A VER QUIÉN LLEGA ANTES: LA CARRERA POR LA VACUNA
A VER QUIÉN LLEGA ANTES: LA CARRERA POR LA VACUNA El “a ver quién llega antes” se veía venir. En estados de emergencia el instinto de supervivencia prevalece. Y, desgraciadamente, el egoísmo y la desvergüenza también. Hemos asistido con indignación – pero no con sorpresa – a la difusión de informaciones sobre personas influyentes que […]
A VER QUIÉN LLEGA ANTES: LA CARRERA POR LA VACUNA
El “a ver quién llega antes” se veía venir.
En estados de emergencia el instinto de supervivencia prevalece. Y, desgraciadamente, el egoísmo y la desvergüenza también.
Hemos asistido con indignación – pero no con sorpresa – a la difusión de informaciones sobre personas influyentes que se han saltado la cola para poner el brazo. Algunas justificaron ese asalto a la vacuna con la excusa de no desperdiciar las sobrantes, otras argumentando su condición de grupo prioritario por estar gestionando la pandemia (!). Aquí no importa el color del partido, incluso la cúpula de la Iglesia sucumbió a la tentación de poner el brazo antes que nadie.
Y en esta carrera por la vacuna no solo son las personas las que compiten para ganar sino los países. Sin comprender que la distribución equitativa de las vacunas disponibles es una prueba moral. Y de sentido común si la moralidad no les afecta. Los grandes perjudicados en la competición son los países en vías de desarrollo, que no disponen de recursos económicos para competir con los países ricos. Pero todos estamos en el mismo barco en esta tormenta sanitaria.
Diez países han acaparado el 75% de las vacunas COVID-19 suministradas. Más de 130 países no han recibido ni una sola dosis.
¿Acaso no se dan cuenta de que las vacunas podrían perder efectividad si se permite la propagación del virus en el Sur global?[1] El acceso equitativo a las vacunas no es solo una cuestión de derechos humanos sino la única vía para frenar la pandemia.
El mecanismo COVAX[2] – que busca garantizar la llegada de las vacunas a los países de renta baja y media en una proporción, así como una cartera de vacunas diversificada y gestionada activamente -, podría ser una solución, pero requiere recursos. Y el problema no es sólo la falta de recursos sino la inseguridad de los países en conflicto y la ausencia de sistema sanitario, la falta de transporte, la dificultad de mantener las cadenas de frío, el almacenamiento, la infraestructura logística …
El Comité Internacional de Bioética[3] de la UNESCO y la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología (COMEST) piden un cambio de rumbo de las estrategias de vacunación: deben tratarse como un bien público mundial a disposición de todos los países.
En la última reunión del G7 (el grupo de los siete países más ricos del mundo), los líderes políticos se comprometieron a ayudar y, de momento, destinarán 7.500 millones para financiar la vacunación en países en desarrollo[4]. Pero las naciones del G7 se perjudican a sí mismas si no garantizan el acceso global a las vacunas, como lo pone de manifiesto el director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional[5]. Compartir un 5% de vacunas es ridículo e inaceptable. Aunque el COVAX proporcione vacunas al 20% de la población en los países pobres, si se sigue bloqueando otras iniciativas seguirá muriendo gente y seguiremos expuestos todos. Por desgracia no es un brote, ni una epidemia, un brote descontrolado y mantenido en el tiempo en un área geográfica. Es una terrible pandemia que se extiende inexorablemente por los continentes con transmisión comunitaria.
No hay otra posibilidad más que suspender los derechos de propiedad intelectual durante la pandemia, como propone la Organización Mundial del Comercio (OMC)[6] , ya que dicha medida facilitaría a otros países y empresas la fabricación de vacunas, la transferencia de tecnología con el fin de que fabricantes de todo el mundo produjeran medicamentos y productos relacionados con la COVID-19. Pero las naciones ricas, que han financiado con dinero público a las empresas productoras, no tienen interés en compartir los conocimientos y tecnologías por medio de la OMS. Y esta actitud incomprensible por absurda propiciará que el virus siga propagándose y mutando por lo que tampoco las naciones del G7 estarán seguras.
Los gobiernos deben dejar de bloquear una exención temporal de algunas normas globales sobre propiedad intelectual. Las empresas desarrolladoras de vacunas deben respaldar el Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19[7] de la OMS. India y Sudáfrica expusieron en la reunión de la OMC en diciembre de 2020 una propuesta de exención temporal de algunas disposiciones del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) con el fin de que los gobiernos puedan afrontar la crisis de salud. Un grupo de personas expertas en derechos humanos de la ONU hizo pública una declaración conjunta que acoge la propuesta de exención de los ADPIC. Los derechos de propiedad intelectual no pueden ser un obstáculo para cumplir con los derechos humanos.
La lucha contra la pandemia solo tendrá un final si se distribuyen adecuadamente las vacunas y se ponen a disposición de quienes más riesgo corren. Y las empresas farmacéuticas deben cumplir sus responsabilidades en materia de derechos humanos. Es la única forma de controlar la pandemia y reiniciar la economía mundial.
“No terminaremos con la pandemia en ningún lugar si no acabamos con ella en todas partes”[8].
EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTIA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA
Emma Sopeña Balordi
Responsable de RRSS AICV
Imagen de Hakan German en Pixabay
ENLACES
https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/mi-vacuna-antes-que-la-tuya/
[1] https://news.un.org/es/story/2021/02/1488202
[2] https://www.who.int/es/initiatives/act-accelerator/covax
[3] https://www.cibir.es/es/bioetica/red/unesco
[4] https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20210222/6256320/mundo-gira-torno-vacunas.html
[5] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/las-naciones-del-g-7-se-perjudican-a-si-mismas-al-no-garantizar-el-acceso-global-a-las-vacunas/
[6] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/urge-la-exencion-de-las-normas-sobre-propiedad-intelectual-para-la-vacuna-contra-la-covid-19/?utm_source=twitter&utm_medium=social_act&utm_campaign=canaltt_emp_vacunas_feb21_23feb21
[7] https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/solidarity-call-to-action/solidarity-call-to-action-01-june-2020-es.pdf?sfvrsn=c4a65f18_2
[8] Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.