes de SMS con enlaces maliciosos que al abrirlos instalan el programa espía Pegasus que permite al remitente de los mismos tener un control casi absoluto del teléfono.

Represión en el Sáhara Occidental

En el Sahara Occidental, administrado de facto por Marruecos desde 1975, la represión contra los activistas saharauis que piden la independencia de la región o los periodistas que intentan arrojar luz sobre esta zona también se ha intensificado. Cualquier intento de informar sobre la situación real en el Sahara Occidental es reprimida con detenciones y multas.

Periodistas saharauis como Bachir Mahdar Khada, Abdalahi el Ouali Lekhfaouni, Hassan Dah y Mohamed Lamin Haddi, permanecen en prisión y están condenados a penas -que oscilan entre dos años de cárcel y la perpetuidad- por la muerte de once agentes marroquíes durante el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik a las afueras de El Aaiún. Amnistía Internacional ha denunciado que estas condenas se impusieron en un juicio flagrantemente injusto, lleno de irregularidades y empañado por denuncias de tortura que no se han investigado.

Poesía saharaui desde el exilio

El poeta Saharaui en el exilio, Bahia Awad, durante el recital de poesía que organizó Amnistía Internacional Madrid por los Derechos Humanos en Oriente Medio y el Norte de África.

Durante el Recital de poesía que organizamos por los Derechos Humanos en Oriente Medio y el Norte de África, el poeta saharaui en el exilio, Bahia Awad, nos leyó alguno de sus poemas.

Exilio IV*

Largo rato dialogué con el exilio,
triste lo que me contó:
“A Machado
el exilio le consumió”.
Le pregunté por sus consecuencias
y respondió:
extrañamiento,
deportación, expulsión,
destierro,
y un desarraigo al que
no me he querido rendir.
El exilio, quien lo probó lo sabe.
El exilio es Neruda,
el exilio son las silenciadas
palabras que a veces quiero escribir
y por dolor no me brotan.
Son las luchas que quiero ganar
y me enfrentan con el ajeno
y extraño invasor.
El exilio es mi vida confinada
a tiempo ilimitado
en el vientre alquilado
de una vieja metrópoli,
retrógrada y carcomida en sus entrañas.
Yo vivo el exilio.

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