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LENGUAJE Y DISCRIMINACIÓN Una breve definición podría ser el tratamiento diferente que se da a una persona o grupo de personas en un medio dado y que resulta perjudicial para su vida. Por su raza, por su sexo, por su religión, por sus ideas, por su lugar de procedencia… Pueblos enteros han sido y son […]

LENGUAJE Y DISCRIMINACIÓN

Una breve definición podría ser el tratamiento diferente que se da a una persona o grupo de personas en un medio dado y que resulta perjudicial para su vida. Por su raza, por su sexo, por su religión, por sus ideas, por su lugar de procedencia… Pueblos enteros han sido y son discriminados. Lamentablemente, y aunque sea políticamente incorrecta la discriminación, lo cierto es que la opinión pública, en muchas ocasiones ocupada en el subsistir cotidiano, olvida la tragedia que significa ser discriminado.

El comportamiento discriminatorio se aprecia todavía de manera implacable en el lenguaje por mucho que se intente “limpiarlo” de vocablos o expresiones que han calado de manera indeleble en el habla cotidiana. Muchas veces sin querer, sin intención alguna, la gente se da cuenta solo cuando se le hace una reflexión. Porque la expresión es mucho más que la unión de palabras. Si no es a veces el reflejo del pensamiento sino el reflejo de una forma aprendida – y no reflexionada – de utilización del lenguaje, lo cierto es que “es la manifestación de nuestra estructura ideológica, de nuestra forma de entender y sentir el mundo, de interpretar la realidad”[1].

¿Qué repercusiones tiene sobre los seres humanos ese tratamiento diferente? Instrumento fundamental de comunicación puede convertirse en arma destructiva del amor propio instaurando relaciones injustamente asimétricas entre las personas.

Debemos tener claro que cada persona, con su peculiar utilización de las herramientas lingüísticas, puede ejercer una influencia en su entorno aunque solo sea perpetuando formas ancladas de discriminación, aunque nos creamos libres de pensamientos y actitudes excluyentes, aunque aparentemente pasen inadvertidas. Y no hay excusa tampoco en la “broma”. No hay broma que valga en esto. Todos los seres humanos merecen el mismo respeto y la misma consideración.

El lenguaje tiene un poder enorme, tanto como la acción porque el lenguaje es, también, una forma de acción. La más humana.

[1] El lenguaje como arma de discriminación masiva. Gloria Poyatos Matas. Magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
https://www.huffingtonpost.es/gloria-poyatos-matas/el-lenguaje-como-arma-de-discriminacion-masiva_a_21875203 (Consultado 20-2-19).

Equipo de Comunicación de la Comunidad Valenciana

Emma Sopeña Balordi