Madrid
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Claudia Medina fue acusada falsamente, privada de libertad, torturada y violada en la cárcel. ¿La razón? Es inocente y es mujer: el chivo expiatorio perfecto.

Texto: Estefanía García Díaz @EstefGarciaDiaz

Claudia Medina dormía en su casa de Veracruz en México el día 7 de agosto de 2012 cuando un grupo de soldados de la Marina entraron en su domicilio y la sacaron de la cama por la fuerza. A Claudia se la  llevaron a un centro de detención naval. Fue sometida a tortura, fue apaleada, se le aplicaron descargas eléctricas y fue agredida sexualmente.

““Tu eres la buena” me dijo una de las personas que me custodiaban. Luego esta persona me bajó la blusa y empezó a jalarme los pechos”.

Así relata Claudia el inicio de su cautiverio. Fueron horas en situación de incomunicación, con los ojos vendados y sometida a tortura con el fin de que confesara que pertenecía a una banda criminal violenta. La obligaron a a firmar una declaración que no había leído y tras ello fue presentada ante los medios de comunicación como responsable de varios homicidios. Esto ocurrió antes de que a Procuradoría del Estado formalizara los cargos contra.

Claudia en realidad es una empresaria dedicada a venta de productos dietéticos sin ningún vínculo criminal que tuvo que pelear tres años para ser absuelta de todos los cargos que se la imputaban y que aún hoy espera que se avance la denuncia sobre la violencia sexual como forma de tortura que padeció.

 

Claudia Medina acudió a Amnistía Internacional que incluyó su caso en la campaña Stop Tortura. Hoy su historia ya es conocida en 117 países y se han recogido más de 340.000 firmas de apoyo en todo el mundo. La notoriedad que ha conseguido su caso debería haber significado un punto de inflexión en la actitud hacia la tortura del Estado mexicano, pero no ha sido así, según palabras de su abogado, Luis Tapia quien afirmó que la detención arbitraria y torturas de Claudia Medina y de tantas otras muchas personas en México no es producto de equivocaciones, sino de una campaña del gobierno de

“fabricación de culpables para presentar resultados en la guerra contra el narcotráfico. Esto ocurre con la complicidad del poder judicial, que da valor a testimonios obtenidos bajo tortura, que es ilegal. En nungún caso, en ningún país es legal el uso de la tortura”.

El reto para Luis Tapia es conseguir reparación para Claudia ante la justicia mexicana, algo que es complicado porque “es difícil llegar a la Suprema Corte y las resoluciones de ésta sólo afectan a ese caso en concreto. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos trata los casos de torturas como malos tratos y está invisiblizando la ocurrencia de torturas” afirmó Luis Tapia. Claudia Medina, a pesar de las dificultades decidió seguir adelante en el litigio contra el Estado de México porque según dijo:

“Es necesario romper el silencio contra la tortura sexual contra mujeres, el 90% de las mujeres en reclusión son torturadas física y sexualmente. Mi caso no es un caso aislado”.

Luis Tapia que tiene también tiene como clientes a familiares de los desaparecidos en Iguala estableció un paralelismo entre este caso y el de Claudia Medina: “En México la conexión entre desaparición, ejecución extrajudicial y tortura es la impunidad” y añadió: “El problema es crónico. Existe una violencia endémica del estado de México hacia sus ciudadanos” Además, tanto Claudia Medina como Luis Tapia expresaron su creencia de que en México el Estado ejerce una forma de tortura específica contra las mujeres que es la violencia sexual.

Claudia Medina fundó junto con otras catorce mujeres mujeres víctimas de tortura en la organización Rompiendo el Silencio para visiblilizar la práctica de la tortura sexual contra mujeres en situación de custodia policial o militar.

Luis Tapia es su abogado y pertenece al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez de México

Actúa con Amnistía Internacional, a través de su campaña  Stop Tortura