Madrid
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Encuentro con Noura Ghazi, abogada siria

Así se expresaba la abogada siria Noura Gazhi en su visita a Madrid para hablar de los terrores que se pueden añadir, si cabe, a una guerra. Siria como escenario y la cárcel de Saydnaya como principal pesadilla de esta joven abogada que defiende a personas detenidas y que ha detectado casos de desaparición forzada. Como el de su marido.

Pero lo que más sobrecogió en la charla de la joven siria no fue que dijera que es preferible la muerte frente al despliegue de torturas que se llevan a cabo en las cárceles sirias. Lo que más impactaba fue su intento de controlar la poca, escasa… ¿nimia? esperanza de que su marido aparezca y focalizar su discurso en el contexto, en lo terrible del régimen.

Desapariciones forzadas

El tema de las desapariciones forzosas no es nuevo. Noura asegura que ya desde los años 80 y 90 se vienen produciendo en Siria. Con la llegada de Al-Ásad hijo al poder, se produjo una amnistía para los presos de conciencia durante unos años que colmó de esperanzas al pueblo sirio acerca de su status quo. Pero nada más lejos de lo que se esperaba de esta historia: a partir de 2005 empezaron a tratar a los disidentes de manera diferente: se impuso una prohibición de viajar que a Noura tuvo retenida durante casi una década.

La abogada ve clara la relación de esta prohibición con aquel interrogatorio de 2006 que le hicieron por una investigación que realizaba acerca de niñas y niños abandonados, desamparados y/o víctimas de abusos sin ninguno tipo de contenido político. Los Hermanos Musulmanes, los comunistas, los panarabistas (como el padre de Noura que también fue detenido en varias ocasiones)… todos eran objeto de detención. Bastaba con no “seguirle la corriente” al régimen. Así, se calcula que más de 400.000 sirios han perdido la vida como consecuencia del conflicto desatado en 2011. Más de la mitad de ellos eran civiles.

Permiso para una boda

Llegó un momento en que celebrar una simple boda requería permisos especiales por parte de los poderes políticos. La ley marcial impera ahora y muchos tribunales se han constituido al albor de esta “nueva y preventiva” jurisdicción. Tal es el caso del tribunal que juzgó al marido de Noura, Bassil Karthabil. Este desarrollador de software de código abierto que ha colaborado en proyectos como Wikipedia o Mozzila Firefox fue arrestado el 15 de marzo de 2012.

En las calles, tanto personas afines como en contra del régimen realizaban protestas que tenían su réplica en la inmensa mayoría del resto de países árabes: Arabia Saudí, Egipto, Marruecos, Yemen, Argelia, etc. Se trataba de lo que hoy conocemos como “primaveras árabes”. Tal fecha marcó el antes y el después de la relación de Noura con su entonces prometido.

Pero ya no había más espera que valga. En este periodo en que Bassil era conducido y liberado de la cárcel sin tener nunca ni juicio justo ni una causa verdadera de detención, Noura recuerda la manera en la que su ya marido salió de uno de estos periodos de encarcelamiento. Explica que fue sólo un mes, pero que parecía haber pasado toda una vida porque cuando se reencontró con Bassil no lograba reconocerlo. Volvía de la cárcel de Saydnaya. Los signos de tortura y violencia tanto física como mental dejaron a un Bassil totalmente desencajado. Sobre todo era su alma, que parecía haberse desvanecido.

A través del relato de su marido y del de millones de sirios que tienen a familiares y amigos en cárceles de este tipo, Noura cree que Saydnaya es de los peores lugares que un ser humano puede pisar. Ex funcionarios de esta prisión así lo relatan también.

Sueños que se alejan

Aunque Noura considera que la ONU, Staffan de Mistura y otros líderes europeos les ha prestado su apoyo, cree que Rusia es el poder de facto en todo este conflicto. Ahora con esta gira europea pretende llegar a grupos como el de Ginebra, donde cree que se puede alcanzar compromisos y del que ella misma es miembro. También ha creado la asociación ‘Familias para la Libertad’ pero asegura que los sueños por ver una siria donde se respetan los derechos humanos se alejan cada día más.

Quizás empezar por que se hiciera justicia estaría bien. ¡Participa en la campaña #JusticiaParaSiria de Amnistía Internacional! No permitamos que Saydnaya siga siendo un #MataderoHumano. ¡Firma!

Texto : Silvia Revueltas

Fotos : Francisco Ruano