Andalucía
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Publicado en Diario Jaén 22 Enero
Cristóbal Fábrega Ruiz
Coordinador de Amnistía Internacional Jaén

Se dice que los cuatro pilares del estado de bienestar son la educación, la sanidad, las pensiones y el trabajo. La sanidad universal es un logro del estado social al que no debemos renunciar. No debemos pensar que la sanidad sea algo gratis para los ciudadanos ya que estos la sostienen con sus impuestos y sus cotizaciones cuando trabajan. Para los que disfrutan de la sanidad privada es fácil hablar de que la sanidad pública se regala. Y eso es lo que piensan muchos de los que dirigen, desde principios neoliberales, nuestras políticas.
En estos tiempos, los medios de comunicación se nos llenan de noticias sobre las huelgas de los profesionales de la atención primaria sobre todo de la comunidad de Madrid. En el origen del conflicto está la carga asistencial a la que hacen frente los sanitarios de primaria cada día: algunos sanitarios atienden a diario hasta 70 pacientes, a pesar de que organismos internacionales recomiendan que cada facultativo atienda a unas 20 o 25 personas al día.

La salud mental, esa gran afectada

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Según Amnistía Internacional, los últimos años de austeridad y de deficiente gestión sanitaria han supuesto ‘otra pandemia’ que ha dejado al descubierto lo que ya era el eslabón más frágil del debilitado sistema de salud español. El complicado panorama anterior –escasez de personal, sobrecarga asistencial, listas de espera– se ha agravado con la crisis del coronavirus, y se han provocado problemas de acceso al derecho a la salud, sobre todo para las personas más vulnerables. Denuncia que España ha desoído durante 12 años las recomendaciones internacionales para garantizar un sistema fortalecido y suficientemente dotado de recursos humanos y materiales, lo que se ha traducido en una falta de planificación e inversión para poder afrontar con eficacia la pandemia de COVID-19. Todo ello ha situado a la atención primaria española entre el abandono y el desmantelamiento.
A la escasez de personal, sobrecarga asistencial y listas de espera se han sumado durante la pandemia otros graves problemas, como el cierre de algunos centros de salud y consultorios, la modificación de protocolos asistenciales o el cambio del modelo presencial al telefónico.
Esto ha supuesto que muchas personas han quedado casi desamparadas, sobre todo las personas mayores o con más dificultades para adaptarse al nuevo modelo asistencial telefónico.
En España hay más de ocho millones y medio de personas mayores de 65 años. El 70% de ellas tiene enfermedades crónicas, con una media de cuatro enfermedades por persona. Las personas mayores se han tenido que enfrentar a barreras adicionales como el nuevo modelo de atención telefónica o el sistema de citas por internet.

Es necesario destinar el 25% del gasto sanitario a Atención Primaria


La clamorosa falta de protección durante la primera ola ha puesto en riesgo la salud del personal sanitario. La sobrecarga asistencial venía aumentando desde hacía años, y el Ministerio de Sanidad reconoció en 2018 que más del 41% de médicos de familia superaban el máximo deseable de 1.500 pacientes por profesional.
Esa situación ha provocado niveles crecientes de frustración, ansiedad y abandono profesional.
El colectivo profesional de Atención Primaria ha demostrado su generosidad y solidaridad de varias maneras. Pero muchas personas confiesan que han llegado al límite, que ya no pueden más. Y no faltan quienes, dadas su precario horizonte laboral, se plantean cada vez más la emigración a otros países, debido a la poca seguridad y apoyo del país en el que se encuentran.
Es más necesario que nunca el incremento urgente de la inversión en ese pilar fundamental del sistema público de salud. Aún estamos a tiempo.