YO PROTESTO, ¿TÚ PROTESTAS? El derecho a la protesta es un derecho humano, el derecho a la libertad de expresión[1]. La vía de poder expresar disconformidad con situaciones o hechos. Estamos hablando de protesta pacífica, que las autoridades tienen la obligación de respetar, no interfiriendo en ella y protegiendo a las personas que la ejercen […]
YO PROTESTO, ¿TÚ PROTESTAS?
El derecho a la protesta es un derecho humano, el derecho a la libertad de expresión[1].
La vía de poder expresar disconformidad con situaciones o hechos.
Estamos hablando de protesta pacífica, que las autoridades tienen la obligación de respetar, no interfiriendo en ella y protegiendo a las personas que la ejercen frente a actos violentos de quienes pretenden silenciarlas.
La protesta pacífica respeta la forma, el momento y el lugar establecido para la celebración de la protesta y, aunque los Gobiernos pueden restringir una manifestación de protesta, solo puede ser en circunstancias limitadas, y no se deberá utilizar los actos violentos de unos pocos como pretexto para restringir o impedir los derechos de los demás[2].
Los ciudadanos que protestan no son alborotadores, aunque “molesten”. Son personas que se unen en acciones colectivas con el fin de defender sus derechos, incluso cuando se pretende recortar su expresión. Las voces disidentes cuentan y las reivindicaciones por defender los derechos deben ser respetadas.
El derecho a la libertad de expresión y de protesta puede ser restringido con el fin de proteger los derechos de otras personas o colectivos, como en el caso de la apología del odio o discurso de odio. Lo cual no puede confundirse con las expresiones que puedan ofender, escandalizar o molestar.
Las normas internacionales de derechos humanos establecen que debe prohibirse toda expresión de odio nacional, racial o religioso que constituya incitación directa a la discriminación, la hostilidad o la violencia contra un grupo de personas vulnerable[3]. Por ello, es legítimo que los Gobiernos puedan imponer sanciones a manifestaciones de este tipo, propagadoras de odio.
Amnistía Internacional ha lanzado una campaña global para hacer frente a la amenaza mundial contra el derecho a la protesta, como respuesta a las medidas represoras de la disidencia, uso de la fuerza, vigilancia ilegal, censura de todo tipo …
Por ello, la campaña #ProtejamosLaProtesta[4] tiene la función de poner de manifiesto que la protesta es un valor en la promoción de los derechos humanos.
La contribución de las protestas a reforzar los derechos humanos se aprecia en cómo sacan a la luz los abusos e injusticias, la ilegitimidad de la represión y cómo contribuyen para concienciar a la sociedad de la necesidad de defender los derechos humanos, todos los derechos humanos. Por humanidad.
La campaña de Amnistía Internacional pretende defender a quienes se manifiestan de manera pacífica apoyando las causas de los movimientos sociales, a quienes hacen oír su voz libremente y con seguridad.
Para ello, Amnistía Internacional hace campaña para conseguir que se reformen las legislaciones restrictivas que reducen el espacio cívico, para impedir las detenciones arbitrarias y la criminalización de quienes se manifiestan, el uso de la fuerza ilegítima, para poner fin a la vigilancia ilegal defendiendo la desobediencia civil como forma de protesta a través de la acción directa no violenta.
Resumiendo, la campaña #ProtejamosLaProtesta tiene como objetivo que todas las personas puedan emprender acciones pacíficas y hacer oír su voz sin correr peligro y sin ser sancionadas. Para ello, los Gobiernos deberán garantizar en la ley y en la práctica la protección y la facilitación de las reuniones espontáneas de la misma manera que otras reuniones.
Amnistía Internacional apoya a quienes alzan la voz pacíficamente para defender los propios derechos o los de otras personas. Los ciudadanos tienen derecho a no estar de acuerdo con los Gobiernos, a disentir y expresar su opinión al respecto en actos de protesta pacíficos.
A lo largo de la historia, la protesta ha sido un instrumento de acción eficaz para lograr cambios necesarios para la sociedad. Ha sido una fuerza motriz que ha sacado a la luz injusticias y abusos y ha exigido rendición de cuentas por ello.
Si las personas se unen para conseguir que los grupos discriminados y marginados dejen de serlo se podrá conseguir un mundo más igualitario y más justo. Es un problema global y como tal debe ser atajado. La fuerza que da la unión puede marcar la diferencia. Así ha ocurrido en tantas ocasiones, desde los grandes movimientos a los logros menos mediáticos pero necesarios.
“La protesta es una forma inestimable de decir la verdad al poder”[5].
Y Amnistía pide a los Gobiernos que asimilen el mensaje de que hay que proteger la protesta y les exhorta a que eliminen restricciones injustificadas para poder manifestarse.
Por eso:
Yo protesto y apoyo la campaña de Amnistía Internacional
# ProtejamosLaProtesta.
¿Y tú? Nos concierne a todos.
EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA
A.Emma Sopeña Balordi
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[1] https://fra.europa.eu/es/eu-charter/article/11-libertad-de-expresion-y-de-informacion#:~:text=1.,y%20sin%20consideraci%C3%B3n%20de%20fronteras.
[2] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/existe-el-derecho-a-la-protesta-que-limitaciones-tiene/
[3] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/los-limites-de-la-libertad-de-expresion-y-la-apologia-del-odio/
[4] https://doc.es.amnesty.org/ms-opac/doc?q=*%3A*&start=1&rows=1&sort=fecha%20desc&fq=norm&fv=*&fo=and&fq=mssearch_fld13&fv=ACT30585622&fo=and&fq=mssearch_mlt98&fv=gseg01&fo=and
[5] https://www.amnesty.org/es/what-we-do/freedom-of-expression/protest/
