LAS CASAN

11 junio, 2022 por Amnistia Internacional Comunidad Valenciana

Derechos humanos

LAS CASAN El 26 de mayo, una joven bengalí denunció ante los Mossos d’Esquadra en Barcelona que sus padres querían obligarla a casarse en Bangladesh en contra de su voluntad con un hombre al que no conocía. Si ella no lo hacía, obligarían a su hermana, menor de edad. Los padres ya habían comprado billetes […]

LAS CASAN

El 26 de mayo, una joven bengalí denunció ante los Mossos d’Esquadra en Barcelona que sus padres querían obligarla a casarse en Bangladesh en contra de su voluntad con un hombre al que no conocía. Si ella no lo hacía, obligarían a su hermana, menor de edad. Los padres ya habían comprado billetes de avión para que toda la familia viajara para celebrar el enlace matrimonial.

Ante tal situación, la joven pedía protección.

La policía catalana, en tanto que dispone de un protocolo para la prevención de los matrimonios forzosos, delito perseguido por el Código Penal, abrió una investigación, y la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia) de la Generalitat puso bajo tutela, en un piso protegido, a dicha joven y a su hermana. Los padres han sido citados a declarar y Dgaia les ha quitado la tutela.

Según datos del Ministerio del Interior, se han detectado desde 2015 en España 27 matrimonios forzados[1].

La denuncia ante los Mossos se producía pocos días después de que dos hermanas de nacionalidad paquistaní, residentes en Terrassa (Barcelona), fueran asesinadas, según parece a manos de varios de sus familiares, por querer romper los matrimonios forzosos a los que habían sido obligadas el año pasado con dos primos en su país, en el pueblo de Kharian, en el distrito de Gujrat.

Las dos chicas querían casarse con dos paquistaníes residentes en Cataluña, y al negarse a firmar los documentos para que sus maridos pudieran viajar legalmente a España fueron asesinadas para “salvar el honor” de la familia, el llamado “crimen de honor”, salvador de la reputación de las familias. Ha sido la policía del Punjab quien ha presentado cargos contra los presuntos asesinos[2]. Sin embargo, podrían quedar en libertad con el perdón familiar. Por desgracia, los “crímenes de honor” suelen quedar impunes con el perdón de los padres.

La madre de las jóvenes se alarmó cuando las vio en la aldea y comprendió que habían sido engañadas con el argumento de que ella misma estaba enferma. Tras recibir amenazas consiguió ser rescatada por la policía pakistaní junto con el niño pequeño y en la actualidad ha conseguido venir a España.

¿Qué sabemos de los “crímenes de honor”? ¿Qué sabemos de los matrimonios forzados?

El “crimen de honor” es conocido también como “asesinato de honor” o “asesinato por honor”, un cruel asesinato cometido por miembros de la familia por la creencia de que la víctima ha causado un deshonor a su familia a causa de su comportamiento, que en todos los casos es de índole sexual. Lo que se considera como violación de las creencias religiosas justifica para esas personas el asesinato. Las víctimas son casi siempre mujeres, aunque los hombres pueden también pueden ser asesinados, por razones de homosexualidad. La impunidad sigue siendo todavía habitual en los crímenes de honor en Pakistán. En India, también es norma con un millar de asesinatos al año[3]. En Pakistán se aprobó una ley hace seis años para poner fin a los asesinatos, obligando a las autoridades a personarse como acusación y evitar este tipo de pactos. Por esta ley la familia no puede llegar a un “compromiso” para absolver a los asesinos. Pero incluso en estos casos la impunidad todavía es posible.

La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán contabilizó 478 crímenes de honor en 2021 (430 en 2020), pero las cifras pueden ser mucho más altas porque no todos los casos son denunciados y a veces quedan enmascarados como accidentes o suicidios[4].

En cuanto a los “matrimonios forzados” — las uniones matrimoniales donde uno o ambos cónyuges no dan su pleno y libre consentimiento, independientemente de la edad — son una práctica que vulnera los derechos humanos en todos los casos pero sobre todo en las niñas y adolescentes. Difiere del “matrimonio concertado” en el sentido de que en este las dos partes consienten en contraer matrimonio por mediación de los padres o tutores.

A pesar de que existen mecanismos internacionales que establecen la edad mínima de 18 años para las uniones matrimoniales y de que existen leyes y normas sociales que lo prohíben, el matrimonio forzado sigue siendo una realidad. El motivo de que existan son la tradición, la desigualdad de género y la pobreza. El sistema patriarcal relega a las niñas y adolescentes a un segundo plano otorgándolas solo los roles de futuras esposas y madres, impidiendo que decidan libremente en cuestiones que influyen en su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. Sin olvidar el tema de la dote, que al ser menor en novias jóvenes se tiende a casar a las hijas a una edad temprana. Y en las culturas en las que la familia del novio paga la dote por la novia, los progenitores de las niñas con dificultades económicas ven en el matrimonio de sus hijas una fuente de ingresos[5].

Amnistía Internacional[6] exige que se dejen de violar los derechos humanos de libre elección y autonomía de las personas por lo que es indispensable que se cumpla la Convención de Derechos del Niño[7] y que en ningún país se permita el matrimonio de menores de 18 años.

En todo caso, el matrimonio forzado, aun siendo mayor de edad, es una violación de los derechos humanos de la mujer que no puede consentirse bajo ningún concepto.

EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA

A.Emma Sopeña Balordi

Responsable de redes y blog Amnistía Internacional Comunidad Valenciana

Imagen de Gary Ross en Pixabay

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