Amnistía Internacional Extremadura ha conmemorado el día de los Derechos Humanos, como viene siendo habitual cada año, en esta ocasión la celebración ha sido doble, porque este año se cumplen 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En esta ocasión, el acto ha tenido lugar en Mérida, en el Centro Cultural Alcazaba de la ciudad. El […]
Amnistía Internacional Extremadura ha conmemorado el día de los Derechos Humanos, como viene siendo habitual cada año, en esta ocasión la celebración ha sido doble, porque este año se cumplen 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En esta ocasión, el acto ha tenido lugar en Mérida, en el Centro Cultural Alcazaba de la ciudad.
El encuentro fue conducido por José Manuel Rodríguez Pizarro, activista y miembro del equipo de comunicación y vicepresidente de AIEx. Dio la palabra, en primer lugar, a Estebán Beltrán Verdes, director de Amnistía Internacional España, que esta ocasión ha querido acompañarnos para nuestra celebración. Recordó que la DUDH nació en momentos convulsos, como los actuales, y supuso un hito histórico porque, por primera vez, se establece que todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos. Recordó la importancia de la sociedad civil, de las mayorías y finalizó diciendo que, aunque se vivan momentos de retroceso, lo bueno es que también de estos se sale y avanzamos.
Este año, el tema central del concurso de microrrelatos se ha centrado en el artículo 27, que está relacionado con la libertad de expresión vinculada a la vida cultural, artística y científica. Por este motivo, hemos invitado a participar a artistas y personas vinculadas con la vida cultural de nuestra comunidad. Entre ellos, miembros del club de lectura dramatizada de la Biblioteca Pública Municipal “Juan Pablo Forner” de Mérida, que intervinieron en diferentes momentos del acto interpretando textos con historias en las que los derechos humanos tienen un especial protagonismo.
A continuación, intervino la actriz cómica y clown María Bris que aportó, desde el humor, una visión distinta sobre los derechos humanos, la libertad de expresión y de creación artística y cultural o la censura, a través de un monólogo de su personaje Brígida Fornicio.
Simultáneamente, en el exterior de la sala en la que se celebró el acto, los artistas cacereños de “Bibrarte” elaboraron un mural sobre el 75 aniversario de la DUDH y Amnistía Internacional.
Finalmente, se dio a conocer el fallo del VII Concurso de Microrrelatos sobre Derechos Humanos de AIEx. En esta edición, como ya dijimos antes, se eligió el artículo 27. La participación ha sido amplia, con 118 relatos presentados, y de muy diversa procedencia, tanto de España como de distintos países de América Latina.
El primer premio recayó en el texto titulado “Servidumbre”, presentado bajo el seudónimo “La gacela leonada”, cuya autora es Aurora Rapún Mombiela, de Valencia. El relato se centra en la segunda parte del artículo 27: los derechos de autor, arrebatados a la autora en un acto ominoso de abuso. Un doble abuso expresado bellamente en la derivación de una palabra, amo, referido al abuso de poder real y sentimental; de ahí la servidumbre de la protagonista. Por esto y por la expresión tan gráfica de las reacciones de la misma en el momento de descubrir la traición, al jurado le ha parecido un texto de excelente calidad.
La ganadora no pudo asistir al acto pero envió un vídeo en el que, tras unas palabras de agradecimiento, dio lectura al microrrelato.
El premio consistió en una obra original del artista extremeño José Manuel Sánchez Paulete: “Granada, la que suspira por el mar”, basado en un poema de Federico García Lorca, de su libro “Poema del cante jondo”. El pintor envió también un vídeo explicativo de la obra y de agradecimiento a Amnistía Internacional por su labor.
El segundo premio correspondió al relato “El eco del silencio”, presentado bajo el seudónimo “Sauron” y cuyo autor es Javier Ezequiel Heredia, de Buenos Aires (Argentina). El jurado valoró especialmente el mensaje que contiene: la revolución que supone la unión de las personas en la lucha por sus derechos. Se trata de un relato simbólico, narrado en tercera persona, que se enmarca en un tiempo y un espacio inespecíficos y que se centra en el poder del arte cuando evoluciona desde la individualidad a la colectividad, desde la opresión a la libertad.
El autor no pudo asistir y, en su lugar, recogió el premio Ana Pizarro, activista del Grupo de Acción de Mérida, que dio lectura al relato.
Por último, el tercer premio recayó en el relato “Malos Tiempos”, presentado con el seudónimo “Tom Sawyer”, que corresponde a Mª Soledad García Garrido, de Cáceres, la autora recogió personalmente el premio y leyó el relato. La obra representa un alegato contra la censura, en este caso, a causa de la mojigatería de una sociedad de sucia mirada. La pintura negra, que hace referencia a Goya, no solo habla de la oscuridad que provoca la falta de cultura, sino también del luto, lo que nos lleva a los tiempos de Bernarda Alba y la importancia de las apariencias. Además, el jurado también premia la denuncia de lo que estamos viviendo en nuestro propio país en estos tiempos, junto a la exquisitez de su literatura.
Como cierre, el conductor del acto dio las gracias a las personas asistentes y a quienes participaron en el acto, especialmente a Esteban Beltrán, por acompañarnos en este aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
