TRUMP Y LAS DEPORTACIONES AL SALVADOR
Un avance peligroso hacia práctricas autoritarias
Cristóbal Fábrega Ruiz
Coordinador de Amnistía Internacional Jaén
Publicado en el Diario Jaén el día 27/4/2025
La expulsión ilegal de 238 nacionales venezolanos acusados de pertenencia a un grupo criminal, de Estados Unidos a El Salvador, a pesar de una orden judicial que prohibía expresamente su traslado, representa no sólo un desprecio manifiesto de las obligaciones de Estados Unidos en materia de derechos humanos sino también un avance peligroso hacia prácticas autoritarias por parte del gobierno de Trump.
Han sido expulsados individuos que estaban en pleno proceso judicial, que fueron arrestados a pesar de que cumplían sus obligaciones en materia de inmigración, que ya tenían protecciones concedidas en Estados Unidos en aplicación de la Convención contra la Tortura y otros tratados, o que fueron clasificados como miembros de bandas por sus tatuajes o su relación con el estado venezolano de Aragua, sin más pruebas.
Se ignoran los derechos humanos más fundamentales
El propio personal del Servicio de Inmigración estadounidense ha admitido que muchos no tenían antecedentes penales y algunos fueron expulsados por la percepción de que podrían cometer delitos en el futuro. Estas personas fueron expulsadas sin orden de traslado, al parecer para cumplir cárcel por tiempo indefinido en un sistema en el que se ignoran por sistema los derechos humanos fundamentales.
Con Bukele, El Salvador se ha convertido en ejemplo de una tendencia alarmante en América, donde el encarcelamiento masivo, la falta de control sobre el poder ejecutivo y la criminalización de las comunidades marginadas se presentan como soluciones al crimen. Están ampliamente documentadas las condiciones inhumanas que imperan en los centros de detención de este país. Hacinamiento extremo, falta de acceso a asistencia médica adecuada y malos tratos generalizados que constituyen trato cruel, inhumano o degradante. Hay una conexión clara entre las medidas adoptadas por Bukele y las adoptadas por EEUU en relación con las personas migrantes. Ambas se basan en la ausencia del debido proceso y la criminalización de personas basada en criterios discriminatorios.
El principio de no devolución, piedra angular del derecho internacional de los derechos humanos, prohíbe de forma inequívoca a los Estados expulsar, devolver o trasladar personas a un país donde corren peligro real de sufrir graves violaciones de derechos humanos, como detención arbitraria o tortura y otros malos tratos. Con estos traslados Estados Unidos ha puesto en grave peligro a estas personas y ha incumplido sus obligaciones jurídicas.
El principio de no devolución prohibe devolver a personas a paises donde corren riesgo de sufrir graves violaciones de DDHH
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados ha pedido a los Estados que garanticen que las personas venezolanas no serán deportadas, expulsadas u obligadas a regresar a su país. Amnistía Internacional ha pedido lo mismo dado que el país está viviendo una situación de violaciones masivas de derechos humanos.
Es la peligrosa consecuencia de que unas prácticas autoritarias se vuelvan sistemáticas y recurrentes: dejan de ser abusos aislados para convertirse en política oficial del Estado.
Amnistía Internacional pide a los gobiernos de El Salvador y demás países de América que se abstengan de participar en programas injustos de deportación y traslado que restablezcan urgentemente el debido proceso en todo el país y garantice los derechos humanos, la seguridad y la dignidad de todas las personas actualmente detenidas.
FIN
EXIGE A TRUMP QUE RESPETE LOS DERECHOS HUMANOS https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/trump-derechos-humanos-abr25/
Entre otras cuestiones pedimos a Trump :
El Cese las políticas que discriminan a personas por su origen, raza o religión y proteja a las comunidades vulnerables.
Que Garantice el derecho al asilo para quienes huyen de la violencia y la persecución y ponga fin a políticas que ponen en peligro a las personas migrantes, especialmente a niñas y niños, evitando que sean separados de sus familias.
