NEGANDO NO SE ENTIENDE LA GENTE
NEGANDO NO SE ENTIENDE LA GENTE Mucho se habla de negacionismo como estrategia política, pero sería más adecuado contemplarlo como actitud cruel e inhumana. Manipulación grotesca y dañina que se ha repetido a lo largo de la historia ignorando las repercusiones que tales prácticas tienen sobre las personas. En una entrada anterior en este blog […]
NEGANDO NO SE ENTIENDE LA GENTE
Mucho se habla de negacionismo como estrategia política, pero sería más adecuado contemplarlo como actitud cruel e inhumana. Manipulación grotesca y dañina que se ha repetido a lo largo de la historia ignorando las repercusiones que tales prácticas tienen sobre las personas.
En una entrada anterior en este blog ya analizamos la actitud negacionista[1] en relación con la pandemia. Regresamos a esta cuestión por su actualidad porque quienes niegan los beneficios de las vacunas, del cambio climático, de la pandemia COVID-19, entre tantos otros hechos, niegan la vulneración de los derechos humanos que tales hechos producen. Porque las vacunas salvan vidas, el cambio climático merma la supervivencia en el Planeta y la pandemia ha sesgado ya millones de vidas en todo el mundo. Lo nieguen o no, es un hecho, desgraciadamente.
¿En qué consiste el negacionismo?
En la no aceptación de una realidad que se puede verificar de manera empírica[2] en contra de la percepción objetiva, que se ajusta a los hechos, a lo observable, sin sesgos impresionistas ni creencias o juicios de valor.
Negar los datos, las evidencias, es un delito que intenta enmascarar los hechos buscando un beneficio; y negacionismos los hay de muchas índoles. Por otra parte, el comportamiento negacionista se ha presentado como un movimiento social con función adaptativa que minimiza los recursos cognitivos necesarios para la toma de decisiones[3]. Adaptativa porque surge como remedio ante el miedo o la vergüenza, ante la rabia o la frustración. Cuando el “enemigo” real es difícil de alcanzar se busca un pseudoenemigo más alcanzable. O bien cuando la realidad no se quiere aceptar se la niega como mecanismo de defensa. Es más sencillo no creer en las evidencias de una situación incómoda, no deseada o desagradable por motivos religiosos, políticos, económicos o sociales.
El concepto de “negacionismo”
Denial, en inglés, ve la luz tras el exterminio de miles de seres humanos que produjo el Holocausto, y ya el mismo Hitler adujo que tal exterminio era un rumor. No cabe el argumento de la libertad de expresión: los límites de esta empiezan cuando se atenta contra la dignidad de las personas. Y si no se reconocen las evidencias y los hechos las injusticias se pueden repetir.
Afortunadamente, además de los negacionistas tercos que se autoafirman están los que navegan en la duda a quienes todavía se puede ofrecer las certidumbres para sacarles del naufragio en el caos mental.
Es innegable el daño que producen tanto las personas que tienen audiencia como las que la tienen reducida porque en su pequeño entorno siembran el desconcierto.
La desinformación.
En todo este maremágnum negacionista prevalece la desinformación, la propagación de bulos y la actitud de los que sostienen el conspiracionismo, la consideración de que las personas influyentes quieren imponer una realidad, y por ello se creen defensores de “la verdad” apoyándose en referencias dudosas, falsos expertos y falacias.
Desmontando trampas negacionistas.
Ante este grave problema, que atenta contra los derechos humanos por las severas repercusiones que tiene, nos planteamos si existe la posibilidad de convencer a los negacionistas. Sí, existe, porque las personas cabales y ecuánimes se afanan en desmontar las trampas de los discursos negacionistas refutando los argumentos tanto de los que utilizan la falsedad como de los que la banalizan, por difícil que sea desmontar ciertos puntos de vista que se han anclado en las mentes.
Los negacionismos son contrarios a los derechos humanos, falsean la verdad, la enmascaran o directamente la ocultan o la niegan y el daño que producen es de envergadura.
¿Cómo hacerle frente?
Algunas fórmulas: contrastar las informaciones con fuentes fidedignas, aceptar las evidencias por dolorosas e incómodas que sean, no inferir conclusiones ficticias, distanciarse de la individualidad egoísta fortalecida por la sociedad del bienestar y superar la baja tolerancia a la frustración.
HUMANIDAD
En la base de toda esta lucha contra el negacionismo interesado y malicioso está el concepto de “humanidad”, la capacidad de sentir empatía, comprensión y solidaridad hacia las personas.
Y Amnistía Internacional lucha por la defensa de los derechos humanos, el derecho a la verdad y a la justicia y dignidad de las personas.
EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA
A.Emma Sopeña Balordi
Responsable de RRSS y Blog AICV
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
ENLACES
[1] https://blogs.es.amnesty.org/comunidad-valenciana/2020/08/31/negacionismo-y-necedad/
[2] https://psicologiaymente.com/social/tipos-negacionistas
[3] https://www.grupolaberinto.es/la-psicologia-del-negacionista/