ACAPARAR EL SUPER (ME LLEVO TODO LO QUE NO NECESITO POR SI ACASO)
ACAPARAR EL SUPER (ME LLEVO TODO LO QUE NO NECESITO POR SI ACASO) En estos días de obligado e insólito retiro – de los que mucha gente solo saldrá para dirigirse a los supermercados – conviene reflexionar. La ola del virus de la paranoia de la compra compulsiva asalta los supermercados. Carros hasta los topes, […]
ACAPARAR EL SUPER (ME LLEVO TODO LO QUE NO NECESITO POR SI ACASO)
En estos días de obligado e insólito retiro – de los que mucha gente solo saldrá para dirigirse a los supermercados – conviene reflexionar.
La ola del virus de la paranoia de la compra compulsiva asalta los supermercados.
Carros hasta los topes, incluso dos carros por persona, frutas y verduras frescas que se echarán a perder con toda seguridad porque no aguantarán muchos días, carne y fiambres para nutrir a un regimiento, latas de tomate para organizar una tomatina, paquetes de arroz para hacer paellas gigantes … y papel higiénico … ¡ya no queda! ¡Horror! ¡Qué haremos? Pues cojamos el de cocina, que dobladito sirve igual. Oye, es que me han dicho que te puedes hacer una mascarilla casera. “Es la última mutación del miedo al coronavirus, quizá la definitiva, el punto final”[1]. Puede ser un efecto mimético, el FOMO (Fear of Missing Out) miedo a perderse algo que los demás sí tienen, y si los demás lo hacen ¡por algo será!
Podemos tomarlo a broma pero no tiene gracia alguna, es triste y vergonzoso.
Se puede entender que los padres y madres al enterarse de que cierran los colegios deben comprar lo suficiente para hacer la comida en casa, pero … los niños y niñas cenaban en casa antes, solo se trata de la comida de mediodía. ¿Qué ocurre entonces? Entendemos que personas muy mayores que pasaron una guerra y una posguerra tengan grabada en su memoria la escasez, el hambre, pero no son esas personas las que cargan los carros hasta desbordar.
El miedo descontrolado al desabastecimiento, a tener que afrontar un encierro en los domicilios ciega a la gente y la torna irracional.
Y lo peor, la vuelve insolidaria. No va a producirse desabastecimiento han asegurado los responsables de las grandes empresas y si, momentáneamente, se produjera sería precisamente por ese egoísmo acaparador.
Es hora de preguntarse qué harían estas personas si, de verdad, se encontraran con un desabastecimiento auténtico de productos de primera necesidad como en tantos países. Si incluso “ha habido algún caso de agresión entre clientes por hacerse con el único producto que quedaba a la venta”[2], ¿la reacción ante la imposibilidad de alimentar a la familia cuál sería?
Seamos racionales, pensemos que los que tienen poder adquisitivo como para reventar los carros del super están produciendo un daño a quienes posiblemente necesiten ese día un solo paquete de arroz para dar de comer a toda la familia. No va a producirse desabastecimiento, no va a haberlo en ningún caso si no cometemos el imperdonable error de actuar con la consigna del “todo para mí”.
Y si somos capaces de mirar solo un poquito más lejos nos avergonzaremos al llegar a casa y no tener dónde colocar el arsenal de comida que no podremos consumir antes de que caduque o se eche a perder.
Racionalidad. Solidaridad. ¡Por favor!
EQUIPO COMUNICACIÓN COMUNIDAD VALENCIANA
Emma Sopeña Balordi
[1] https://www.niusdiario.es/sociedad/sanidad/coronavirus-misterio-agota-papel-higienico-covid-19_18_2912970211.html
[2] http://noticiasdelarioja.com/largas-colas-y-lineales-vacios-en-los-supermercados-riojanos-por-la-crisis-del-coronavirus/