EN RECUERDO DE PERE ENGUIX
En la década de los 80, el movimiento feminista volvía a salir a la calle con fuerza al grito de “Nosotras parimos, nosotras decidimos”. El doctor Pere Enguix, un joven ginecólogo valenciano estaba siendo perseguido y encarcelado por haber practicado abortos defendiendo el derecho reproductivo de las mujeres. Y a la vez estaba impulsando […]
En la década de los 80, el movimiento feminista volvía a salir a la calle con fuerza al grito de “Nosotras parimos, nosotras decidimos”. El doctor Pere Enguix, un joven ginecólogo valenciano estaba siendo perseguido y encarcelado por haber practicado abortos defendiendo el derecho reproductivo de las mujeres. Y a la vez estaba impulsando una nueva forma más respetuosa de atender los nacimientos, donde la madre y su bebé fueran los auténticos protagonistas y se evitaran prácticas médicas innecesarias.
Conocer más a fondo la historia de Pere Enguix, el médico defensor de las mujeres y de la vida, nos ayuda a colocarlo en el lugar que merece en la historia, y a mantener vivo su legado.
Pere Enguix, recientemente fallecido a los 77 años, nació en Carcaixent en 1948. Inició su vida profesional durante la transición de nuestra sociedad a la democracia, cuando la lucha por los derechos de la mujer iba en aumento, y cada vez más profesionales de la medicina estaban dispuestos a darles su apoyo.
Aunque actualmente nos parezca increíble, en aquel entonces dar información sobre métodos anticonceptivos o sexualidad estaba prohibido, y ayudar a una mujer a interrumpir su embarazo podía acarrear penas de cárcel. En aquella época, ante un embarazo no deseado las mujeres no tenían más alternativa que someterse a prácticas abortivas peligrosas o, quienes podían permitírselo, coger un avión para viajar al extranjero y acudir a una clínica donde le practicaran un aborto.
En un intento de solucionar estos graves problemas, Pere Enguix se lanza junto con otros sanitarios a montar algunos centros privados de Planificación Familiar, y así nacen en Valencia el Centro de la Plaza Xuquer, el Centro de la Calle de Los Leones y la Clínica Acuario. Precisamente algunos de los profesionales que trabajamos en aquellos años construyendo la red pública de centros de Planificación familiar de la Comunidad Valenciana, hoy Unidades de Salud Sexual y Reproductiva, empezamos nuestra andadura profesional trabajando en aquellos centros y aprendiendo de Pere Enguix tanto sus métodos, como su filosofía y su forma de ejercer la medicina.
Él había aprendido a hacer interrupciones de embarazo por el método Karman de una activista francesa llamada Françoise Samoyault, lo enseñó a los profesionales sanitarios interesados, y lo puso en práctica ayudando así a cuantas mujeres acudían para interrumpir su embarazo de una forma segura.
Acusado de practicar abortos, Pere Enguix fue perseguido y encarcelado dos veces, la primera en 1981 y la segunda en 1983. Fue procesado en 1984 y el fiscal solicitó para él 15 años de prisión, pero fiel a su compromiso con las mujeres y en un intento de llevar al límite la lucha por legalizar el aborto, se autoinculpó de cuantas interrupciones de embarazo había realizado, alegando que él como médico debía atender las necesidades de las mujeres tan ignoradas por una medicina profundamente androcéntrica. Defendía que la toma de decisiones reproductivas correspondía únicamente a las mujeres, y consideraba que hacer abortos era un acto ético a pesar de su ilegalidad. Pere consiguió una ola inmensa de solidaridad por parte del Movimiento Feminista, de los sectores más progresistas de la sociedad y de la mayoría de las mujeres. Se realizaron conciertos para recaudar fondos para pagar la fianza que le solicitaban y miles de mujeres salieron a la calle en su apoyo y al grito de “Nosotras parimos, nosotras decidimos”
Por fin, tras años de lucha y otros juicios por aborto celebrados en Bilbao y en Sevilla, en 1985 el aborto fue despenalizado, aunque solo parcialmente en tres supuestos.
Y el año siguiente, el gobierno de PSOE acreditó algunas clínicas privadas para hacer interrupciones de embarazo, la primera de las cuales fue la Clínica Acuario.
A pesar de ello, Pere Enguix seguía pendiente de juicio hasta que finalmente, gracias a todo el apoyo recibido y a una presión social ya imparable, fue absuelto el día 8 de Marzo de 1991 “Día internacional de la Mujer” quedando así como símbolo de un éxito conseguido con la ayuda de todas las mujeres.
Hubo que esperar hasta 2010 para que se aprobara la “Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva” y la ley que regula actualmente la “Interrupción Voluntaria de Embarazo”.
Paralelamente a todo este proceso, Pere Enguix había ido forjándose como el médico humanitario que se ponía al servicio de las mujeres que querían ser madres y deseaban un parto respetado, acompañadas por sus seres queridos, en un ambiente amable y relajado, donde los profesionales sanitarios se mantuvieran respetuosamente vigilantes en segundo plano para intervenir solo cuando fuera necesario, evitando prácticas innecesarias. Todo ello estaba inspirado en las teorías de Frederic Leboyer con su libro Por un nacimiento sin violencia y en las teorías del médico francés Michel Odent, también fallecido recientemente.
Estas aportaciones tan novedosas y rompedoras chocaban con las prácticas que cotidianamente se realizaban en todas las salas de partos. Ello hizo que muchos profesionales se sintieran incómodos, y Pere tuvo que luchar contra este inmovilismo siendo duramente criticado e incluso, a veces, menospreciado por los estamentos médicos oficiales de aquel entonces.
Pero como la cantidad de mujeres embarazadas que querían un parto más respetuoso iba cada vez más en aumento, tanto Pere como otros profesionales cercanos a sus ideas empezaron a ofrecerse para atender partos a domicilio a las mujeres que lo solicitaran y, además, el colectivo Acuario se amplió abriendo dos maternidades, una en Beniarbeig y otra en Valencia donde muchas mujeres han acudido a lo largo de los años a tener allí a sus bebés de una forma lo más natural y respetuosa posible, incluso dándoles la posibilidad de parir dentro del agua, pero siempre bajo la supervisión de un equipo médico.
El tiempo ha demostrado que Pere fue un pionero, ya que finalmente la reivindicación de un parto respetado ha ido llegando a la Sanidad Pública. Se ha roto la inercia de practicar de manera indiscriminada episiotomías, rasurados púbicos, enemas… o prácticas innecesarias que nunca debieron estar protocolizadas. Incluso algunos hospitales públicos se han dotado de salas parto con bañeras, música personalizada y un ambiente más relajante.
En 1985 la OMS aprobó unas recomendaciones sobre los ”Derechos de madres y bebés en el Nacimiento” y en el año 2007 el Ministerio de Sanidad aprobó la “Estrategia del Parto Normal”. Pere Enguix y los profesionales que él formó llevaban ya muchos años practicando partos respetuosos.
Pere Enguix era un médico y una persona muy especial, era partidario de ejercer una medicina más humana, intentando no medicalizar la vida ni patologizar procesos tan naturales como el parto o la menopausia. Decía que la medicina no consistía en luchar contra la enfermedad, el dolor o la muerte, sino en acompañar a las personas a vivir, reproducirse y morir.
Pere Enguix se nos fue el pasado 16 de junio, pero nos ha dejado un gran legado a toda la sociedad. Con su ética, su valentía y su determinación, ha mejorado nuestra sociedad, nuestra forma de parir y de nacer, ha cambiado la vida a muchas personas, sobre todo a muchas mujeres, y también nos ha cambiado la vida y la forma de ejercer la medicina a todos los profesionales que tuvimos la suerte de trabajar con él y de aprender de él.
Querido Pere, con este pequeño homenaje queremos darte las gracias por tanto, y expresarte, allá donde estés, nuestro cariño, nuestro respeto y nuestro más profundo reconocimiento.
Descansa en paz.
María José Segura García
Ginecóloga
Octubre 2025

