EL RIF: Una espina para la democracia marroquí
En 2016 la muerte del joven pescadero Mouhcine Fikri aplastado en un camión de basura donde se hallaban sus 500 kg de pez espada supuso la rebelión del Rif contra el estado marroquí.
EL RIF: Una espina para la democracia marroquí
El Rif es conocido por una identidad regional muy marcada desarrollada por la marginación y el abandono de esta zona de Marruecos por las autoridades centrales. Por un lado, la población experimenta tasas de emigración altísimas y una tasa alarmante de cáncer de laringe a causa del arrojo de toneladas de gas mostaza por España contra la población civil durante la guerra del Rif. Los rifeños se apoyaron mutuamente y desarrollaron un espíritu independentista frente a los tomadores de decisiones marroquíes y el gobierno central. Por otro lado, las hambrunas repetitivas experimentadas en los S.XIX y XX, el protectorado, la agresión militar española y francesa en la década de 1920, la “expedición punitiva” de 1959 y el precio pagado por las manifestaciones de 1984 han transformado el Rif en una región indomable y rebelde.
El vaso ya estaba lleno, pero la gota que lo colmó fue la muerte del joven pescadero Mouhcine Fikri aplastado en un camión de basura donde se hallaban sus 500 kg de pez espada, pesca prohibida en ese momento. Esto fue el 28 de octubre de 2016. A partir de esta fecha el demonio que todo rifeño tenía dormido en sus entrañas se despertó. Pobreza, desempleo, falta de inversión industrial, precariedad en su sistema universitario casi inexistente, ningún centro de oncología, infraestructuras defectuosas e insuficientes. Ciertamente, los proyectos grandiosos como “Manara de la Méditerranée” iban a transformar la región, pero se registran serios retrasos durante la ejecución de las directrices reales y una mala gestión. ¿Resultado? El Hirak del Rif nace. Zefzafi, el líder desconocido hasta entonces, en pocos días, establece un movimiento popular pacífico y solidario que desafiará a quienes toman decisiones -acostumbrados a huelgas efímeras- durante varios meses. La población manifestaba pacíficamente exigiendo un centro de oncología, universidades y creación de empleo. El oído sordo del Gobierno acaba exasperando a los organizadores del Hirak y finalmente, Zefzafi dio torpemente la oportunidad a las autoridades para arrestar a cientos de manifestantes al interrumpir un discurso en una mezquita, cuando esto es ilegal y muy grave en un país musulmán. A partir de aquí, empieza el juicio del movimiento del Rif cuyo principal cargo es la violación de la seguridad del Estado. En abril de 2019 cae la condena definitiva: los líderes del Hirak recibieron condenas severas de hasta 20 años de prisión. Fue un juicio manchado de irregularidades y abusos contra los derechos humanos lo que causó muchas manifestaciones de apoyo al Hirak, muchas de ellas organizadas en Europa por la diáspora rifeña que denuncia un juicio injusto.
Zefzafi, un líder nacido de las cenizas de una noticia que no hubiera tenido importancia en los años de plomo se ha convertido en un rifeño que desafía el orden establecido y a quien se homenajeó haciéndolo finalista del premio para la Libertad de Conciencia Sájarov por su labor en la defensa de los derechos humanos.
Finalmente, “el faro del Mediterráneo”, un proyecto que, en principio, iba a aportar luz a una región abandonada, acabó oscureciendo aún más el corazón del Rif. El Faro perdió su brillo y la luz agonizante augura un futuro oscuro para una sociedad erizada. Si el Faro del Mediterráneo se ha podido apagar, es muy poco probable que la ira de la población se apague.
En Marruecos es costumbre que el rey indulte a presos en cada fiesta nacional y ¿quién sabe? posiblemente para la fiesta del trono el 31 de julio próximo libere a los detenidos del Hirak. Pero, ¿formará Zefzafi parte de la lista? No lo creo…
Kamelia Temsamani. Activista de Amnistía Internacional Jaén.
Publicado en Diario Jaén el 28 de julio de 2019