La situación durante la primera ola fue desbordante. La falta de material hizo que mucho personal sanitario se contagiara al entrar atender a los pacientes. Sheila Felipe, enfermera de la unidad COVID-19 en el Hospital Clínico de Salamanca, reconoce que algunos sanitarios amenazaron con negarse a entrar a una habitación por la escasez de medios de la que disponía. Aunque al final, siempre se acababa atendiendo a todos los pacientes de la mejor manera posible. “Era una situación muy frutaste”, relata la enfermera.
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