Una reciente resolución judicial proveniente de Hungría ha causado honda preocupación en Amnistía Internacional. Se trata del caso de Ahmed H., de origen sirio y residente en Chipre que decidió en agosto de 2015 ayudar a sus padres y diversos familiares más a escapar de la cruel realidad de la guerra en Siria. Un mes […]
Una reciente resolución judicial proveniente de Hungría ha causado honda preocupación en Amnistía Internacional.
Se trata del caso de Ahmed H., de origen sirio y residente en Chipre que decidió en agosto de 2015 ayudar a sus padres y diversos familiares más a escapar de la cruel realidad de la guerra en Siria. Un mes más tarde su huida se vió obstaculizada en la frontera entre Serbia y Hungría donde fueron recibidos por la policía con cañones de agua y gas lacrimógeno lastimando a varias personas. En un acto de desesperación se arrojaron varias piedras al cuerpo policial, una de esas personas fue Ahmed. Por este hecho, Ahmed fue condenado a diez años de prisión. Una condena a todas luces desproporcionada e injusta en la que se le declara culpable de «complicidad en un acto de terror» y de «entrada ilegal como parte de un disturbio masivo» a pesar de que existe evidencia gráfica documentada de que Ahmed intentó mediar pacíficamente entre ambas partes pidiendo respeto y calma en todo momento.
El juicio repleto de irregularidades y palmarias declaraciones xenófobas y racistas por parte de las autoridades húngaras agravan aún más, si cabe, la tragedia por la que Ahmed y su familia están transitando. El fallo del jurado fue apelado y recientemente se ha dado a conocer la resolución en la que se mantiene la condena interpuesta inicialmente. Esta condena ha sentenciado no solo la vida de un inocente, sino la de una familia entera incluyendo a su esposa y dos hijas.
Desde Amnistía Internacional seguiremos apoyando la causa de Ahmed, que le ha llevado a una prisión injustificada por intentar salvar a su familia de un infierno en la tierra.