G-20: Cancelación de la deuda para salir de la crisis del COVID-19
La pandemia de la COVID-19 es la punta del iceberg de la amenaza que se cierne sobre la humanidad. Ha agudizado las desigualdades ya existentes y exige ser afrontada con cambios estructurales a largo plazo. Amnistía Internacional propone cancelar la deuda de los 77 países más pobres, al menos durante 2020 y 2021, para hacer frente a los efectos devastadores de la pandemia.
Autor: Mario Grande, Equipo de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) de Amnistía Internacional Madrid
La reunión trimestral de julio de ministros de finanzas de los estados más ricos y poderosos, agrupados en el G-20, debe garantizar que la recuperación de la crisis provocada por la COVID-19 aborda la pobreza global, la desigualdad y la crisis climática. En este sentido, Amnistía Internacional propone a los estados más ricos y poderosos que se comprometan a cancelar la deuda de los 77 países más pobres, al menos durante 2020 y 2021, de manera que puedan liberarse recursos para que esos países puedan hacer frente a los efectos devastadores de la pandemia.
En su reunión de abril, el G-20 se comprometió a suspender 12.000 millones de dólares de dicha deuda en 2020, aunque los estados deberán pagarla después con intereses. Pero el monto total asciende a 85.000 millones, con lo que se condena a estos países a un círculo vicioso de deuda, sanidad precaria y parálisis económica, porque se sigue dando prioridad al pago de la deuda sobre la inversión en sanidad.
Por eso Amnistía Internacional pide la cancelación de la deuda, al menos durante dos años, acompañada de mecanismos de transparencia y rendición de cuentas por ambas partes para evitar corrupción, además de otras formas de ayuda financiera. Los estados están obligados a ello por las leyes internacionales de derechos humanos, como el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y los Principios Rectores de Naciones Unidas.
Del mismo modo que es necesario que los estados incrementen las inversiones en sanidad, estos también deben alcanzar un nuevo pacto para extender las protecciones sociales a todos los colectivos vulnerables, los más castigados por la pandemia y la crisis climática.
La recuperación tras el golpe de la pandemia en la primavera de 2020 debe fomentar la inversión en energías renovables, producidas por medios respetuosos y compatibles con los derechos humanos. Los estados deben abandonar los rescates sin condiciones ni contrapartidas a las empresas basadas en los combustibles fósiles, como petroleras y líneas aéreas, porque eso no reduce el empleo de los combustibles fósiles, principales causantes del calentamiento global, ni sirve para la creación de empleo verde y decente para los trabajadores.
Un comentario en “G-20: Cancelación de la deuda para salir de la crisis del COVID-19”
Comentarios cerrados.
No sólo se ha de condonar la deuda sino ofrecerles ayudas estructurales financiadas por los paises mas ricos y solidariamente por el resto de paises para crear infraestructuras necesarias y acoter cambios de sistemas, es decir, ayudar a crear una administración capaz.