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“MODA RÁPIDA” Y POCO ÉTICA Al leer algunos artículos sobre la moda sostenible, me vienen a la memoria imágenes muy lejanas de personas allegadas — que durante décadas se dedicaron a la confección — mirando las etiquetas de la ropa para saber su procedencia antes de comprarlas. Recuerdo a esas personas descartando prendas con etiqueta […]

“MODA RÁPIDA” Y POCO ÉTICA

Al leer algunos artículos sobre la moda sostenible, me vienen a la memoria imágenes muy lejanas de personas allegadas — que durante décadas se dedicaron a la confección — mirando las etiquetas de la ropa para saber su procedencia antes de comprarlas. Recuerdo a esas personas descartando prendas con etiqueta de “Made in China” o “Made in Bangladesh” porque “a saber cómo han confeccionado la prenda”. Eran personas que utilizaban en su trabajo de confección materias generadas en España, telas, gomas, tintes, etc. Todo. Cierto que, en aquella época, la economía circular no era, ni mucho menos, lo que es en la actualidad. Al principio, ese rechazo se me antojó extraño, luego comprendí que era muy legítimo. Esas personas, por poca información que tuvieran a través de la televisión, sabían que en los países de donde procedían esas prendas no debía de existir ningún entorno saludable para quienes las confeccionaban.

Tardamos muchos años en ver imágenes de cómo se tintan y desgastan los tejanos, por ejemplo. Me impresionó tanto que temí tener algún pantalón teñido con métodos que podrían haber vulnerado los más elementales derechos humanos. Desgraciadamente, las etiquetas no nos proporcionan información de lo que hay detrás de la prenda. De por dónde ha pasado y de qué manera hasta llegar a nuestras manos.

Y no se trata solamente de las personas, como hemos ido comprendiendo, sino del planeta, porque la “fast fashion” (“moda rápida”) está contribuyendo a impulsar la contaminación del agua. “La industria textil es una de las mayores culpables del desperdicio de agua a nivel mundial. De hecho, la producción de tejidos para fabricar ropa provoca el 20% de la contaminación de agua potable en todo el mundo.”[1] Los ríos se tiñen de azul por los tintes de los vaqueros, llegando a tener un pH comparable a la lejía. ¿Qué les ocurre entonces a las personas que utilizan el agua para su uso doméstico? ¿Qué les ocurre entonces a los peces?

Y no es solo cuestión de calidad, sino de cantidad.

¿Por qué atiborramos los armarios de ropa que solo nos ponemos alguna vez? ¿Por qué nos lanzamos a comprar, sin ton ni son, montones de ropa solo porque está de rebajas? La moda del “Black Friday” también llegó, por si no tuviéramos bastante con las rebajas de enero y julio (que empiezan ya en Navidad y cuando aparecen los primeros calores).

Pero si no compramos, las fábricas y tiendas quiebran, se despide a las personas que trabajan allí. ¿Hay que comprar y comprar con el único límite de la tarjeta de crédito? ¿Haga o no haga falta?

A ver. Desde la noche de los tiempos, la producción de cualquier objeto no ha tenido más remedio que reciclarse. Cuando pasamos de las películas fotosensibles y químicos de revelado a la fotografía digital las tiendas de revelado tuvieron que reciclarse. Cuando fueron desapareciendo los videos vhs las tiendas de alquiler cerraron porque pasamos a ver cine en plataformas. Y así sucesivamente …

Si estamos locos por comprar y comprar ropa, se fabricará más y más y de la manera más barata para obtener más beneficios. ¿A costa de quién y de qué?  Las empresas de la “moda rápida” deslocalizan los procesos de producción a países donde los derechos humanos son vulnerados, bajos salarios en situaciones de producción contaminadoras.

Si nos moderamos, si comprendemos que amasar ropa no produce satisfacción, la industria tendrá que dedicarse a otras cosas, como ha ocurrido siempre. A algo más productivo que los trapos de usar hoy y almacenar después.

La ropa de usar y tirar no termina siempre, como creemos, cuando la depositamos en los contenedores de ropa sino en gigantescos vertederos. La ropa puede tardar 200 años en biodegradarse, y es tan tóxica como los neumáticos o plásticos desechados[2].

Para que la moda sea sostenible es necesario que todos los principios de circularidad en todas las etapas de la cadena de suministro sean igualmente sostenibles[3], desde la concepción hasta la producción, hasta llegar al consumidor. Pero también es necesario que la demanda deje de ser irresponsable, demanda impulsada por la misma industria de la moda. ¿Por qué no apostamos por una ropa mejor confeccionada, que en su proceso de producción haya respetado el planeta? ¿Por qué no apostamos más por la segunda mano?

Ya no puede valer lo de “es malo, pero era de rebajas …” Porque sí que ha costado, la salud de personas y medio ambiente.

No se puede producir y vender a un coste cada vez menor sin tener en cuenta las implicaciones sociales y ambientales[4], porque lo barato no es un derecho si se consigue a costa del sufrimiento de alguien[5].

Muchos de nosotros conservamos todavía la cultura de la reparación, ¿por qué tirarlo todo? Hay tanto que podemos reparar, recoser … no cuesta tanto, y si le tienes apego a una prenda, conservarla solo con un pequeño esfuerzo y habilidad es gratificante. Además, la segunda mano es una oportunidad de reciclar. Es dar una segunda oportunidad a los productos.

En todo caso, debemos darnos cuenta, de una vez por todas, que comprar compulsivamente, aunque nuestra tarjeta de crédito lo resista, no lo resiste ni el trabajo deshumanizado ni nuestro planeta. Si la ropa es barata, sobre todo en periodos de rebajas, es porque “en otra parte del mundo alguien está pagando las consecuencias”[6]. Solo las grandes empresas pueden permitirse el lujo de hacer grandes descuentos porque su margen es muy alto; se fabrica mucho y lo que no se vende llega a vertederos.

POR HUMANIDAD, moderemos el consumo.

EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA

A.Emma Sopeña Balordi

Responsable de redes y blog Amnistía Internacional Comunidad Valenciana

Imagen de Maruf Rahman en Pixabay

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Amnistía Internacional Valencia

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(34) 96 3913984


[1] https://www.lavanguardia.com/natural/20210819/7671013/industria-textil-contaminacion-rios-africa-informe-water-witness-moda-rapida.html#:~:text=Seg%C3%BAn%20un%20estudio%2C%20publicado%20por,potable%20en%20todo%20el%20mundo.

[2] https://es.euronews.com/2021/11/08/ropa-de-usar-y-tirar-una-moda-que-acaba-en-enormes-vertederos

[3] https://ethic.es/2022/02/hacia-cadenas-de-suministro-mas-sostenibles-moda/

[4] https://ethic.es/2022/02/hacia-cadenas-de-suministro-mas-sostenibles-moda/

[5] https://ethic.es/2022/05/entrevista-marta-d-riezu/?fbclid=IwAR3402myVvfTrfGrGP1oWxQZ7_S6qAXT26qJKv8u-0M3Z18cz-w2p4b3X-k

[6] https://elbiensocial.org/la-moda-consciente-que-no-se-suma-a-la-fiebre-de-las-rebajas/