UN CERO A LA POBREZA La pobreza va más allá de la falta de recursos para tener un medio de vida digno, es un problema de derechos humanos. La desnutrición, la falta de una vivienda adecuada y tantas carencias de millones de personas es una lacra que debería avergonzar a los países del primer mundo. […]
UN CERO A LA POBREZA
La pobreza va más allá de la falta de recursos para tener un medio de vida digno, es un problema de derechos humanos.
La desnutrición, la falta de una vivienda adecuada y tantas carencias de millones de personas es una lacra que debería avergonzar a los países del primer mundo.
Poner fin a la pobreza, en todas sus formas, es el primero de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)[1] de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible[2]. Parece que 2030 está lejos, pero cumplir los objetivos significa lograr un crecimiento económico sostenible e inclusivo, el pleno empleo y la integración social. En esta época de crisis son objetivos que requieren esfuerzo y valentía.
Porque la pobreza persiste, y hoy más, aquí y allá, en todos lados. Es un problema multidimensional en un mundo donde la desigualdad de oportunidades sigue impidiendo a millones de personas alcanzar una prosperidad. Donde las personas carecen de los mismos derechos al aprovechamiento de los recursos económicos, del control de la tierra, de los recursos naturales, de las nuevas tecnologías, de los servicios financieros …
La desigualdad y la pobreza no son inevitables, son el resultado de la ausencia de medidas que permitan a las personas más desfavorecidas hacer frente a las enormes dificultades en las que se ven atrapadas. Son fallos del sistema de protección de los gobiernos. Son la consecuencia de políticas no humanitarias.
La crisis provocada por la pandemia seguida de la guerra de Ucrania ha aumentado de manera vertiginosa la pobreza y la desigualdad. Y las personas que más sufren las consecuencias son, como siempre, las más excluidas. Sigue existiendo desigualdad entre hombres y mujeres, exclusión racial fomentada por los discursos del odio. Y por mucho que se promulguen leyes y tratados que protegen los derechos humanos, las injusticas siguen existiendo.
Pobresa Zero[3], movilización en favor de la erradicación de la pobreza, trabaja desde 2005 en la Comunidad Valenciana (impulsada por la Coordinadora Valenciana de ONGD[4]) con el fin de que la sociedad civil se sume a la lucha contra la pobreza. Para ello se hace necesario y urgente el respeto a los derechos humanos, independientemente de su lugar de origen, el derecho a la salud y a la educación, a la alimentación adecuada, a la participación política, al asilo y refugio y a un medio ambiente saludable.
Se disponen de datos oficiales de renta que tienen en cuenta el impacto de la Covid-19. La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) pone de manifiesto que el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social ha aumentado y ya se sitúa en el 27,8%, la tasa más alta desde 2016[5]. El indicador tiene en cuenta el riesgo de pobreza, la baja intensidad en el empleo y la carencia material severa. Y la mujer, como siempre, es la que experimenta y sufre las peores consecuencias. La falta de oportunidades de empleo y la brecha salarial son los peores enemigos del bienestar. No queda ahí la vergüenza social: España es líder de la UE en pobreza infantil (solo por detrás de Rumanía y Bulgaria)[6].
Leer la nota de prensa del Instituto Nacional de Estadística del 29 de junio de 2022[7] da escalofríos que sobrevienen tras el sonrojo. En ella leemos que se considera que una persona está en situación de carencia material y social severa si declara tener carencia en al menos siete elementos de los 13 de una lista[8] entre los que se encuentran: no poder permitirse una comida de carne o pescado al menos cada dos días, no tener capacidad para hacer frente a un gasto imprevisto, tener retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda, no poder sustituir ropa estropeada …
El 17 de octubre es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza[9]. Lo proclamó la ONU en 1992, aunque la primera vez que se conmemoró fue en 1987 en París, donde 100.000 personas se reunieron para manifestarse a favor de los derechos humanos y la libertad en honor a las víctimas de la pobreza, el hambre, la violencia y el miedo.
La erradicación de la pobreza es uno de los mayores retos globales con que nos enfrentamos en los países desarrollados. Debemos entender que no se trata solo de una cuestión económica, sino de hacer frente a la desgracia de la falta de capacidades básicas para vivir con dignidad, un problema de DERECHOS HUMANOS, un problema de HUMANIDAD.
EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIA
A.Emma Sopeña Balordi
Responsable de redes y blog Amnistía Internacional Comunidad Valenciana
Imagen de iha31 en Pixabay
[1] https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/
[2] https://www.un.org/sustainabledevelopment/poverty/
[3] https://www.pobresazero.org/
[4] https://www.cvongd.org/es/quienes-somos/
[5] https://agendapublica.elpais.com/noticia/18098/rostro-pobreza-espana
[6] https://agendapublica.elpais.com/noticia/18098/rostro-pobreza-espana
[7] https://www.ine.es/prensa/ecv_2021.pdf
[8] https://www.ine.es/prensa/ecv_2021.pdf
[9] https://www.un.org/es/observances/day-for-eradicating-poverty
https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-internacional-erradicacion-pobreza
