Posicionando esperanzas en Andalucía
Escrito por Tania Paiva, coordinadora del Equipo de Medios de Comunicación y publicado en eldiario.es el 10 de febrero de 2020.
Fotografía de Jesús Mérida.
No es difícil sentenciar que el 2019 fue un año duro para los derechos humanos. Son momentos donde la desigualdad, la injusticia y el discurso del odio predominan con facilidad, aunque también podríamos mencionar que los campos de batalla que tenemos presentes a lo largo de un año, cada día están calando más en nuestra sociedad, y eso es extremadamente positivo, porque significa que estamos construyendo una sociedad más consciente, empática y responsable.
El año pasado tuvimos varios frentes abiertos, tratados con mucha fuerza desde los grupos locales que trabajamos en Andalucía: desde las nuevas políticas de demonización que nos rodean últimamente, a la emergencia climática, asunto en el que hemos podido observar la preocupación y el compromiso que nuestros jóvenes han adquirido. Y por supuesto todo lo relacionado con la Violencia contra las mujeres y los Derechos sexuales y reproductivos.
Las primeras que hemos citado han sido las tendencias más inquietantes de la última década con el aumento de las retóricas y políticas que demonizan a algunos de los grupos marginados de la sociedad, como las personas refugiadas y solicitantes de asilo, las minorías religiosas y étnicas, las mujeres y las personas LGBTI.
El cambio climático que amenaza con aumentar aún más si cabe, las desigualdades entre los países desarrollados y los países en desarrollo; entre distintas etnias y clases; entre géneros, generaciones y comunidades. Desgraciadamente los grupos y países más desfavorecidos son los que más sufren sus efectos.
Desde luego ya estamos teniendo un impacto nocivo en varios aspectos, como en nuestro derecho a la salud, los alimentos, el agua, la vivienda y los medios de vida necesarios.
También deberíamos ser conscientes de que los discursos oportunistas cobran mayor efecto por varios factores, como la inseguridad constante en diversos aspectos para los cuales no existen soluciones claras por parte de los políticos. Obviamente, los ciudadanos a lo largo de varios años han perdido confianza y esperanza en algunos casos, fruto del agotamiento y el debate, la falta de intermediación y reacción inmediata, ante sus necesidades.
En lugar de abordar los problemas reales (como la desigualdad, la corrupción, el desempleo y las dificultades económicas) aumentan los líderes políticos de todos los continentes que utilizan a los grupos minoritarios para los males sociales y económicos, difundiendo noticias falsas sobre esos grupos e incitando a la discriminación, la hostilidad y la violencia contra ellos.
Pero afortunadamente, para todo esto tenemos en Andalucía una gran organización, que se sostiene a través de historias de superación y grandes objetivos por cumplir, gracias a personas tenaces, valientes, y empáticas.
Acciones locales
Pero ahora hablemos de lo que realmente han realizado después de un año de mucho trabajo para paliar de alguna manera, los múltiples casos que afectan a los derechos humanos.
Tenemos, por ejemplo, el Grupo Local de Córdoba trabajaron fervientemente por el caso de la activista brasileña de derechos humanos Marielle Franco, logrando que en el Ayuntamiento de Córdoba se hiciera una declaración institucional en relación a su asesinato, para que se realice una investigación rápida, completa e independiente sobre las circunstancias que llevaron a su muerte, que identifique no sólo a los autores de los disparos, sino también a los autores intelectuales, y que los resultados se hagan públicos.
También la consolidación de contactos con Renata Neder, coordinadora de investigación de Amnistía Internacional Brasil, y Marinete da Silva, abogada y madre de Marielle, y con mujeres brasileñas que viven en Córdoba, que es una ocasión magnífica para el grupo de profundizar en esa faceta humana de nuestro trabajo, imprescindible para dotarlo de sentido y significación.
La maravillosa Exposición de esculturas de Concha Barrionuevo, en noviembre de 2019, que también permitió consolidar y aumentar colaboraciones con otras organizaciones gracias a los muchos actos que se hicieron aprovechando la exposición.
Desde el Grupo Local de Sevilla hablan de la actividad que consideran más emblemática: conocer la realidad de mujeres que viven en su propia ciudad en situación de calle y poder escuchar de viva voz las necesidades a las que se enfrentan a diario, para así poder trazar un plan de trabajo con ellas y diferentes organismos.
En el Grupo Local de Malága nos resaltan la gira andaluza de concienciación con la defensora de derechos humanos Manal Tamimi que se realizó en diciembre, gracias también a la colaboración de la Asociación AlQuds y la Plataforma Andaluza de Solidaridad con Palestina, Manal forma en la actualidad una parte activa de la Resistencia Popular de Cisjordania, pero lleva enfrentándose al gobierno Israelí desde que tuvo conciencia.
El Gobierno israelí lleva desde los años sesenta promoviendo asentamientos forzosos en territorios palestinos, con políticas que implican el exilio forzado de miles de familias, destrucción de hogares y granjas y el encarcelamiento inmediato de cualquier disidente, sea hombre, mujer o niño. Manal experimentó todas esas represiones desde una temprana edad.
Lo que nos en Andalucía nos afecta
Sé que me dejo muchos trabajos a destacar en el tintero como la Carrera Contra el Acoso Escolar que se realizó en Málaga, un evento maravilloso que reunió a jóvenes, niños, niñas, docentes y familias enteras que se apuntaron para correr y a gritar bien fuerte que es un problema que nos afecta a tod@s y condiciona el derecho a la educación, y a un nivel de vida adecuado.
Todo trabajo lleva su tiempo y esfuerzo. Más cuando se trata de dar voz a las constantes violaciones de derechos humanos aquí o en donde sea. Para eso existe Amnistía Internacional, y en Andalucía trabajamos muy de cerca con aquello que, como comunidad nos afecta.
Esperanzador es pensar en todo lo que trabajamos y logramos el año pasado, gracias al apoyo y al trabajo de muchos activistas concienciados en dar un paso adelante y crear campañas que logren abrir nuestros pensamientos cada vez más.
Y aunque es y será responsabilidad de los gobiernos actuar para protegernos de los abusos contra los derechos humanos que se cometen, también será responsabilidad nuestra velar por todo aquello que puede llegar a ofrecernos un lugar más tolerante y respetuoso en el que vivir.