Abrazos ausentes el 10 de mayo, Día de las Madres en México
En este día tan especial, las madres de las miles de personas desaparecidas en el país americano siguen luchando incansablemente por encontrar a los 60.000 hijos e hijas desaparecidos desde 2006.
Autora: Mariela Vélez Tirado, Amnistía Internacional Madrid
En Mexico, desde 1922, el día de las madres siempre se celebra el 10 de mayo. No importa el día de la semana. Como ocurre en todas partes de nuestro mundo, el consumismo feroz arrastra a comprar un sinfín de regalos para agasajarlas. Pero, como bien sabemos las madres, no hay en el mundo mejor regalo para ese día tan especial que el cálido abrazo de un hijo o una hija. Aunque demos por sentado que ese sencillo regalo está al alcance de cualquiera, no siempre es así. En Mexico son miles las madres que no han podido recibirlo. La razón es simple: sus hijos o hijas están desaparecidos. Sin más, sin causa ni justificación. En la mayor parte de los casos, con total impunidad. Desde 2006 hasta ahora se cuentan más de 60.000 desaparecidos en el país.
Uno de los casos más mediáticos ha sido de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Estado de Guerrero, que desaparecieron a finales de septiembre de 2014. Pero hay muchos más:
- En Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, José Rosario Hernández salió por la tarde en octubre de 2011 a visitar a una hermana. Nunca regresó.
- Alfredo Quezada, ganadero y agricultor de 36 años, salió el 23 de febrero de 2010 a recoger un perro que le habían regalado. Desapareció.
- Eudor Osiris estaba el 20 de noviembre de 2013 con unos amigos en la inauguración de un salón de baile en el poblado cercano. Desapareció.
Las familias no han vuelto a tener noticias de ninguno de ellos. Y así podríamos seguir enumerando casos hasta sumar 60.000.
¿Por qué ocurre esto?
¿Qué se puede hacer para evitarlo? Es evidente que los problemas son múltiples y complejos y muchas las causas de las desapariciones forzadas. Detrás de esta pesadilla existe un tenebroso entramado constituido por aparatos del estado, gobiernos municipales, estatales y federales, jueces, fiscales, militares y policías, al igual que empresas transnacionales, cárteles y bandas dedicados al crimen organizado. Una situación compleja imposible de abordar de forma sencilla.
Pero cualquier solución pasa porque las autoridades del país asuman su deber de buscar a las personas desaparecidas, investiguen los hechos, lleven a los responsables ante la justicia y reparen a las víctimas. Igual de importante es también que desarrollen políticas públicas que prevengan futuras desapariciones.
Se han creado ciertas normas y organismos que avanzan en esa dirección. En noviembre de 2017 se aprobó una ley general en materia de desaparición forzada. En 2018 se creó la Comisión Nacional de Búsqueda y la Comisión especial del caso Ayotzinapa.
Pero queda mucho por hacer para que estas normativas y organismos sean operativas. A día de hoy, por ejemplo, la Comisión Nacional de Búsqueda todavía no publica cifras fiables sobre los desaparecidos. Es importante mantener la presión para que estos tímidos avances se consoliden y se extiendan.
Amnistía Internacional lleva muchos años documentando, denunciando y siguiendo muchos casos de personas desaparecidas. Ejerce una continua presión al gobierno para que las nuevas leyes se ajusten a los más altos estándares internacionales y se implementen con todo rigor y eficacia. Exige también el derecho a que las víctimas sean reparadas, en la medida de lo posible, por estos horrendos crímenes. Trabajamos incansablemente para ayudar a coser tantos y tantos abrazos rotos.