Tenemos la posibilidad de ver un documental de gran interés para quienes nos preocupa la situación de las mujeres en Afganistán: “En sus manos. Una alcaldesa en Afganistán”[1]. Ya pudimos ver imágenes de valientes afganas, como el testimonio viral de la directora de cine afgana Sahraa Karimi, quien publicó un vídeo en redes sociales[2] corriendo […]
Tenemos la posibilidad de ver un documental de gran interés para quienes nos preocupa la situación de las mujeres en Afganistán: “En sus manos. Una alcaldesa en Afganistán”[1].
Ya pudimos ver imágenes de valientes afganas, como el testimonio viral de la directora de cine afgana Sahraa Karimi, quien publicó un vídeo en redes sociales[2] corriendo por Kabul ante la toma de la ciudad por los talibanes: “Por favor, no se queden callados, vienen a matarnos”, gritaba[3].
Por mucho que hayamos visto en televisión imágenes del país de los talibanes, de la toma de Kabul, de la evacuación acelerada de miles de personas buscando con terror la manera de salir del país ante la amenaza de las represalias de unos hombres enloquecidos. Por mucho que hayamos visto las calles atestadas de camiones cargados de hombres con turbante, barba y armas, no dejamos de estremecernos al asistir al relato de una mujer joven y valiente, muy valiente, Zarifa Ghafari, que fue nombrada oficialmente alcaldesa en el pueblo de Maiden Shahr, capital de la provincia de Vardak, en julio de 2018, a 40 km de Kabul. Sin embargo, su mandato como alcaldesa tuvo que retrasarse nueve meses debido a la intervención de poderosos políticos. Se la consideraba una amenaza para las tradiciones ancestrales del país. Finalmente juró su cargo como alcaldesa en marzo de 2019.
Una mujer de 26 años que arriesgaba su vida de pueblo en pueblo intentando explicar que no había que rendirse ante las amenazas de los talibanes, que las niñas debían ir a la escuela y que sin cultura no hay esperanza. Ella misma afrontó dificultades para estudiar una licenciatura y un máster.
Fue amenazada por considerar que pretendía difundir el vicio; podemos ver las cartas, se le conminó a dejar el pueblo, sufrió tres atentados, pero no cedió. Zarifa recorría las carreteras en el coche con su chofer y amigo, Massoum, que conducía con una mano en el volante y la otra empuñando un arma para defender a su alcaldesa.
En el reportaje asistimos a la arenga de un comandante talibán, Mussafer, diciendo que el Gobierno había fallado al pueblo y realizando un llamamiento a los muyahidines para establecer el régimen islámico en todo el planeta. Estremece escuchar que él mismo había sido instruido para decapitar a todo el que se interponga a dichos fines. Sus normas son cortar manos, dilapidar … y las mujeres y los homosexuales se llevarán la peor parte de los castigos. Asistimos a grabaciones en un móvil de vehículos que saltan por el aire cuando se acercan sus “enemigos”.
Un mullah, Niazi, califica con rotundidad de “vicio” el trabajo de la alcaldesa.
Zarifa persistió en su empeño y viajó a EEUU en ocasión del Premio Mujeres de Coraje. Kelley Currie, del Departamento de Estado, la seleccionó como ejemplo de liderazgo en defensa de los derechos humanos de las mujeres y el progreso social. Ashraf Ghani, presidente de Afganistán, habló del premio otorgado en su discurso de ceremonia de inauguración del Parlamento.
Aún como alcaldesa graba con lágrimas sus enfrentamientos con su padre por los preparativos de su boda, tuvo muchos problemas con él, era un hombre poco flexible; Abdul Washi Gafari, comandante de la sección de Fuerzas de ataque del Ministerio de Defensa fue asesinado en Kabul por los talibanes.
Dos meses antes de la caída de Kabul, Zarifa es trasladada al Ministerio de Defensa de la capital. Su chofer y amigo se queda sin trabajo y, posteriormente, asistiremos a su acercamiento a los mismos que le habían querido matar, a los talibanes.
La situación del país es desesperada, Kabul no puede absorber a más refugiados de las zonas tomadas por los talibanes y miles de personas quedan hacinadas en campamentos. La exalcaldesa tiene como misión, como jefa del Departamento de Mártires y Discapacitados, elaborar un listado de las familias de soldados del Ejército Nacional con el fin de que el Ministerio de Defensa pueda ayudarles; Zarifa se ve desbordada, al borde de las lágrimas, impotente ante el requerimiento de tantas personas desesperadas.
Llega en el documental el fatídico 15 de agosto, la caída de Kabul. Zarifa no tiene más remedio que huir. Su destino es Alemania, su equipaje es una pequeña maleta y un puñado de tierra que envuelve en un pañuelo. Lo deja todo, trabajo, amigos, colaboradores, hogar. El viaje hasta Alemania pasa por Islamabad y Turquía para llegar a su destino el 22 de agosto con su familia.
Pero Zarifa no es de las mujeres que se conforman con la derrota. Zarifa se une a la tormenta con fe en el futuro y lo relata en su libro autobiográfico Zarifa: A Woman´s Battle in a Man´s World[4]. No se desanima a pesar de las críticas por su regreso a Kabul, la acusan de que su vuelta puede hacer pensar que la situación en Afganistán ya no es peligrosa, la acusan de blanquear a los talibanes, la acusan de haber dado a entender que ha perdonado a los asesinos de su padre si con ello evita más dolor y más derramamiento de sangre.
Ha decidido que su vida transcurra entre Europa y Afganistán, donde ha creado una organización benéfica con banco de alimentos y centro educativo y su objetivo es abrir más centros.
La excaldesa concede una entrevista[5]. Y aprovecha para decir que comparte el dolor del pueblo ucraniano, pero ruega que no olviden al pueblo afgano, que sufre los rigores de la dictadura férrea talibán.
ENLACES
[1] Disponible en Netflix.
[2] https://www.instagram.com/p/CSrK84_DRUR/
[3] https://theobjective.com/further/espana/2021-08-17/zarifa-ghafari-la-alcaldesa-mas-joven-de-afganistan-a-the-objetive-no-le-tengo-miedo-a-la-muerte-pero-tengo-prisa-por-salvar-a-mi-familia/
[4] New York: PuclicAffairs, 2022.
[5] https://elpais.com/planeta-futuro/2022-09-14/una-de-las-primeras-alcaldesas-afganas-vuelve-a-territorio-taliban-lo-arriesgo-todo-porque-creo-que-hago-lo-correcto.html
