HABLEMOS DE DISCRIMINACIÓN
HABLEMOS DE DISCRIMINACIÓN La discriminación, acción o efecto de discriminar, significa seleccionar excluyendo, dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc.[1] Es bien sabido. Lo que no está tan claro es lo que se ha convenido en llamar “discriminación positiva”. […]
HABLEMOS DE DISCRIMINACIÓN
La discriminación, acción o efecto de discriminar, significa seleccionar excluyendo, dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc.[1] Es bien sabido. Lo que no está tan claro es lo que se ha convenido en llamar “discriminación positiva”. El Diccionario panhispánico del español jurídico la define como “Política o programa que proporciona acceso preferencial a la educación, al empleo, a la asistencia sanitaria o al bienestar social a personas de un grupo minoritario que tradicionalmente han sido objeto de discriminación, con el objetivo de crear una sociedad más igualitaria”[2]. A pesar de que este concepto es claramente humanitario, en demasiadas ocasiones se ha visto teñido de connotaciones de privilegio tendenciosas por acogerse a una idea inflexible de “igualdad” sin tener en cuenta que precisamente la discriminación positiva “corrige situaciones de desigualdad […] dirigidas a reducir prácticas de discriminación en contra de colectivos excluidos y marginados”[3]. Es evidente que no todas las personas parten de una misma posición, por lo tanto, la igualdad debe atenerse a igualdad de condiciones.
El argumento de que la discriminación positiva es paternalista no vale. Son las voces de quienes parten de una situación de ventaja que destruye el valor de la meritocracia y consideran que puede reforzar más los estereotipos y el racismo.
Nada más lejos de la realidad. La discriminación positiva asegura el mantenimiento de la diversidad y ayuda a las personas más desfavorecidas a avanzar, por ejemplo incluyendo a personas discapacitadas en el mercado laboral.
Estamos hablando de inclusión, de equidad a la hora de participar en la sociedad de forma digna teniendo acceso a los mismos recursos.
Por ello, todas las personas, sea cual sea su entorno doméstico o laboral, deben actuar con el fin de que la ciudadanía disfrute de un mundo más igualitario y sin marginación.
POR HUMANIDAD
EQUIPO COMUNIDACION AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA
Emma Sopeña Balordi
Responsable de RRSS AICV
Imagen de Ohmydearlife en Pixabay
[1] https://dle.rae.es/discriminar?m=form
[2] https://dpej.rae.es/lema/discriminaci%C3%B3n-positiva
[3] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/la-discriminacion-positiva-corrige-situaciones-de-desigualdad-y-derriba-estereotipos/