Comunidad Valenciana
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Miles de mujeres, a lo largo de la historia, han utilizado pseudónimos masculinos para poder abrirse camino en la literatura. Pero el caso de María Lejárraga es diferente. Al asistir a la proyección del documental “A las mujeres de España. María Lejárraga”[1] (dentro del “Cicle de Cinema i Drets Humans 2003 a la Nau”[2]) y […]

Miles de mujeres, a lo largo de la historia, han utilizado pseudónimos masculinos para poder abrirse camino en la literatura. Pero el caso de María Lejárraga es diferente.

Al asistir a la proyección del documental “A las mujeres de España. María Lejárraga”[1] (dentro del “Cicle de Cinema i Drets Humans 2003 a la Nau”[2]) y a la charla de Isabel Morant Deusa, catedrática de Historia Moderna y Contemporánea de la Universitat de València, nos preguntamos cómo una mujer inteligente y valiosa como María Lejárraga quedó oculta tras el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra.

Porque María no adoptó un pseudónimo para publicar su obra en una época en la que le habría sido complicado difundirla, sino que la firmaba con el nombre de su marido y hubo que esperar a la muerte de este para que en Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración[3], libro que ya firmó con su propio nombre, explicara la verdad de su trayectoria como escritora tras el nombre de su marido. Incluso tras la separación por la relación de este con una actriz con la que tuvo una hija, siguió “colaborando” con él. Pero a su muerte ya no podía utilizar su nombre.

No vamos a exponer en este artículo la importancia de María Lejárraga como escritora, su biografía en internet es abundantísima. Pero sí vamos a reflexionar sobre el hecho de haber quedado oculta tras el nombre de su marido. Por qué no eligió un pseudónimo.

Lo cierto es que a la escritora no le importaba dejar “su” testimonio sino dejar testimonio. Elegir un nombre de varón es prueba de lo que se denomina en psicología “indefensión aprendida”, cuando la persona siente que haga lo que haga no va a servir para nada y no va a poder cambiar los resultados de los acontecimientos finales, es decir que si intentaba publicar con su nombre no iba a conseguirlo en una época en España en la que la mujer poco podía prosperar. Pero de ahí a que Martínez Sierra ostentara la autoría de todas las obras de María hay un abismo.

La verdad es que a María Lejárraga nunca le interesó la popularidad, en cambio Martínez Sierra era un hombre muy activo, con iniciativas culturales que se sabía mover muy bien en los círculos intelectuales, editoriales y teatrales. María era más bien amante de las charlas privadas con sus amigos escritores. Tal vez la ambición de Martínez Sierra de realizar grandes proyectos y constatar el talento literario de su mujer le llevaron a “firmar” las obras de María. Y está claro que con su conformidad. La “marca” Gregorio Martínez Sierra, en la que la mujer escribía y el hombre comerciaba, triunfó.

Lo que es extraño es que los amigos escritores de María sabían perfectamente que era ella quien escribía las obras. Sobre todo Juan Ramón Jiménez[4]. ¿Cómo no se difundió la verdad de la autoría más allá del círculo de escritores? La verdad es que el entorno lo sabía perfectamente, ella no escribía a escondidas. Y que María era la “negra” del famoso Martínez Sierra era bien sabido.

Existe un documento privado escrito y firmado por Martínez Sierra en el que la reconoce como coautora de todas las obras (no dice, evidentemente, que fue ella quien las escribió por entero) pero no renuncia a los derechos de autor, que pasaron a la hija que tuvo con la actriz Catalina Bárcena. Al morir, Gregorio tampoco la incluye en su testamento. Tras su muerte no tuvo más remedio que reaccionar por no poder seguir utilizando el nombre de su marido, pero lo hizo todavía refugiada en sus apellidos, María Martínez Sierra. Incluso en sus memorias, Gregorio y yo, cuenta la verdad de forma tibia. Por cuestiones legales, Martínez Sierra debe seguir apareciendo en la portada de los libros.

Sería interesante estudiar los casos de talentos femeninos escondidos tras el nombre del marido. A este respecto recordemos la excelente película “La buena esposa”[5], la historia de una escritora escondida tras el nombre de su marido al que se le concede el Premio Nobel. En vísperas de la entrega decide desvelar el secreto.

María dio algunas razones por las que se ocultó tras el nombre de Gregorio: la indiferencia de su familia, su faceta como maestra (que podía quedar empañada por la mala fama que habría supuesto ser una mujer literata) y, finalmente, el romanticismo de enamorada: “Casada, joven y feliz, acometióme ese orgullo de humildad que domina a toda mujer cuando quiere de verdad a un hombre: Puesto que nuestras obras son hijas de legítimo matrimonio, con el nombre del padre tienen honra bastante”[6], como atestigua en sus memorias.

Resulta paradójico esta mujer feminista escondida tras su marido, pero a veces resulta difícil salir de una decisión tomada en un principio en una sociedad tan cerrada como la que le tocó vivir a María Lejárraga. Según la dramaturga Vanessa Monfort, que interviene en el documental de Hojman, se trata de «el mayor fraude de la historia de la literatura española«[7]. La oposición que surgió cuando tras la muerte de Martínez Sierra cuando ella quiso reclamar lo que era suyo responde al machismo de la época, ¿cómo imaginar que un gran hombre como Gregorio Martínez Sierra hubiese necesitado el talento de su mujer para hacerse famoso?

¿Es este el único caso de ocultación del talento de una mujer?

Seguro que no. Pero es solo cuestión de tiempo que salga todo a la luz.

Por de pronto, tenemos este magnífico documental cuya autora nos dice:

«Me gustaría que el documental sirviera para hacer una reflexión sobre la necesidad de revisar la historia«[8].


[1] Documental de Laura Hojman (Sevilla, 1981). Coproducido por Summer Films y RTVE.

[2] 2 de marzo de 2023, Aula Magna, La Mau Universitat de València.

[3] México, 1953.

[4] https://www.manueldefalla.com/pdfs/pdf130316125003_137.pdf

[5] “The Wife”, 2017, dirigida por Björn Runge, con Glenn Close.

[6]https://books.google.es/books?id=PfZCuXJNMCgC&pg=PT113&lpg=PT113&dq=Casada,+joven+y+feliz,+acometi%C3%B3me+ese+orgullo+de+humildad&source=bl&ots=GsvdA-kWES&sig=ACfU3U2QD1NKIy3QWRYxD1izHhs1d2SXGQ&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjM3bWLysL9AhXwVKQEHRlHC04Q6AF6BAgCEAM#v=onepage&q=Casada%2C%20joven%20y%20feliz%2C%20acometi%C3%B3me%20ese%20orgullo%20de%20humildad&f=false

Montero, Rosa. Nosotras, historias de mujeres y algo más. Alfaguara, 2018.

[7] https://www.elespanol.com/mujer/mujeres-historia/maria-lejarraga-escritora-triunfo-broadway-seudonimo-masculino/666933433_0.html

[8] https://www.elespanol.com/mujer/mujeres-historia/maria-lejarraga-escritora-triunfo-broadway-seudonimo-masculino/666933433_0.html