Nuestra idea era presentar en Gijón el informe “Es como si fuéramos seres infrahumanos: el genocidio de Israel contra la población palestina en Gaza”, dar a conocer esta exhaustiva investigación con la que AI documenta, con pruebas contundes, los crímenes de derecho internacional cometidos en Gaza.

Queríamos contar que Israel ha llevado a cabo actos prohibidos por la Convención sobre la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, con la intención específica de destruir a la población palestina de Gaza,
en definitiva, que lo que ha hecho Israel con la población palestina es Genocidio.

La persona encargada de hacer la presentación sería el presidente de Amnistía Internacional Asturias, Gonzalo Olmos.

Tras la presentación, teníamos previsto un coloquio con la participación de dos invitadas muy especiales, dos mujeres jóvenes: Daniela Cohen, judía antisionista y Lina Demasi, palestina nacida en Asturias.
Fue en este momento cuando la presentación de este informe se convirtió en otra cosa,
ya no hablamos de estadísticas, de normas internacionales, de imágenes de satélites, de pruebas, teníamos delante a dos personas afectadas, que nos hablarían de sus experiencias, de sus visiones personales, de sus activismos ante la injusticia.

Adoctrinamiento sionista

Daniela nos contó la diferencia que existe entre ser judío y ser sionista y en cómo se dio cuenta del adoctrinamiento feroz que se ha llevado a cabo desde el gobierno de Israel para que se acabe odiando a los palestinos y considerando que no tienen ningún derecho sobre las tierras en las que viven. En la escuela en la que fue formada Daniela en Argentina le habían hablado de una tierra prometida, una tierra para los judíos, sin tener en cuenta que en ella vivían otras gentes.

Gracias a la educación recibida por su familia pudo
escapar de las redes del odio, del adoctrinamiento,
y desde hace tiempo, con gran valentía, se declara activista antisionista.

Un activismo que ejerce con su cámara fotográfica, documentando varias de las muchas manifestaciones que se han producido en Asturias en apoyo a Palestina, con las imágenes recogidas produjo una exposición “Asturias con Palestina”, que fue vandaliza el pasado mes de
marzo cuando estaba expuesta en el hall de una de las Facultades de la Universidad de Oviedo. Daniela quiere que se sepa lo que está ocurriendo, lo que está haciendo el gobierno sionista de Israel, que hay judíos/judías que no están de acuerdo con el gobierno israelí, que hay mucha gente en el mundo que, como en Asturias, se lanza a la calle para denunciar estos crímenes, para denunciar la complicidad de muchos gobiernos con Israel.

La joven Lina Demasi es nieta de palestinos, con emoción nos habló de su infancia en Asturias, de cómo conoció las raíces de su pueblo palestino, la historia de sufrimiento, porque ella es descendiente de palestinos expulsados de sus tierras allá por 1948 al crearse el Estado de Israel. Siendo bien pequeña conoció lo que ocurría en la tierra de su familia, se informaba por los medios de comunicación, visitó la Franja en varias ocasiones, así supo de las distintas ofensivas de Israel en sus dos décadas de vida, con dibujos infantiles ya trataba de expresar sus sentimientos. Pero desde el 7 de octubre de 2023 su compromiso y dedicación a la causa da un gran paso, porque hay que contar lo que está ocurriendo, hay que denunciarlo, alzar la voz, “utilizar la palabra, la palabra que nos permite hablar de lo que ocurre, y que nos permitirá encontrar una solución”, nos dijo. Las palabras de Daniela y de Lina, su complicidad, su abrazo inicial, el tono de su conversación nos insufló a todos esperanza ante el Genocidio de un pueblo y la impasibilidad internacional.

Las palabras de Daniela y de Lina, su complicidad, su abrazo inicial, el tono de su conversación nos insufló a todos esperanza ante el Genocidio de un pueblo y la impasibilidad internacional.

Pero la tarde aún nos tenía reservada una gran sorpresa, se incorporaban a la conversación tres personas más. Tres palestinos: el padre, el tío y un primo de Lina. Ghassa Demasi, orgulloso padre de Lina, nos contó que había dejado su trabajo en Asturias tras los hechos de octubre de 2023 y los ataques de Israel, que durante un año ha estado en Egipto, y que tras muchos avatares ha conseguido sacar de la Franja a una quince de familiares. Dos de ellos: su sobrino, Ahmed Alkurdi y su cuñado, Essam Demasi, estaban allí con él, recién llegados a Asturias. Ahmed y Essam hablaron en árabe, Lina nos traducía, nos contaron que vivían en la parte norte de la Franja de Gaza, la más castigada por el ejercito israelí, una zona ahora devastada. Cuando recibieron la primera noticia de evacuación, en la que les decían que tenían que dejar su hogar de forma inmediata, pensaron que solo sería para tres días, dejaron todo lo que poseían atrás, se fueron con la idea de volver pronto. Al final han sido más de 18 meses de infierno, diez desplazamientos, meses mal viviendo en tiendas de campaña, pasando todo tipo de penalidades, hambre, sed, sintiendo que podían morir en cualquier momento, en un bombardeo, por un disparo. En Gaza no hay lugares seguros.

La familia Demasi ha perdido a más de cuarenta familiares en estos meses. Essam Demasi resultó herido en dos ocasiones y ha tenido que cuidar de su madre enferma, abuela de Lina, que sufrió un ictus en 2023, y que también acaba de llegar a Asturias.

El público de la sala estaba conmovido ante los testimonios que estaban escuchando. Essam respondió a una última pregunta, diciendo que fue muy dura la salida del infierno y que no llegaba a entender cómo en cuestión de escasos metros, de minutos en coche, unos niños estaban muertos de hambre y sed, rodeados del horror de la guerra en la Franja y en el otro lado los niños sonreían en la playa y en las calles.

Essam y Ahmed han podido salir, gracias a la obstinación y determinación del padre de Lina, ahora están en Asturias. Están vivos y en esos ojos que han visto el horror se vislumbra un atisbo de esperanza, la esperanza que no debemos perder, y como dijo Gonzalo Olmos al final, una esperanza con la que seguir defendiendo cada día los derechos humanos.