EL DERECHO A LA PROTESTA Las manifestaciones han jugado un rol prioritario en la historia de la promoción de los derechos humanos. Desde la marcha de la sal en 1930 en India contra el régimen colonial británico, al día internacional de reivindicación en 1950 en África del Sur contra el apartheid, a la marcha en […]
EL DERECHO A LA PROTESTA
Las manifestaciones han jugado un rol prioritario en la historia de la promoción de los derechos humanos.
Desde la marcha de la sal en 1930 en India contra el régimen colonial británico, al día internacional de reivindicación en 1950 en África del Sur contra el apartheid, a la marcha en Washington en 1963 en favor de los derechos civiles, a las manifestaciones en favor de las reformas democráticas en la plaza de Tiananmen en China en 1989 o las sublevaciones en la Primavera Árabe que se iniciaron en Túnez en 2010.
Pero las manifestaciones no tienen por qué ser “famosas” históricamente para dejar su sello en las reivindicaciones de los derechos humanos.
El cambio es posible mostrando cómo los movimientos de protesta son la base de cualquier cambio positivo en materia de derechos humanos porque “el mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo”.
El derecho a protestar sigue amenazado por los gobiernos que consideran que las protestas amenazan su control, como siempre. La protesta es una poderosa herramienta para decir la verdad al poder, y protestar es la acción que tiene la sociedad civil de defender a las personas que sufren discriminación y que ven vulnerados sus derechos humanos.
Manifestarse en un medio que tiene la fuerza de poder promover y defender los derechos humanos y AMNISTÍA INTERNACIONAL defiende la protesta en todo el mundo. Los movimientos populares saben que AMNISTÍA INTERNACIONAL trabaja junto a ellos para denunciar las violaciones de derechos humanos, por eso apoya las acciones de la sociedad civil que actúan en solidaridad con movimientos reivindicativos, amplifican sus demandas y las causas fundamentales que impulsan a la gente a protestar.
La fuerza de AMNISTÍA INTERNACIONAL radica en su unidad como movimiento global, que protege el derecho a la protesta de los movimientos de las personas que se enfrentan a la discriminación y a la marginación.
Gracias a los esfuerzos y la valentía de quienes ejercen su derecho a la protesta, es posible lograr un mundo más justo y más igualitario.
La protesta tiene el poder de proteger los derechos humanos y reducir las desigualdades proporcionando a la sociedad civil los medios para hacerse oír y exigir justicia.
La protesta es el catalizador del cambio.
RECUERDA:
Todas las personas tienen derecho a contribuir e informar sobre una protesta. Protestar es un derecho.
Aunque el “derecho de protesta” no se menciona como tal en el derecho internacional, sí está garantizado por otros derechos humanos, especialmente el derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica.
EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA
A.Emma Sopeña Balordi
Responsable de redes y blog Amnistía Internacional Comunidad Valenciana
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
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