Los derechos humanos no tienen precio
Cerca de trescientas personas asistieron a nuestro concierto por el 75 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el «Auditorio Príncipe Felipe» de Oviedo el 16 de diciembre de 2023.
Por Conchita Fernández Pol, secretaria de AI Asturias
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), que en 2023 cumplió 75 años, fue el eje central de la actividad llevada a cabo por Amnistía Internacional durante este año. Para recordar a los Estados que los valores universales encarnados por este documento surgido de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, base de muchas de las normas internacionales de derechos humanos y del mandato de Amnistía Internacional, la presentación pública del Informe Anual de esta organización fue realizada el pasado mes de marzo en el Palacio Chaillot de París, en el mismo lugar en donde, el 10 de diciembre de 1948, había sido adoptado.
En consonancia con la relevancia de esta efeméride, la Entidad Territorial de Amnistía Internacional Asturias, en colaboración con el Ayuntamiento de Oviedo y con la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo, organizó un concierto llevado a cabo en el “Auditorio Príncipe Felipe” de Oviedo cuyos principales objetivos fueron: divulgar el contenido y la importancia de la DUDH; visibilizar el incumplimiento, por parte de diversos Estados que la han firmado, de muchos de sus artículos, algunos de los cuales constituyen crímenes de lesa humanidad; sensibilizar a la población asturiana sobre las violaciones de derechos humanos que se están cometiendo en el mundo y sus repercusiones en las vidas de quienes las están padeciendo; e implicar a la ciudadanía y a las instituciones en la defensa de estos derechos y valores interdependientes e indivisibles.
Así pues, la DUDH fue la protagonista absoluta del concierto, empezando por el cartel, diseñado para suscitar que quien lo mirase sintiese curiosidad y tuviese que acercarse para leer alguno de sus artículos más desconocidos, y terminando por la selección de las canciones, interpretadas en asturiano, en castellano y en inglés, todas ellas alusivas a los derechos proclamados en la declaración y a las violaciones de los mismos en diferentes partes del mundo.
La colaboración de los profesionales implicados en la realización del concierto fue realizada de forma completamente altruista.
La colaboración de los profesionales implicados en la realización del concierto fue realizada de forma completamente altruista, desde la diseñadora de cartel, la artista sierense Beatriz Gutiérrez; el presentador del concierto, el reputado periodista Nacho Monserrat; el técnico de sonido, Juanjo González, de Musifactor; a los artistas y agrupaciones musicales: Berto Varillas, Coro Contracanto, Chus Pedro, Gabino Antuña, Mari Luz Cristóbal Caunedo, Michael Lee Wolfe, Nocheros y Puri Penín.
A pesar de que no corren buenos tiempos para un colectivo tan intensamente golpeado por la reciente pandemia y por las crisis económicas de los últimos años, me parece que el comentario realizado por unos de ellos al comunicarle que no disponíamos de medios económicos para sufragar su trabajo, me parece que expresa elocuentemente la actitud de todos ellos: “Los derechos humanos no tienen precio”.
Ciertamente, los derechos humanos no tienen precio, como tampoco lo tiene el valor aportado por quienes hicieron posible que el 16 de diciembre de 2023 pudiese rendírsele a la DUDH el homenaje que se merecía y que las en torno a trescientas personas congregadas en la sala de cámara del Auditorio de Oviedo disfrutásemos con las canciones interpretadas en el mismo, cuyo broche final, entonado por todos los allí presentes, fue el Canto a la libertad de José Antonio Labordeta y el Himno de Asturias.
Por todo ello, transcribo las palabras de agradecimiento pronunciadas cuando el concierto estaba a punto de concluir, en las cuales, rememorando “Si se calla el cantor”, del cantautor argentino Horacio Guaraní, incidí en la función de los “cantores”, a quienes, asimismo, trasladé un ruego:
“Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida misma es toda un canto. Si se calla el cantor, muere de espanto, la esperanza, la luz y la alegría. (….) Qué ha de ser de la vida si el que canta, no levanta su voz en las tribunas por el que sufre, por el que no hay ninguna razón que lo condene a andar sin manta. Que no calle el cantor, porque el silencio cobarde apaña la maldad que oprime. No saben los cantores de agachadas, no callarán jamás de frente al crimen. Por ello, yo os ruego: no os calléis, no nos dejéis sin vuestro canto. Es necesario para que nuestra Declaración siga viva. Sin él, muere la vida”.