Laura Zúñiga Cáceres, hija de Berta Cáceres: una VALIENTE
La hija de Berta Cáceres estuvo en Madrid para dar testigo de la situación que se vive en Honduras, país en el que se está librando una persecución mortal a los defensores de los derechos humanos y medioambientales
Texto: Mónica Ruiz @AmericaLatinaAL
Laura vino a despertar conciencias, a explicar a nuevos públicos cómo un grupo de personas de a pie, como son los integrantes de las Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), lleva 25 años arriesgando su vida por defender los derechos de todos: el agua, la tierra, los bosques. Como lo hizo su madre: Berta Cáceres.
Zúñiga pertenece a un grupo de personas que ante las injusticias vividas y el expolio de sus terrenos por las empresas multinacionales, tuvieron que ponerse en pie y alzar su voz unidos, buscando ese cambio de raíz como es cambiar las bases de un gobierno corrupto que se vende al mejor postor.
«Estés donde estés, siempre puedes colaborar en el cambio”. Laura Zúñiga
En ese largo proceso de lucha son varias las personas caídas, muchas lideresas y líderes asesinados por ser un estorbo, por rebelarse demasiado contra los poderes establecidos, por querer cambiar las cosas.
Berta Cáceres, valiente y asesinada
El último caso conocido por todos nosotros fue el de su madre, Berta Cáceres, asesinada en su casa a sangre fría. Berta era la coordinadora de la organización y llevaba muchos años trabajando codo a codo con sus compañeros. Era una figura demasiado relevante para la lucha por la tierra, hacía mucho ruido y se la escuchaba en muchas partes del mundo. Todo esto marcaría su trágico final, querían dar un escarmiento al pueblo, frenar a los defensores. Lo que no imaginaban era que el efecto iba a ser contrario a sus deseos. Las grandes marchas pidiendo justicia, pidiendo la investigación y detención de los autores materiales e intelectuales no cesaron.
El testimonio Valiente de Laura Zúñiga
El testimonio que nos transmitió Laura Zúñiga de todo ello fue enérgico, impactante y de lucha. La energía salía por sus ojos, viajaba hasta nosotros a través de su voz, dulce y a la vez vigorosa. Tan joven y a la vez tantas cosas vividas, tantas luchas y sufrimientos, tantas victorias y pérdidas. Dudo que alguna de las aproximadamente 100 personas que estábamos en la sala se quedara indiferente.
Organizar un acto de esta magnitud siempre requiere un gran esfuerzo, organización y coordinación, pero cuando se puede llegar con un mensaje a tantas personas es cuando uno se queda satisfecho como activista. Todo el esfuerzo mereció la pena si Laura se sintió arropada, si a alguna persona le llegó su mensaje y a partir de hoy se implica en el cambio.
Como bien finalizó Laura: “hay que ver qué podemos hacer desde aquí, porque estés donde estés, siempre puedes colaborar en el cambio”.