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QUIENES DEFIENDEN LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS PUEBLOS NO SON ACEPTADOS POR LOS PODEROSOS

Diario Jaén 9 abril 2023 Por Cristobal Fábrega, Coordinador de Amnistía Internacional en Jaén

Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por los escuadrones de la muerte salvadoreños cuando estaba celebrando una homilía. Referente de un cristianismo liberador y apegado a su pueblo fue martirizado por defender la causa de la justicia y oponerse a la opresión a su pueblo.
Considerado el apóstol de los Derechos Humanos y canonizado por el Papa Francisco, muchos lo consideran como el verdadero apóstol de los Derechos Humanos. Es un referente en la lucha por la justicia para personas de distintas creencias y opciones políticas y, por ello, hoy decidimos dedicarle este comentario.
La contemplación del sufrimiento de su pueblo provoco en Monseñor Romero un cambio profundo que ocurrió cuando ascendió a la posición de arzobispo, cambio que algunos llaman conversión. El asesinato del Padre Rutilio Grande en marzo de 1977, y la decisión de Monseñor de llevar a cabo una misa exequial a lo largo y ancho del país, hizo nacer un líder enérgico con palabra valiente. Fue un mártir y, para muchos, un santo.
Romero unos días antes de ser asesinado manifestó “Si me matan, resucitaré en el pueblo”. Lo asesinaron por sus constantes llamadas a la reconciliación, acompañadas del reparto equitativo de la tierra. No justificó la violencia revolucionaria, sino que apeló al diálogo y la negociación. Exigió a las fuerzas del orden que dejaran de matar a sus compatriotas: “En nombre de Dios… y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión!”.
Y por eso el mismo fue asesinado por aquellos para los que los derechos humanos no existen. Muchos defensores de los derechos humanos siguen la misma suerte. Porque quienes los que defienden los derechos de los pueblos no son aceptados por los poderosos, los opresores de sus pueblos. Muchas son las muestras de estos hechos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó en 2022 su preocupación ante la violencia, intimidación y criminalización de personas defensoras y llama a los Estados a garantizar un ambiente propicio y seguro para la defensa de los derechos humanos.
La CIDH advierte que la región sigue siendo una de las más peligrosas para ejercer la labor de defensa de derechos humanos en el mundo.
Amnistía Internacional ha sufrido también esa persecución por mantener encendida la vela que ponga luz para desvelar esa injusta situación. Como fue el caso de los miembros de Amnistía encarcelados en Turquía. En este país se han usado las leyes antiterroristas para criminalizar y encarcelar a quienes defienden los derechos humanos o expresan opiniones discrepantes, en un intento de silenciarlos.
Una de estas personas es el abogado Taner Kılıç, miembro fundador y presidente de honor de Amnistía Internacional Turquía. La principal acusación contra él es que supuestamente descargó y usó la aplicación de mensajería encriptada ByLock, que según las autoridades usaron los autores de intentar un golpe de Estado. Sin embargo, cuatro informes periciales distintos demostraban que Taner nunca descargó ni usó la aplicación.
Y podríamos hablar de muchos más casos de defensores que son perseguidos por luchar en favor de los derechos humanos. Como le ocurrió a Oscar Romero. Por tomarse la injusticia como algo personal.