El Círculo del Silencio en Málaga se reúne cada miércoles para denunciar la situación de los migrantes y refugiados. Enfocados en la migración, se centraron el 10 de abril en la recién aprobada directiva europea sobre migración, temiendo sus posibles restricciones.
Cada miércoles en Málaga, un grupo de personas se reúne en el corazón de la ciudad, no para alzar la voz, sino para guardar silencio. Este es el Círculo del Silencio, una organización que se dedica a denunciar la situación de las personas migrantes y refugiadas. Su compromiso es inquebrantable: cada semana, sin falta, se congregan para recordar a la sociedad la realidad de aquellos que buscan una vida mejor lejos de sus hogares.
El pasado 10 de abril, junto a Amnistía Internacional Málaga, la atención del Círculo se centró en la recién aprobada directiva europea sobre migración.
Una directiva restrictiva: el desafío del círculo
Un tema crucial, ya que se espera que esta directiva imponga restricciones significativas en materia migratoria. Para el Círculo esto representa un paso atrás en los esfuerzos por proteger los derechos de los migrantes y refugiados.
Silencio que habla: la protesta del círculo
El Círculo del Silencio no solo es una manifestación de solidaridad, sino también un recordatorio constante de la humanidad compartida que une a todas las personas, independientemente de su origen o situación.
Un mundo de empatía: el mensaje del círculo
Su presencia semanal es un llamado a la empatía, a la compasión y a la acción. Mientras algunos eligen cerrar fronteras, el Círculo del Silencio elige abrir corazones y mentes. En un mundo donde la migración se ha convertido en un tema cada vez más polarizado y politizado, el Círculo del Silencio ofrece un espacio de reflexión y resistencia.
Su mensaje es claro: detrás de cada estadística, hay una historia humana. Detrás de cada frontera, hay un ser humano en busca de seguridad y oportunidades. Mientras el sol se pone en Málaga y las luces de la ciudad comienzan a brillar, el Círculo del Silencio permanece en su vigilia, recordándonos nuestra responsabilidad compartida hacia aquellos que están en movimiento, buscando un lugar al que llamar hogar.
