Conozcamos a la activista iraní Nilufar Saberi
Entrevista realizada por Carmen Ibarlucea, activista de Amnistía Internacional Cáceres El pasado 26 de junio de 2024 nos visitó en Cáceres la activista Nilufar Saberi. Se trata de una trabajadora incansable para la causa de los derechos humanos y obviamente, como mujer iraní que tuvo que exiliarse siendo una adolescente, trabaja incansable desde una perspectiva […]
Entrevista realizada por Carmen Ibarlucea, activista de Amnistía Internacional Cáceres
El pasado 26 de junio de 2024 nos visitó en Cáceres la activista Nilufar Saberi. Se trata de una trabajadora incansable para la causa de los derechos humanos y obviamente, como mujer iraní que tuvo que exiliarse siendo una adolescente, trabaja incansable desde una perspectiva feminista que otorgue a las mujeres el mismo estatus de persona autónoma que tienen los hombres. Trabaja por los derechos humanos en su totalidad, cada día.
¿Qué recuerdos tienes de tu llegada a España en 1980?
Fueron unos días tristes porque llegamos con lo puesto. Habíamos dejado todo de la noche a la mañana y llegamos a un país sin dinero, sin amigos, sin conocer el idioma… Fue muy duro. No guardo buenos recuerdos de ese día pero, cuando ahora miro para atrás, me doy cuenta de que tuvimos la gran fortuna de tener un vecindario maravilloso en el barrio de La Elipa, en Madrid; un barrio tan solidario que hizo todo lo que pudo para que nos sintiéramos acogidos. Eso me ha ayudado mucho y estoy eternamente agradecida por eso.
¿Crees que hemos cambiado como país de acogida en estos años?
Ahora hay una infraestructura para el asilado, hay medios, hay presupuestos, hay muchos voluntarios. No tiene nada que ver cuando llegamos nosotros a España en 1980. Todo es mejorable, qué duda cabe, pero ya nos hubiera gustado llegar con los recursos que tenemos ahora.
En este momento no nos llegan noticias del movimiento social en Irán pero tú nos aseguras que la revolución “Mujer, vida y libertad” continúa. ¿Cómo lo hacen?
Pues lo hacen a diario, lo hacen cuando no cumplen con el código de vestimenta obligatorio, cuyo incumplimiento conlleva multas económicas, penas de cárcel, confiscarte el coche e incluso pueden prohibirte salir a la calle o salir del país. Claro que no viene contemplada la pena de muerte pero, como en toda teocracia islamista, en Irán, como en toda dictadura, no hace falta que esté por escrito. Se nos asesina por no cumplir el código de vestimenta obligatorio.
También se escribe en las paredes y en los muros de las ciudades. Se cuelgan paneles pidiendo la libertad de los presos políticos. Las consigas son “Abajo la teocracia islamista”, “Maldito sea Jomeini”, “Muerte a Jamenei”, “Ni perdonamos ni olvidamos”… En el gobierno hay dos bloques: los ortodoxos y los reformistas; pero la gente expresa que no quiere ninguna de estas dos facciones. Se juntan mujeres y hombres en la vía pública y allí cantan y bailan, que está prohibido. Y cuando llega la “policía de la moral y la virtud” tiene potestad para hacer lo que le parezca, como ha hecho en miles de ocasiones, incluso acabar con la vida de los desobedientes. Hay muchas formas de hacer desobediencia civil, siempre de manera pacífica, pero desgastando a la dictadura.
¿Cómo trabaja la “policía de la moral y la virtud” en este momento?
Tienen la potestad de interceptar a cualquier persona en la calle. No hay nadie que supervise, es la selva. Las furgonetas donde patrullan normalmente dos hombres y dos mujeres islamistas son conocidas como las “furgonetas de la muerte”. Generalmente son las mujeres las que son interceptadas pero también los hombres jóvenes son violados, dentro de esas furgonetas sufren la violencia, antes de llegar a las dependencias policiales o judiciales. Es tal el lavado de cerebro que estas mujeres, de la “policía de la moral y la virtud”, son las que sujetan a las mujeres detenidas para ser violadas. La ideología política de misoginia y totalitarismo hace que justifiquen sus barbaridades. La “policía de la moral y la virtud” no está para proteger a la gente y su poder es tan grande que tiene la capacidad de asesinarte o dejarte con vida.
Shirin Ebadi y Narges Mohammadi son dos mujeres que han sido galardonadas con el Premio Nobel de la Paz, la primera en 2003 y la segunda en 2023, con veinte años de diferencia. ¿Se ven los frutos de su trabajo en la sociedad?
Sin duda. La lucha desde el momento cero contra la teocracia islamista cada día se ve fortalecida e impulsada por la lista de sus combatientes. La sociedad ha llegado a un punto en que ya no tiene nada que perder; de ahí que se haya extendido esa valentía, ese coraje para luchar contra lo inadmisible, luchar contra las violaciones de todos y cada uno de los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se trata, a cada segundo, de luchar contra el apartheid de género. Ya no tiene sentido seguir esperando donde quieren mantenernos encerradas en vida. En estos veinte años la comunidad internacional ha seguido guardando mutismo. Es totalmente ingenuo pensar que lo que pasa en Irán no va a influir en lo que ocurre en España. De hecho, ya lleva décadas influyendo. El terrorismo islamista está financiado, en su inmensa mayoría, por la teocracia islamista en Irán y cada vez son más los grupos armados, terroristas islamistas en Irak, en Siria, en Yemen, en Palestina, en Líbano o en Omán. Son financiados por el gobierno iraní a costa del bienestar del pueblo iraní, que carece de lo fundamental y pasa hambre, literalmente.
¿Nos puedes recomendar alguna lectura traducida al castellano para que podamos profundizar en nuestro conocimiento de la realidad de Irán cuando regreses a Madrid?
Tenemos la suerte de contar con una politóloga, escritora, economista iraní- española de nombre Nazanin Armanian que tiene muchos libros sobre Irán y sobre la política internacional. Ahora me vienen a la cabeza “Irán, la revolución constante” o “No es la religión, estúpido. Chiíes y suníes, la utilidad de un conflicto”. Del profesor Waleed Saleh Alkhalifa, uno cortito, que siempre recomiendo, es “Feminismo e islam. Una ecuación imposible”. En lengua castellana hay pocas fuentes; en inglés, francés y alemán hay muchas traducciones. Este hecho es bastante significativo ya, pues muestra la importancia que se le ha dado a esta realidad.
Hay algo que me llama poderosamente la atención: es la cuestión de la mayoría de edad en Irán, que es de nueve años para las mujeres y quince años para los varones, que además se correlaciona con la edad penal. Desde nuestra mirada occidental es algo aberrante. ¿Cómo lo viven las familias?
La cuestión de la mayoría de edad es un mareo. La mayoría de edad para votar o para conducir la edad legal es de 18 años. Lo que sucede es que hubo un tremendo revuelo con esto de la edad legal para el matrimonio. En cuanto a la prostitución, donde hay hambre hay prostitución, tanto en hombres como en mujeres. Las personas homosexuales, cuando son descubiertas, tienen una escala ascendente de penas. La última es la tercera, que es la pena de muerte. En esto son completamente igualitos, no hacen diferencia entre hombres y mujeres.
En el caso de la prostitución femenina, hay una forma de soslayar la prohibición, que es el matrimonio temporal, que puede ir desde una hora hasta noventa y nueve años. Requiere un contrato entre el hombre y la mujer y siempre tiene que haber una donación material del hombre hacia la mujer. Hay agencias. Se castigan las relaciones ilícitas. Un hombre se puede casar con cuatro mujeres legalmente y tener un sinfín de concubinas mediante el matrimonio temporal. Si es fuera de esta fórmula, sí hay castigos; sobre todo si el hombre está casado y está en disposición de “sus” mujeres.
Para la mujer casada, que solo puede tener un marido ya sea definitivo o temporal, existe la pena de muerte. Pero para muchas mujeres madres de familia, la prostitución es la única salida para sostener a sus hijos. La edad penal, efectivamente, para las niñas se encuentra en los nueve años. Ellos dicen que no ejecutan a menores pero mantienen a los menores en las cárceles hasta que cumplen los dieciocho años, entonces los ejecutan. Hay cuestiones significativas, como que los chicos pueden conducir motocicleta a los dieciséis años; sin embargo, las mujeres nunca podrán conducirla, tengan la edad que tengan; si son vistas sobre una motocicleta son detenidas.
Las familias lo vivimos con pena. No tenemos nada que ver con estos gobernantes. Somos un pueblo culto, civilizado, pacífico. Llevamos invadidos por los islamistas más de cuarenta y cinco años y hemos sobrevivido como hemos podido, hemos luchado como hemos podido, es muy duro. Por ello, es imprescindible que la revolución “Mujer, vida, libertad” llegue a buen puerto cuanto antes. Cada hora que sigue en el poder la teocracia islamista en Irán, sus crímenes van en aumento y el peligro para la paz mundial, también.
No podemos despedirnos sin tener un recuerdo para la joven Mahsa Amini, la joven kurda de 22 años muerta bajo custodia policial en 2022. Ella fue la semilla de la revolución feminista mixta pero imagino que ya estaba en ciernes. ¿Crees que la juventud iraní podrá poner fin al gobierno de la república islámica?
No es república, ya que no elegimos libremente a nuestros gobernantes, ni es islámica, ya que no tiene nada que ver con la religión, sino que es una ideología política totalitaria. Y sin duda las jóvenes y no tan jóvenes vamos a poner fin a esta inquisición del islamismo. Es inconcebible que en el siglo XXI tengamos esta inquisición. Los pueblos del mundo tenemos que luchar. No hay ningún gobierno del mundo, ni uno solo, que quiera acabar con la teocracia islamista; pero los pueblos, sí. Los pueblos quieren poner fin al horror en la vida de la gente. Mahsa no fue la semilla, fue el brote de la semilla que implantó Jomeini en el momento en que llegó a Irán y nos quitó a las mujeres nuestros derechos y nos negó el derecho de ser personas íntegras, completas. Nos convirtió en propiedad de nuestro tutor varón. El primer 8 de marzo con Jomeini en Irán, en 1979, las mujeres ya estábamos en las calles protestando, defendiendo nuestros derechos. Quiero añadir la importancia que tiene está revolución, la primera revolución feminista mixta de la historia de la humanidad, donde mujeres y hombres, hombres y mujeres, hombro con hombro, luchamos por la igualdad.
Hay que recalcar que esto ha surgido durante el último medio siglo en un país que ha visto a sus mujeres siendo arrastradas a las cárceles, donde se les han infligido las mayores torturas. La revolución “Mujer, vida, libertad” va a cambiar la vida de millones de personas, en los países de mayoría musulmana y en los países donde hay mucha migración de mayoría musulmana. Sobre todo, de las mujeres, pues hace que la religión musulmana comience a ver más allá de la sharía y empiecen a ver la Declaración Universal de los Derechos Humanos como algo totalmente necesario, y actualizar sus creencias a los tiempos en los que vivimos. Millones de mujeres en Irán, en Afganistán, en Arabia Saudí, en decenas de países de mayoría musulmana, en mayor o menor grado, siguen siendo propiedad de sus tutores varones, y una revolución hecha por todas las personas es lo que más necesita el mundo.
Queremos agradecerte que estés en nuestra ciudad para traer la voz del pueblo iraní.
También yo estoy agradecida por la voz que nos dais, por tener la posibilidad de expresarnos abiertamente, que es lo que necesitamos ahora. Quiero dejar claro que tenemos que diferenciar lo que es la religión musulmana y lo que es una ideología política totalitaria y misógina. No debemos silenciar el atropello a los derechos humanos por temor a fomentar la islamofobia en España. Por eso, agradezco tanto que no nos abandonen.