MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA, ¿QUÉ SABEMOS?
MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA, ¿QUÉ SABEMOS? Millones de niñas, normalmente menores de 15 años, han sufrido y siguen sufriendo la práctica de la ablación o mutilación genital con consecuencias devastadoras para su salud a corto y a largo plazo: graves infecciones (muerte en muchísimos casos), imposibilidad de mantener relaciones sexuales normales, dificultades durante el parto, complicaciones […]
MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA, ¿QUÉ SABEMOS?
Millones de niñas, normalmente menores de 15 años, han sufrido y siguen sufriendo la práctica de la ablación o mutilación genital con consecuencias devastadoras para su salud a corto y a largo plazo: graves infecciones (muerte en muchísimos casos), imposibilidad de mantener relaciones sexuales normales, dificultades durante el parto, complicaciones urinarias, cicatrices dolorosas, quistes, queloides, infertilidad, problemas menstruales entre otras muchas, así como serios trastornos psicológicos.
Se realiza por circuncisores tradicionales que además se encargan de los partos. También hay asistentes sanitarios que la realizan creyendo es más seguro que dejarlo en manos de los circuncisores porque, por lo menos, se lleva a cabo en condiciones medicalizadas pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide que se abstengan de realizarla[1].
Esta práctica sigue enraizada en muchas culturas asiáticas y africanas especialmente porque alrededor de ella se encuentran creencias como que con ella se elimina la necesidad sexual de la mujer y que los genitales femeninos son sucios. Se considera un rito de iniciación a la madurez. Aunque no hay escritos religiosos que la avalen, los defensores de la ablación consideran que tiene un respaldo religioso.
“Las principales causas derivan de patrones y normas culturales profundamente arraigados”[2]. Y lo cierto es que se considera necesaria para conseguir un buen matrimonio ya que las niñas no mutiladas son consideradas impuras, “la mutilación genital femenina equivale a la pureza”[3]
La ablación consiste en la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos por los siguientes medios[4] [5]:
-clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris
-excisión: resección parcial o total del clítoris y de los labios menores
-infibulación: estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante un corte y la recolocación de los labios menores o mayores
-otros tipos de procedimientos como perforación, incisión, raspado o cauterización
Esta última práctica es la más grave y por la que mueren el mayor número de niñas.
“En países donde prevalece esta práctica, la mayoría de hombres y mujeres están en contra, pero suelen ocultar sus creencias por miedo a que sus comunidades los rechacen”[6].
Pero en realidad, la falta de educación de los progenitores es la causa de esta práctica y la erradicación por imposición legal es complicada.
Aun así, las políticas internacionales apuntan medidas específicas para poner fin a esta práctica nociva y de violencia de género”[7]. Se hace necesario el apoyo legal para las personas defensoras de los derechos humanos porque son las que se oponen en el seno de las comunidades a la realización de la mutilación enfrentándose a las tradiciones patriarcales e intentando concienciar a hombres y mujeres sobre la atrocidad de tal práctica. Necesaria educación porque a pesar de no ser legal en gran número de países y ser perseguida sigue teniendo personas adeptas que la consideran una tradición y una fiesta[8].
En los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Agenda de las Naciones Unidas se encuentra la eliminación de la mutilación genital femenina[9].
Las actividades de la OMS se centran en el fortalecimiento de la respuesta del sector de la salud por medio de materiales formativos y la generación de conocimientos sobre las consecuencias de la práctica[10].
Los avances son notables, recientemente un imán ha denunciado la crueldad de la ablación[11], habría parecido increíble hace poco tiempo, pero queda mucho camino por recorrer hasta la abolición de esta práctica terrible.
EQUIPO COMUNICACIÓN COMUNIDAD VALENCIANA
Emma Sopeña Balordi
Foto: Un grupo de adolescentes somalíes acuden a un taller sobre la práctica de la mutilación genital femenina.
© AP Photo/Jason Straziuso
https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/asha-ismail-mutilada-por-ser-mujer/
[1] https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/female-genital-mutilation
[2] https://www.amnistia.org/ve/blog/2018/02/4755/tolerancia-cero-a-la-mutilacion-genital-femenina
[3] https://www.amnistia.org/ve/blog/2018/02/4755/tolerancia-cero-a-la-mutilacion-genital-femenina
[4] http://www.mujeresenigualdad.com/Mutilacion-Genital-Femenina_es_174_0_0_148.html
[5] https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/female-genital-mutilation
[6] https://www.unicef.org/es/historias/lo-que-debes-saber-sobre-la-mutilacion-genital-femenina
[7] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/tolerancia-cero-con-la-mutilacion-genital-femenina/
[8] https://elpais.com/elpais/2019/07/08/planeta_futuro/1562582931_673582.html
[9] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/tolerancia-cero-con-la-mutilacion-genital-femenina/
[10] https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/female-genital-mutilation
[11]https://elpais.com/elpais/2019/07/04/planeta_futuro/1562241037_179687.html?id_externo_rsoc=FB_CC&fbclid=IwAR0-yPWfxYUGn-RPo3TSV9vVJZU71LGXNRLx5AenDOJ_gfXyZg_CdVT0uzU