La pandemia de la COVID-19 es la punta del iceberg de la amenaza que se cierne sobre la humanidad. Ha agudizado las desigualdades ya existentes y exige ser afrontada con cambios estructurales a largo plazo. Amnistía Internacional propone cancelar la deuda de los 77 países más pobres, al menos durante 2020 y 2021, para hacer frente a los efectos devastadores de la pandemia.