HABLEMOS DE INTERSECCIONALIDAD

20 octubre, 2024 por Amnistia Internacional Comunidad Valenciana

Derechos humanos

Y nos preguntamos, ¿Qué es la interseccionalidad? Una herramienta analítica para estudiar, entender y responder a las maneras en que el género se cruza con otras identidades y cómo estos cruces contribuyen a experiencias únicas de opresión y privilegio[1]. El concepto de interseccionalidad proviene de una profesora universitaria y jurista americana, Kimberlé Crenshaw[2] que, en […]

Y nos preguntamos, ¿Qué es la interseccionalidad?

Una herramienta analítica para estudiar, entender y responder a las maneras en que el género se cruza con otras identidades y cómo estos cruces contribuyen a experiencias únicas de opresión y privilegio[1].

El concepto de interseccionalidad proviene de una profesora universitaria y jurista americana, Kimberlé Crenshaw[2] que, en 1989, utilizó este término para abordar la marginación de las mujeres negras en la sociedad estadounidense. Crenshaw descubrió que estas mujeres eran ignoradas tanto por el movimiento feminista, que giraba en torno a las mujeres blancas, como por el movimiento antirracista, que se desarrollaba en torno a los hombres negros[3].

Pero el término es algo más complejo, es ese conjunto de discriminaciones (o de privilegios) que conduce a una situación estructural en la que quienes ostentan los privilegios promueven que las generaciones siguientes sigan manteniéndolos, perpetuando así la situación de opresión sobre los demás. Por ejemplo, los dirigentes de los estados suelen ser hombres, de clase alta y preferiblemente blancos, quienes hacen leyes que favorecen principalmente a personas con estas características, dejando de lado colectivos discriminados que seguirán siéndolo porque no son escuchados ni tenidos en cuenta.

No consiste en sumar factores discriminatorios sino de valorarlos como un conjunto indivisible de todos ellos. Es la interacción de todos los factores la que define la experiencia concreta de la discriminación, no pueden ser analizados por separado[4].

No solo se trata de cruzar diferentes tipos de discriminación, se trata de un cambio en el posicionamiento en el que la cultura occidental (colonial) deje de estar en el centro y se rompan dicotomías como primer mundo/ tercer mundo, blanco (normal) / de color (no normal y se incluye todo ser humano racializado, es decir, que no sea caucásico) y cambiar nuestro lenguaje que, inconscientemente, ha normalizado el discurso discriminatorio.

Las Naciones Unidas reconocen que la discriminación interseccional tiene un impacto especialmente negativo para las mujeres. Por ejemplo, destaca que la discriminación basada en el género, el color y la identidad aborigen, aumenta el riesgo de violencia de género y agrava sus efectos. Por lo tanto, requiere un abordaje específico. Sin embargo, este enfoque está aún poco empleado en la legislación y las políticas públicas a escala nacional[5].

El concepto ha sido también discutido desde otros países en el sentido de que apuntan que la interseccionalidad en las discriminaciones ya existía antes de que Greensaw acuñara el término. Nivedita Menon[6] (2015) señala la importancia de descolonizar nuestras teorías y enmarcarlas en el conocimiento y las prácticas locales. Esta crítica introduce en nuestra interpretación de la interseccionalidad la necesidad de prestar atención a formas de conocimiento diversas y su relación con el poder. Se sigue priorizando y atendiendo al conocimiento generado en el Norte Global y dándole el valor de “científico, universal y verdadero”, aun cuando puede que excluya y margine a quienes tienen diferentes sistemas de conocimiento, experiencia y comprensión. El conocimiento viaja así desde el Norte Global hacia el Sur Global, rara vez a la inversa. Esto es una de las herencias del colonialismo[7].

Otra voz que reclama atención al Sur Global es la de Mara Viveros desde la Universidad de Colombia, señalando la situación de intersección de discriminaciones en las mujeres tanto en la época colonial como postcolonial. Por ejemplo, la vulnerabilidad de las mujeres indígenas en Sudamérica víctimas del abuso de gobernadores y curas locales, o cómo en Brasil aparecen trabajos artísticos, como el cuadro cubista “A negra” (1923) de Tarsila do Amaral, que representa a una mujer negra desnuda con los labios y los senos hipertrofiados, y ha sido interpretado como una alegoría del lugar de las nodrizas negras en la sociedad brasileña[8].

También han surgido diferentes posicionamientos en torno a la interseccionalidad. Mara Viveros concluye que los análisis interseccionales permiten y propician una reflexión permanente sobre la tendencia que tiene cualquier discurso emancipador a adoptar una posición hegemónica y a engendrar siempre un campo de saber-poder que comporta exclusiones y cosas no dichas o disimuladas[9].

El día 8 de octubre Amnistía Internacional España llevó a cabo un taller online (el segundo en este año) para trabajar con sus activistas el tema de la interseccionalidad. Un evento virtual que reunió a 22 activistas de distintas generaciones todas unidas por su compromiso hacia la justicia social. Este taller se enmarcó en la serie de formaciones continuas del Plan GEIA (Género, Equidad, Inclusión y Antirracismo) y tuvo como objetivo profundizar en la aplicación práctica de la interseccionalidad en el activismo.

Es muy importante que todxs los activistas trabajemos este aspecto de la vida, de nuestro lenguaje y nuestra forma de abordar los derechos humanos para abordar nuestra lucha por ellos de una forma feminista, decolonial e integradora, es decir de forma interseccional. Para ello debemos tener en cuenta:

1.Que el feminismo no sólo tiene que ver con las mujeres. Es un movimiento político que examina el poder y debe cuestionar todas las formas de discriminación y opresión tanto si están basadas en el género como en la orientación sexual, la raza, la clase u otras categorías.

2.Las mujeres no son una categoría homogénea, sufren sus propias experiencias de discriminación, marginación y opresión, por lo tanto debemos enfocarnos sobre las necesidades y preocupaciones de los grupos más discriminados y colaborar con ellos y/o sus representantes.

3. Debemos orientarnos a promover la justicia, en particular para las personas sometidas a múltiples formas entrecruzadas de discriminación.

4. Debemos trabajar para poner en el centro las experiencias y perspectivas de las comunidades marginadas, incluidas las que habitan en los espacios periféricos tanto del Sur Global como del Norte Global[10].

En la parte práctica nos organizamos en grupos que debíamos plantear intervenciones teniendo en cuenta los principios de interseccionalidad que habíamos trabajado previamente, entre otras tareas.

GUÍA DE RECURSOS SOBRE LA INTERSECCIONALIDAD: Una aproximación a los Derechos Humanos desde una perspectiva Feminista y Antirracista Interseccional.

https://www.awid.org/sites/default/files/atoms/files/nterseccionalidad_-_una_herramienta_para_la_justicia_de_genero_y_la_justicia_economica.pdf

Imagen:

Factores cruzados definen la interseccionalidad.

Maria Caterina La Barbera y DESiGNiA web © Author provided

Maite Redondo Jiménez

Área de Comunicación Amnistía Internacional Comunidad Valenciana (Elche)

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