DÍA DEL ORGULLO LGBTI
Cualquiera que sea la libertad por la que luchamos debe ser una libertad basada en la igualdad. Judith Butler, filósofa y feminista. Este 28 de junio tórrido, hemos celebrado el Día del Orgullo LGBTI en Mérida. Han sido muchas las personas que han salido a la calle para gritar que no vamos a consentir que […]
Cualquiera que sea la libertad por la que luchamos debe ser una libertad basada en la igualdad.
Judith Butler, filósofa y feminista.
Este 28 de junio tórrido, hemos celebrado el Día del Orgullo LGBTI en Mérida. Han sido muchas las personas que han salido a la calle para gritar que no vamos a consentir que los derechos adquiridos por el colectivo LGBTI, que ha costado tanto consolidar en nuestro país, retrocedan ni un milímetro.
España es uno de los países europeos que avanza en el reconocimiento de los derechos humanos del colectivo LGBTI y la tendencia positiva debe continuar y celebrarse. España es el cuarto país europeo en cuanto a derechos LGBTI de un total de 49, según los datos de ILGA-Europa. La Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, conocida como la Ley Trans, junto a leyes LGBTI autonómicas, lo han hecho posible.
Sin embargo, estamos viviendo tiempos inquietantes, en los que algunas organizaciones y partidos políticos están imponiendo viejos criterios y manifestando homofobia y transfobia desde sus cuotas de poder.
Estas manifestaciones han sido una oportunidad enorme para seguir presionando en defensa de los derechos del colectivo LGBTI allí donde sean vulnerados. Y es que todavía hoy, en muchos países puede hablarse de auténtica persecución ante la diversidad sexual, con normas que consideran ilegales las relaciones homosexuales y que contemplan penas de cárcel y hasta de muerte. En cuatro de cada diez países del mundo, ser homosexual es un delito castigado con la cárcel, incluso con la muerte.
Del mismo modo que el sexo y la raza, la identidad de género y la orientación sexual están ligadas a aspectos fundamentales de la identidad humana y afectan al núcleo del derecho a la integridad física y mental de las personas. Por eso, la falta de respeto a los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales -incluido el matrimonio civil entre personas del mismo sexo- entra de lleno en el ámbito de los derechos humanos y es motivo de preocupación para Amnistía Internacional.
Las marchas del Orgullo tienen mucho que ver con los derechos humanos: empoderan a las personas LGBTI para reivindicar los derechos y las libertades que se les niegan, así como el espacio público del que a menudo se las excluye. Debemos proteger los derechos LGBTI y el derecho a la protesta.
Por eso, desde Amnistía Internacional Extremadura nos hemos sumado a esta manifestación en Mérida, para expresar nuestro firme apoyo a la defensa de los derechos del colectivo LGBTIQ+, que son nuestros derechos, que son los derechos de la humanidad. ¡Ni un paso atrás!