Madrid
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En la mesa se encuentran de izquierda a derecha Virginia Álvarez, Luis Carlos Nieto, Nicolás Castellano,Patricia Fernández Vicens.

MENTIRAS, VERDADES Y SILENCIOS.LA MASACRE DE MELILLA UN AÑO DESPUÉS

Moderada por Beatriz Pérez Galán, del Departamento de Antropología, de la UNED, tuvo lugar esta mesa coloquio en colaboración con Amnistía Internacional.
En ella se volvieron a denunciar los métodos utilizados el 24 de junio de 2022 en el paso fronterizo “Barrio Chino” de Melilla, que ocasionaron muerte, lesiones, desaparición forzosa, devoluciones sumarias y tortura a las familias sin acceso a la verdad, justicia y reparación que merecen.

Comenzó Virginia Álvarez, investigadora de Amnistía Internacional y autora del informe Marruecos: “Le pegaron en la cabeza, para comprobar si estaba muerto”: Pruebas de los crímenes de derecho internacional de Marruecos y España en la frontera de Melilla, evidenciando que lo sucedido es un acto de racismo que vulnera gravemente los DDHH. El Norte global trata la muerte como consustancial a la migración negra, cuyas vidas no valen nada.
Virginia mostró que los hechos ocurrieron en territorio español y que existió un uso ilegítimo y desproporcionado de la fuerza (porras, cientos de cartuchos, gases irritantes…) y se vulneró, entre otros, el derecho a la vida, con omisión de socorro a los heridos durante diez horas.
Amnistía Internacional también denuncia que no se ha efectuado una investigación penal independiente e imparcial, sino que, por el contrario, la Fiscal de Sala de Extranjería ha archivado las diligencias utilizando un lenguaje belicista al aludir a las personas migrantes, sin tener en cuenta que muchas buscaban asilo.
“Prefirieron proteger la frontera a proteger a las personas” dijo Virginia mientras animaba a que pongamos voz a quienes no pueden hacerse oír.
A continuación Luis Carlos Nieto, magistrado y miembro de Juezas y Jueces para la Democracia, alertó de que la externalización de fronteras seguirá ocasionando episodios como el de Melilla.
Son inhumanas las imágenes de esas personas, desarmadas, amontonadas como sacos, golpeadas, aporreadas con violencia gratuita y desproporcionada.
Esa exhibición de violencia se utiliza como presión psicológica para disuadir de migrar a personas que buscan refugio huyendo de hambrunas, destrucción de su hábitat, persecución y guerras.
Políticas de migración con cierre de fronteras, falta de socorro, suspensión del derecho de asilo, se volverán contra los derechos de todas: sin una respuesta social firme frente a la impunidad, la democracia enferma y surgen respuestas autoritarias.
Esas personas que llegan, no sobran y es responsabilidad colectiva que los DDHH se cumplan. Si la gente corriente no rechazamos tal barbarie, estaremos tácitamente dando nuestro consentimiento. No miremos para otro lado, no seamos cómplices.
Por su parte, Nicolás Castellano, periodista de la cadena SER, nos explicó el intento de manipulación del Ministerio del Interior español y del Gobierno de Marruecos ante el episodio más grave sucedido en nuestra frontera: Faltó información oficial durante 24 horas y filtraron tendenciosamente imágenes
incompletas para justificar la respuesta violenta, criminalizando a las víctimas y presentándolas como peligrosa amenaza que, entrenada militarmente, pretendía tomar la frontera. La justificación de las muertes es el culmen de esa narrativa.
Pero periodistas como él, documentaron la verdad con vídeos, fotografías [1] y testimonios de supervivientes.
En esta guerra del Norte global contra migrantes pobres, que busca mantener nuestra “jaula dorada del bienestar”, con una sociedad indiferente ante el dolor ajeno, que se acomoda con la excusa de que “no cabe toda la pobreza en nuestras casas”, Castellano plantea la necesidad de que seamos cortafuegos de esas ideas, de que impongamos la verdad de las víctimas frente a la manipulación.
En cuarto lugar, Patricia Fernández Vicens, abogada de la Coordinadora de Barrios, calificó los hechos de Melilla como acto racista y colonial que vulnera gravemente el derecho a migrar[2], asimétricamente respetado cuando son los pueblos del sur quienes migran: “Los DDHH no cruzan el Estrecho”.
Por la acción conjunta de la Guardia Civil y las fuerzas de seguridad marroquíes, cientos de personas fueron contenidas sin posibilidad de escapar. La omisión del deber de socorro ante la posible muerte y las más de ochenta desapariciones forzosas constituyen crímenes de lesa humanidad que, de momento, siguen impunes. Esta y otras actuaciones reflejan la imposición del Gobierno de Marruecos que, fortalecido al haber depositado en él el control de la frontera, utiliza las vidas migrantes como moneda de cambio en sus luchas de soberanía estatal.
También Patricia reclama a esta sociedad desconectada de lo que ocurre en la frontera sur, que exija la responsabilidad de los Estados, que se rebele por estas víctimas, que son nuestras víctimas.
Posteriormente, hubo un interesante turno de intervenciones del público. Se puede descargar la grabación del encuentro en canal.uned.es
Fdo. Carmen Cuesta, Grupo local de Villalba
[1]Muchas aportadas por la AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos).
[2]Artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos