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EL NEGOCIO FARMACÉUTICO EN BOCA DE TODOS Nunca se había hablado tanto de la industria farmacéutica, un sector empresarial que se dedica a fabricar y comercializar productos químicos medicinales; algunas de estas empresas también realizan tareas de investigación y desarrollo, y una gran parte de la producción farmacéutica corresponde a vacunas. Las patentes Los Estados […]

EL NEGOCIO FARMACÉUTICO EN BOCA DE TODOS

Nunca se había hablado tanto de la industria farmacéutica, un sector empresarial que se dedica a fabricar y comercializar productos químicos medicinales; algunas de estas empresas también realizan tareas de investigación y desarrollo, y una gran parte de la producción farmacéutica corresponde a vacunas.

Las patentes

Los Estados conceden patentes para los fármacos por periodos de no menos de 20 años a partir de la fecha de autorización, y se les asigna una marca registrada pasando a ser de su propiedad exclusiva. Solo cuando expira la patente se podrán fabricar y vender los fármacos con el nombre genérico.

Ante el estallido de la pandemia, los países iniciaron una carrera de velocidad para conseguir una vacuna. Las Pfizer/Biontech, Moderna, Janssen/Johnson&Johnson y Novavax procedentes de EEUU, la AstraZeneca/Oxford, la rusa Sputnik V y las chinas Sinovac y BBIBP-CorV y Vero de Sinopharm. Estamos en espera de las dos españolas.

#UnPinchazoJusto

Los Estados se lanzaron a la compra de vacunas, el “sálvese quien pueda” nunca mejor dicho. Amnistía Internacional (AI) lanzó su campaña #UnPinchazoJusto para exigir el acceso universal a las vacunas contra la COVID-19, porque los gobiernos y las farmacéuticas deben compartir recursos y conocimientos renunciando temporalmente a los derechos de propiedad intelectual. Somos conscientes de que la pandemia no acabará hasta que no acabe para todo el mundo.

https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/un-pinchazo-justo/

Primero fue la carrera por la vacuna y luego la batalla de las patentes. En una entrada anterior de este blog explicamos ampliamente esta batalla[1].

Dosis doble de desigualdad

Un nuevo informe de AI, “Dosis doble de desigualdad: Las empresas farmacéuticas y la crisis de las vacunas contra la COVID-19”[2], muestra que las principales empresas farmacéuticas que desarrollan las vacunas contra la COVID-19 avivan la crisis de derechos humanos, negándose a participar en las iniciativas para impulsar el suministro global. AI pide que se entreguen 2.000 millones de vacunas a los países de bajos y medianos ingresos antes de final de 2021. En esta hecatombe de salud, BionTech, Moderna y Pfizer habrán ganado 130.000 millones de dólares a finales de 2022. No incumplen ninguna ley con sus ganancias, pero incumplen la terrible responsabilidad de derechos humanos.

La propiedad intelectual, el monopolio

A pesar de los llamamientos de COVAX para distribuir vacunas en los países con bajos recursos, algunas de las empresas evaluadas siguen reservando sus millones de dosis para quien pueda pagarlas, oponiéndose al uso compartido de los conocimientos y tecnología, así como a detener temporalmente los derechos de propiedad intelectual. Recordemos que COVAX (Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19, en inglés COVID-19 Vaccines Global Access) es una alianza de 190 países lanzada por la OMS, con el fin de garantizar el acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19.

Se ha utilizado la excusa de que la exención de la propiedad intelectual no puede funcionar sin la transferencia de tecnología, pero “quienes tienen el conocimiento pueden migrar para aplicarlo en otros lugares”[3].

Obvian que la mayoría ha recibido inyecciones millonarias de fondos públicos sin los cuales no habrían desarrollado sus vacunas, así como pedidos anticipados igualmente millonarios. Todo ello unido al conocimiento técnico que los centros de investigación proporcionan. Aun así monopolizan la propiedad intelectual. No es justo.

Acuerdos de transferencia tecnológica

Las compañías han firmado acuerdos de transferencia tecnológica con empresas del mundo capaces de participar en la producción[4]. Estos acuerdos permiten la formación conjunta de trabajadores cualificados, pero muy pocas plantas están capacitadas para producirlas, apenas una quincena de compañías farmacéuticas en el mundo se dedica a desarrollar vacunas. Es importante este avance en la transferencia tecnológica, pero con el modelo actual de patentes parece complejísimo hacer llegar vacunas a países más empobrecidos. Para alcanzar el 70% de vacunación mundial se requieren 10.000 millones de dosis, lo que significa multiplicar por diez la capacidad mundial de fabricación.

Se sigue insistiendo en que las patentes son necesarias para incentivar la investigación y el desarrollo de medicamentos. El programa C-Tap (Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la COVID-19 creado por la OMS en junio de 2020), mecanismo global para compartir conocimientos, datos y propiedad intelectual de tecnologías sanitarias para la lucha contra la COVID-19, ha tenido hasta ahora muy pocas respuestas.

Por si fuera poco el impedimento de las patentes los cuellos de botella en la producción de vacunas son la escasez de materias primas. Barreras técnicas, barreras legales, barreras de recursos …

Si COVAX no dispone de más fondos de los países ricos, dosis, derechos y acceso a las mismas no se conseguirá acabar con la pandemia.

Objetivos de vacunación mundial

El primer objetivo de la OMS fue vacunar al 40% de la población en los países de ingresos bajos en 2021. El segundo es el 70% en junio de 2022. Se cuenta con una producción suficiente de vacunas, la cuestión es distribuirlas equitativamente. No seguir practicando el acaparamiento y las políticas nacionalistas de vacunación. Por desgracia ni la OMS ni la ONU tienen poder para conseguirlo, ni para la que se dispensen los derechos de propiedad intelectual ni para que las naciones acaparen dosis. Es cuestión de asignación equitativa.

No solo una cuestión moral sino racional

Los Estados deben distribuir millones y millones de vacunas que no se han utilizado, es delito que caduquen sin ser inoculadas. Y qué decir de las empresas chinas y rusas de las que no se tiene información o se tiene sesgada.

El lobby de las grandes farmacéuticas presiona contra la relajación de la propiedad intelectual y alegan que asegurarán la llegada de vacunas a todos los países. Sostienen que es más eficaz que se fabriquen vacunas en otras fábricas que la liberación de patentes ya que se tardarían meses en fabricar genéricos.

Cinco pasos indispensables para corregir la desigualdad entre países

Intensificar el intercambio de dosis con los países más necesitados a través de COVAX, optimizar la producción, eliminar barreras comerciales a la exportación, preparar a las naciones para distribuir las vacunas, incentivar la innovación para la creación de nuevas vacunas[5].

La exención de la propiedad intelectual no supone atentar contra el sector privado. Los gobiernos podrían conceder incentivos a los fabricantes.

Es urgente establecer compromisos eficaces de distribución de dosis para facilitar el objetivo del 70% en todos los países permitiendo el flujo transfronterizo de vacunas y materias primas y la producción diversificada con la concesión de licencias no exclusivas y el intercambio de conocimientos.

La liberación de la exclusividad de las patentes está contemplada en los tratados internacionales. Ya se realizó en los años 2000 con los tratamientos contra el VIH/SIDA. Se trata de que la fórmula propiedad de los laboratorios se comparta y que cualquier Estado pueda utilizarla para su producción.

No lo olvidemos porque a tantos millones de personas en los países desarrollados nos han vacunado: el acceso a la vacuna significa la diferencia entre la vida y la muerte. La vida y la muerte de todas las personas. Las de aquí las de allá.

Pongamos fin a la desigualdad de las vacunas.

FIRMA:

https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/desigualdad-vacunas-sep21/

ENLACE

https://news.un.org/es/story/2021/10/1498032?utm_source=Noticias+ONU+-+Bolet%C3%ADn&utm_campaign=b1828af461-EMAIL_CAMPAIGN_2021_10_08_12_00&utm_medium=email&utm_term=0_e7f6cb3d3c-b1828af461-107521654

EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA

A.Emma Sopeña Balordi

Responsable de redes y blog A.I. Comunidad Valenciana


[1] https://blogs.es.amnesty.org/comunidad-valenciana/2021/05/07/la-guerra-de-las-patentes/

[2] https://www.amnesty.org/es/documents/pol40/4621/2021/es/

En el informe, AI evalúa la política de derechos humanos, la estructura de fijación de precios, el historial de uso compartido de la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología, la asignación de las dosis disponibles y la transparencia de seis desarrolladores punteros de vacunas.

[3] https://news.un.org/es/story/2021/10/1498032?utm_source=Noticias+ONU+-+Bolet%C3%ADn&utm_campaign=b1828af461-EMAIL_CAMPAIGN_2021_10_08_12_00&utm_medium=email&utm_term=0_e7f6cb3d3c-b1828af461-107521654

[4] https://www.farmaindustria.es/web/otra-noticia/cerca-de-90-companias-en-33-paises-de-todo-el-mundo-tienen-ya-acuerdos-para-producir-las-vacunas-contra-la-covid-19-segun-unicef/

[5] https://amiif.org/covid-19-esfuerzos-y-compromisos-de-la-industria-biofarmaceutica/