¿PENSAMOS ALGUNA VEZ EN LO QUE SIGNIFICA NO ESTAR ALFABETIZADO? A principios de año, hablamos en este blog sobre el edadismo y la campaña “soy mayor no idiota”[1], que reclamaba atención presencial en las entidades bancarias para resolver las gestiones de las personas mayores carentes de conocimientos digitales, y la necesaria alfabetización digital para ellas. […]
¿PENSAMOS ALGUNA VEZ EN LO QUE SIGNIFICA NO ESTAR ALFABETIZADO?
A principios de año, hablamos en este blog sobre el edadismo y la campaña “soy mayor no idiota”[1], que reclamaba atención presencial en las entidades bancarias para resolver las gestiones de las personas mayores carentes de conocimientos digitales, y la necesaria alfabetización digital para ellas.
Pero ¿nos paramos a pensar en lo que significa carecer de alfabetización? ¿No saber leer? ¿No saber escribir?
Ayer, 8 de agosto, se celebró el Día Internacional de la Alfabetización, que ha venido ganando importancia desde que la ONU aprobara su conmemoración en el año 1965.
Tal vez creamos que es un hecho que solo se produce en países alejados, pero recientemente he sido testigo de lo contrario. En un ayuntamiento me abordó una señora para pedirme que le rellenara un documento, di por hecho que había olvidado sus gafas, pero me dijo, bajito, que casi no sabía escribir. Ignoro por qué circunstancias esa persona no tuvo acceso a la alfabetización, lo cierto es que me sentí mal y no lo he olvidado. Y si todavía aquí, en nuestra sociedad “avanzada”, hay personas que carecen de las herramientas de lectoescritura, fácilmente podemos imaginar lo que ocurre en tantos países en los que la alfabetización brilla por su ausencia.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) señala que la alfabetización es un derecho humano fundamental y constituye la base del aprendizaje a lo largo de toda la vida. Porque alfabetizar va mucho más allá de enseñar a leer y escribir, significa el desarrollo de la habilidad de interpretación gráfica de los símbolos de uso común y necesario en la sociedad. Por su capacidad de transformar la vida de las personas, la alfabetización resulta esencial para el desarrollo humano y social.
El analfabetismo es un obstáculo en la consecución de una calidad de vida superior e incluso puede ser el caldo de cultivo de la exclusión y la violencia[2].
El analfabetismo:
– es desigualdad en el acceso al saber, lo que significa desigualdad en el acceso a los derechos humanos y a una vida digna; la práctica totalidad de las personas analfabetas del mundo viven en áreas geográficas pobres.
– es una herramienta dignificadora primaria con la que deben contar todos los seres humanos para lograr el empoderamiento de sus derechos; se trata de la principal herramienta liberadora del ser humano pues es la base de todo aprendizaje, los cimientos que permiten a las personas adaptarse a las circunstancias y acceder al resto del conocimiento.
La condición de analfabetismo afecta no sólo al cumplimiento del artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos[3] destinado a la educación (Toda persona tiene derecho a la educación …tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales) sino al de la mayoría de los demás enunciados. El artículo 2 estipula que “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración…” ¿Cómo invocarlos si no se puede tomar conciencia de ellos? Los artículos 4 al 14 de la Declaración, referidos a situaciones de dignidad humana y al reconocimiento de derechos jurídicos, demandan conocimientos de lectoescritura, sin los cuales será difícil o imposible ejercerlos[4]. Y tantos otros artículos, como el referido a la libertad de pensamiento, conciencia y religión (Art.18) o al trabajo, salario justo y derecho de asociación (Art.20 y 23).
Por otra parte, el analfabetismo afecta sobre todo a mujeres y niñas[5]; de los 771 millones de jóvenes y adultos que no saben leer ni escribir dos tercios son mujeres[6], cifras que ponen en evidencia que, a pesar de los grandes avances que se han dado en el acceso igualitario a la educación, la brecha de género sigue siendo un problema lejos de estar resuelto en la comunidad internacional.
La falta de educación es caldo de cultivo de desigualdad y condena a la pobreza y la exclusión.
Amnistía Internacional trabaja para lograr que niños y niñas por igual puedan recibir educación de calidad y construirse un mejor porvenir. La alfabetización femenina es un motor indispensable para incentivar el desarrollo de las naciones.
“La alfabetización debe convertirse en la punta de lanza del proceso educativo a nivel mundial […] Más allá de la alfabetización básica, la alfabetización está estrechamente vinculada al aumento y la mejora de la calidad de vida.”[7]
EQUIPO COMUNICACIÓN AMNISTÍA INTERNACIONAL COMUNIDAD VALENCIANA
A.Emma Sopeña Balordi
Responsable de redes y blog Amnistía Internacional Comunidad Valenciana
Imagen de Mahesh Patel en Pixabay
ENLACES
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000262435_spa
[1] https://blogs.es.amnesty.org/comunidad-valenciana/2022/01/31/edadismo-no-soy-idiota/
[2] https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/04/2022/dia-internacional-de-la-alfabetizacion
[3] https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights
[4] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000262435_spa
[5] https://www.amnistia.org/ve/blog/2019/09/11642/educar-es-la-respuesta-importancia-de-la-alfabetizacion-de-las-mujeres-y-ninas
[6] https://www.unesco.org/es/education/literacy/need-know
[7] https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/04/2022/dia-internacional-de-la-alfabetizacion
